Las mujeres son más interrumpidas que los hombres

Lejos del mito, los varones suelen cortar con más frecuencia el discurso de las féminas. Así lo reveló un estudio, cuyo resultado terminó en el libro "¿Puede ascender una mujer enojada?". Los motivos y la batalla que se libra en los pequeños gestos.

Las mujeres son más interrumpidas que los hombres

Las mujeres, lejos de ser las que interrumpen, son las más interrumpidas. Foto: Infobae.

Sociedad

Unidiversidad

Fuente: New York Times

Publicado el 27 DE JUNIO DE 2017

Mujeres en una amplia gama de industrias y en todos los niveles de la administración de estas compartieron cientos de ejemplos en respuesta a una invitación de The New York Times para contar sus experiencias personales en Facebook. “Ni siquiera puedo contar el número de veces que he visto a una mujer ser interrumpida y callada por un hombre, solo para escucharlo repetir las mismas ideas que ella estaba tratando de presentar”, escribió una mujer, Grace Ellis. “Diría que esto sucede… unas dos o tres veces a la semana, al menos”.

Los investigadores han revelado que las mujeres son interrumpidas con mayor frecuencia, mientras que los hombres dominan las conversaciones y la toma de decisiones en las oficinas corporativas, reuniones de gobierno, juntas escolares y el Senado de Estados Unidos, entre otros escenarios.

Victoria L. Brescoll, profesora asociada de comportamiento organizacional en la Yale School of Management, publicó un artículo en 2012 que demuestra que los hombres hablaban más en el senado estadounidense, a diferencia de las mujeres. Otro estudio, titulado Can an Angry Woman Get Ahead? (¿Puede ascender una mujer enojada?) concluyó que los hombres que se enojan son recompensados, pero que las mujeres enojadas son percibidas como incompetentes e indignas de tener posiciones de poder en el lugar de trabajo.

“Si te quejas, eres excluida”, dijo Paula Minnikin. “Siendo la única mujer en una junta corporativa, le pregunté al director, en privado, si podíamos considerar la posibilidad de contratar a dos mujeres más, puesto que estábamos remplazando a tres miembros del consejo. Dijo que no tenía dudas de que yo era uno de los miembros más fuertes, pero que no hay buenas mujeres. Yo era la excepción. Dijo que me confiaba su opinión porque soy alta y fuerte, como un hombre, y no confundo las cosas como una mujer normal. Me quedé estupefacta”.

Tali Mendelberg, profesora de política en la Universidad de Princeton, es coautora de The Silent Sex: Gender, Deliberations and Institutions, una compilación de estudios que examinan lo que sucede cuando más mujeres se unen a los grupos de toma de decisiones. Ella y Christopher F. Karpowitz, profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad Brigham Young, encontraron que en las reuniones de la junta escolar los hombres y las mujeres no hablaban tanto tiempo, hasta que el 80 por ciento de la junta escolar era constituida por mujeres. Sin embargo, cuando los hombres estaban en minoría, tampoco hablaban menos.

“El hecho de que las mujeres sean superadas en número en cada situación las coloca en una posición donde a menudo se enfrentan a los estereotipos basados en el género”, dijo Deborah Gillis, presidenta y directora ejecutiva de Catalyst, empresa que trabaja para el avance de las mujeres en los negocios. “Las mujeres son demasiado duras, demasiado suaves, pero nunca justas. Lo que esto significa es que las mujeres son vistas como competentes o agradables, pero no como ambas”. Algunas mujeres están trabajando para poner fin a estos desequilibrios de género en sus propias organizaciones.

Walker, de New York Public Radio, dijo que presionó para que hubiese más mujeres en posiciones superiores y en el directorio. “Creo que esto no solo les da poder a las mujeres en toda nuestra organización, sino que también mejora las discusiones”, dijo. Ella también está presionando para aumentar el número de mujeres que hacen podcasts.

Jacqueline Hinman, presidenta y directora ejecutiva de CH2M Hill Companies, una empresa de ingeniería con sede en Colorado que ha gestionado proyectos como el tren ligero de Toronto y las instalaciones olímpicas de Londres, trabaja en un campo donde escasean las mujeres. Ahora, sin embargo, las mujeres constituyen entre el 30 y el 40 % de su consejo y están bien representadas en los cargos superiores.

Hinman explicó que le ha llevado años de trabajo llegar a ese punto, y parte del impulso provino de clientes, cada vez más mujeres, que querían trabajar con equipos de ingeniería que fuesen diversos. También les dejó claro a sus subordinados que, en parte, serán juzgados por los avances de las mujeres y minorías en sus equipos. “Los hombres que vienen a trabajar en nuestras compañías se asombran por el número de mujeres en todas partes”, y agregó: “les encanta”.

sociedad, mujeres, interrumpidas, estudio, silencio, discurso,