Lecciones para unir banca y ética

El barcelonés Joan Antoni Melé es un banquero atípico que repite que la economía debe girar en torno a las personas y no al dinero. El viernes dio una charla en Mendoza, organizada por la Secretaría de Relaciones Institucionales y Territorialización y el Consejo Social de la UNCuyo, y la empresa Yosoypuntocero, donde contó la experiencia de Triodos Bank, que promueve el concepto de la banca ética y consciente. También planteó la necesidad de cambiar el sistema educativo y de ponerle freno al consumo.

Lecciones para unir banca y ética

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Sociedad

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Verónica Gordillo

Publicado el 30 DE JULIO DE 2013

Después de trabajar durante 25 años como director de una caja de ahorros en Barcelona, Joan Antoni Melé abandonó su puesto y se lanzó a una aventura que combinó palabras que no suelen convivir: banca y ética. Melé contó al público que asistió a la charla que dio en Mendoza la experiencia de Triodos Bank, que solo financia proyectos sustentables y que informa a cada ahorrista dónde invierte su dinero.

En el encuentro, organizado por la Secretaría de Relaciones Institucionales y Territorialización y el Consejo Social de la UNCuyo, y la empresa Yosoypuntocero, Melé promovió los conceptos de banca ética y economía conciente. Pero también habló sobre los desafíos que enfrentan los seres humanos, asfixiados por el individualismo, el consumismo, la pérdida de valores y de solidaridad.

El banquero –como él mismo se definió– explicó que la crisis mundial no es económica, sino que es una crisis del ser humano, que no encuentra el sentido de su vida y que no fomenta su espiritualidad.

La educación fue uno de los temas en los que se explayó. Dijo que es necesario cambiar el modelo educativo tanto en Europa como en América Latina, porque educa para competir, para ver al otro como un enemigo y no promueve la libertad.

Para el banquero, el modelo educativo actual ha sobrevalorado la inteligencia y no debate sobre la necesidad de explotar al máximo las capacidades de cada individuo, para ayudar al otro y generar soluciones para los problemas de la vida cotidiana.

“En mi paso por la escuela aprendí un montón de teoremas que no recuerdo y no utilicé, pero nunca me enseñaron a tocar un instrumento y eso es algo que me encantaría hacer. No se puede seguir educando solo al intelecto, hay que incluir las artes, hablar de la inteligencia emocional”, comentó.

Otro cambio necesario que marcó Melé fue el de dejar de infundir temor a los niños y jóvenes, a quienes se repite a diario que si no estudian les será imposible ganarse la vida. Para el banquero, lo peligroso es que los adultos están convencidos de que ganarse la vida es sinónimo de ganar mucho y bien, una idea que repiten a diario a los chicos con sus palabras y con sus acciones.


Precio y valor

Como buen banquero, Melé habló sobre dinero. Comentó que surgió para hacer la vida cotidiana más fácil después de superada la etapa del trueque y que no se debe plantear su desaparición, sino su utilización en forma ética y consciente.

El español le planteó al público la necesidad de utilizar en forma correcta el término economía sin unirlo al precio, sino al valor que tiene un producto. Por esto, explicó que a la hora de comprar un artículo no se puede pensar solo en el precio, sino en cómo se produjo, si se respetó a los trabajadores y al medio ambiente.

Esta necesidad de analizar cómo se elaboraron los productos que consumimos llevó a Melé a reflexionar sobre la sociedad de consumo, la que a su entender está sustentada por una insatisfacción permanente del ser humano, por su escasa o nula vida interior y por el desapego a la tierra.

Una nueva economía

En medio de un salón del hotel Sheraton colmado de público, Melé planteó la necesidad de impulsar los proyectos que promuevan una nueva economía que gire alrededor de las personas y no del dinero, un concepto que desde hace tiempo se practica en varios países de América Latina.

Utilizando anécdotas para amenizar la charla, Melé enumeró las características de esa nueva economía: que cambia el "yo" por el "nosotros", que fomenta la asociación entre los productores, que financia proyectos sustentables y a largo plazo, que intente mejorar la vida cotidiana de los individuos.

Dentro de esta corriente Melé ubicó a la banca ética, que nació en la década del ’60 cuando un grupo de ahorristas se preguntó qué estaban haciendo con su dinero y se enteraron de que, entre otros proyectos, se financiaban guerras.

El banquero compartió con el público la historia de Triodos Bank, una entidad que surgió en Holanda hace 33 años, que sigue un modelo bancario diferente, que fomenta el uso responsable del dinero.

Melé comentó que el banco, que cuenta con 25 sucursales y 10 millones de clientes en distintos países europeos, fue creado con la misión de gestionar el dinero de los ahorristas con conciencia y transparencia, por eso está prohibida la especulación. En la entidad, los empleados acuerdan un salario digno, los directivos no reciben bonos y nadie cobra más por hacer bien su tarea.

El banquero contó dos de las características que destacan a la entidad: solo financian proyectos sustentables y cada uno de los ahorristas sabe exactamente para qué están utilizando su dinero.

El banco otorga créditos a quienes buscan realizar proyectos sustentables en tres áreas específicas: sector social (integración, salud, discapacidad, cooperación al desarrollo, comercio justo, personas mayores); medioambiental (energías renovables, agricultura ecológica, conservación de la naturaleza, eficiencia energética) y cultural (educación, arte, producción cultural, investigación).

Melé explicó que el banco funciona como otras entidades financieras, que no presta dinero a quien no puede devolverlo, pero que tiene una línea de microcréditos para fomentar proyectos de pequeños productores.

El español comentó que en muchas ocasiones incentivan a las empresas o entidades que solicitan el crédito para que suban la apuesta. Por ejemplo, les ofrecen financiar la iniciativa si utilizan energías alternativas en lugar de las convencionales, o si aumentan cada año el porcentaje de productos que elaboran en forma orgánica.

Al finalizar la conferencia y después de los aplausos, Melé contestó las preguntas del público, relacionas con el funcionamiento del banco y con la pérdida de valores del ser humano.

Una de las presentes le preguntó si el modelo de Triodos podría repetirse en Argentina. El banquero le contestó que la única posibilidad de éxito de este tipo de iniciativas es que sea autóctona, para que responda a las verdaderas necesidades del lugar y su gente.

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