Lenguaje inclusivo: más allá de la "e"

Durante el primer congreso realizado en el país para reflexionar sobre la necesidad de ir más allá del simple lenguaje a la hora de incluir a las personas trans, habló la mamá de la primera niña que quiso cambiar su identidad en el DNI.

Lenguaje inclusivo: más allá de la "e"

Gabriela Mansilla, mamá de Luana. Foto: Télam.

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Unidiversidad / Fuente: Télam

Publicado el 12 DE ABRIL DE 2019

Su reflexión resonó frente a cientos de personas en el Primer Congreso de Lenguaje Inclusivo, que se extendió durante el jueves y el viernes en La Plata. "El lenguaje inclusivo no es solo hablar con la "e", sino es darle legalidad a los cuerpos que están hablando. El cuerpo de mi hija habla y debe ser escuchado", dijo Gabriela Mansilla, directora de la Asociación Infancias Libres y mamá de la primera niña trans que logró cambiar su identidad y formalizarlo en su Documento Nacional de Identidad (DNI), luego de la sanción de la Ley de Identidad de Género sancionada en el país en 2012.

A lo largo de su panel denominado “Niñeces”, en alusión a la necesidad de integrar a las personas no por condición biológica sino con su identidad de género, Mansilla pidió que no solo se hable con la "e", sino que se respete el lenguaje corporal, porque decirle a un niño que su cuerpo está equivocado "es violento".

Según publicó la agencia Télam, en este congreso, organizado por la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires y auspiciado por la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, se contó con una multiplicidad de disertantes y paneles, en los cuales expusieron, en su mayoría, mujeres.

Desde que su hija Luana (12) logró cambiar su nombre en el DNI, Mansilla se transformó en una de las principales referentes que en el país lucha por los derechos de la niñez trans. "Si la sociedad acompaña y baja la presión sobre los cuerpos transgénero, va a bajar también sobre el futuro de la adolescencia hormonada, o los bloqueos de la pubertad que también son un problema", alertó.

Mansilla es autora del libro Yo nena, yo princesa. Allí relata la historia desde que Luana dijo esa frase, a los 2 años, hasta que obtuvo su documento.

Al hacer un recorrido por el proceso vivido junto a su hija, Mansilla destacó que el escenario donde obtuvo una mayor resistencia fue justamente en la escuela. “Se imparte una educación bilogicista, binaria, patriarcal y machista, dentro de una norma donde el cuerpo de mi hija no entra, no tiene derechos”, dijo a Télam.

Mansilla agregó: “Es importante tomar al lenguaje inclusivo no solo desde la deconstrucción de los géneros, sino hablar de un lenguaje inclusivo que pueda nombrar –también– la corporalidad travesti trans". Mansilla está por está por lanzar su tercer libro, que tendrá una guía de prácticas docentes que incluyen a los cuerpos trans. La mamá indicó que es necesario debatir "el lenguaje que rompa el binario de los géneros y que dé cuenta de ese tercer lugar que falta".

"Mi hija tiene su DNI, puede ser respetada como ella desea, pero en un libro todavía no está", dijo, y se preguntó: ¿Cómo se nombra un cuerpo trans si en los libros o manuales que brinda la ESI se nombra al cuerpo masculino o al cuerpo femenino de acuerdo a la genitalidad?".

Mansilla habló hoy en el panel "Niñeces" en el Congreso de Lenguaje Inclusivo organizado por la Defensoría del Pueblo bonaerense y la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

Del panel también participaron la escritora y activista en derechos humanos Alma Fernández; Eliana Vázquez, exdirectora de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social, y Ro Ferrer, de Editorial Chirimbote. "¿De qué me sirve a mí que ciertos sectores de la academia hablen usando el 'todes' cuando mi colectivo se sigue muriendo a los 35 años?", se preguntó Fernández, que reflexionó sobre la manera en que el lenguaje inclusivo impacta en el colectivo trans.

Consideró que, si bien permite salir del "binarismo de los y las, incluyendo 'les', todavía se necesita más inclusión desde otros lugares, desde lo laboral, desde la educación y desde la salud".

“¿Somos inclusivos solo por hablar con e o agregar una x en algunas palabras?", se preguntó. Vázquez, remarcó la importancia de que existan "herramientas" para que las escuelas "sean lugares donde prime la justicia social" y que "estén a la altura de las circunstancias".

"La idea es que todas les niñeces puedan ser más felices y libres si podemos reconocer a cada niñez cómo quiere ser, y como quiere que le nombren", advirtió.

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