El conflicto político se desató en torno al intendente macrista de Olavarría, Ezequiel Galli, quien autorizó la concreción del recital del Indio Solari en un predio de su partido. El diario La Nación remarca esta situación extrayendo la data desde la Casa Rosada.

Sin embargo, también las crónicas apuntan a la responsabilidad de la empresa que trabaja desde hace diez años con el Indio Solari en la organización de las llamadas “misas” ricoteras. La empresa se llama Vivo S.A. y es de los hermanos Marcos y Matías Peuscovich, originarios de Tandil.

En su declaración como testigo ante la fiscalía, Solari se distanció de la empresa de la organización. Remarcan que el músico lloró en ese acto judicial.

Desde Mendoza, Alfredo Cornejo recordó que él, como intendente de Godoy Cruz, en 2014 resistió la concreción de un recital en el Hipódromo ya que la empresa se desligaba de cualquier responsabilidad lateral al show y que el entorno quedaba fuera de cualquier posibilidad de control. En aquella oportunidad se notó la tensión política entre el peronismo gobernante en la provincia, con Paco Pérez a la cabeza. El Indio era presentado como un producto filokirchnerista y cercano al entonces influyente Aníbal Fernández.

Mario Pergolini, amigo de Solari, trató de salir por el medio y adelantó que esto se trataba de un punto de quiebre para el músico. Señaló a la empresa, poniendo en tela de juicio su actuación después de 10 años de experiencia.