Los carpinchos de Nordelta llegaron a las páginas del "National Geographic"

La revista vinculada al ambiente y la naturaleza defendió a los animales. "Vuelven al territorio (los humedales) que les pertenece desde hace miles de años”, expresa la nota.

Los carpinchos de Nordelta llegaron a las páginas del "National Geographic"

Foto: Pixabay

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Unidiversidad / Fuentes: La Nación, Página/12 y Filo.news

Publicado el 30 DE AGOSTO DE 2021

Luego de que se conociera el reclamo de los vecinos por la invasión de carpinchos en diferentes barrios de Nordelta, el tema se instaló en la agenda nacional. Ahora, la polémica fue un poco más allá y llegó a la reconocida publicación vinculada al ambiente y la naturaleza National Geographic. Al referirse a lo que ocurre por estos días en la zona norte de Gran Buenos Aires, la revista consideró que los animales “vuelven al territorio que les pertenece desde hace miles de años”, es decir a los humedales.

Las imágenes de los carpinchos en los barrios privados provocaron reacciones variopintas. Mientras los vecinos reclaman el control de su reproducción y solicitan el traslado de los "invasores", distintas organizaciones ecológicas se manifestaron en favor de la convivencia pacífica con los simpáticos roedores. De hecho, fue tal el alboroto que generaron estos animales de cuerpo símil barril y cabeza pequeña (llegan a pesar 65 kilos) que hasta el Ministerio de Ambiente se pronunció al respecto, a través de sus redes: "El avance de la urbanización sobre los humedales afecta a nuestra fauna nativa de manera directa. Como consecuencia, especies como el carpincho han quedado excluidos de su ecosistema".

Lejos de agotarse en esa noticia, la controversia continuó escalando. En los últimos días, National Geographic se sumó a la cobertura y subrayó que Nordelta fue construido sobre uno de los humedales del río Paraná“Después del Amazonas, es el caudal más importante de América Latina”. La publicación agregó que es hogar de una gran cantidad de especies de ecosistemas húmedos, como los famosos “capibaras”, conocidos en nuestro país como carpinchos.

En el año 2000, sin embargo, el megaproyecto de construcción de este barrio de clase alta vino a cambiar el panorama. Campos de fútbol y golf, centros educativos exclusivos y al menos 31 barrios nuevos se han construido a lo largo de 21 años en los 16 kilómetros cuadrados que comprende Nordelta”, señaló el medio, que además remarcó que “las casas pueden estar tasadas hasta en 6 millones de dólares“.

El artículo concluye con una dura crítica: “Antes desplazados por el desarrollo urbanístico exclusivo e irresponsable, los capibaras están retomando el territorio que perdieron hace más de dos décadas. Aunque los vecinos enardecidos de Nordelta intenten erradicarlos, tienen la presión de la mirada del mundo sobre la espalda. Algunos lo han llamado, incluso, un claro ejemplo de lucha de clases”.

La nota de National Geographic

 

Los carpinchos, tendencia en redes

La reconocida revista contó que la invasión de los carpinchos en Nordelta siguió siendo tendencia en las redes sociales en Argentina e incluso se había posicionado entre las 10 primeras de América Latina.

"Los llaman pestes, una plaga, mientras que organizaciones de la sociedad civil favorecen el derecho de estos animales de ocupar el territorio, que les pertenece naturalmente desde hace milenios", afirma la periodista Andrea Fischer, la autora de la nota, que concluye afirmando que "quienes invaden el territorio no son las especies que habitan los humedales". 

"Por el contrario, la responsabilidad recae en el desarrollo urbano irresponsable en un entorno natural ajeno a nuestra especie", argumentó Fischer, haciendo referencia al proyecto urbanístico que comenzó a erigirse en el 2000, que constituye el barrio de clase alta más famoso de Argentina y con las hectáreas más caras del país.

 

¿Por qué deben protegerse los humedales?

“Principalmente, los humedales contribuyen a la retención, la filtración, la absorción y la purificación del agua. También es central su actividad como esponja que morigera con mucho éxito a las inundaciones. De hecho, está demostrado que, cuando un humedal desaparece, las inundaciones son muchísimo más violentas", explica el biólogo Sergio Federovisky en una nota en Página/12. De ahí la necesidad de que exista una ley que los regule. Actualmente, el proyecto está frenado en el Congreso de la Nación.

Conservarlos, como apuntaba el funcionario, es medular para proteger la diversidad biológica (muchas especies de flora y fauna dependen directamente de ellos para sobrevivir) porque funcionan como amortiguadores de las inundaciones (las controlan al actuar como esponjas y filtrar el agua lentamente a través del suelo), mitigan el cambio climático (actúan como sumideros de carbono) y abastecen de agua (la retienen y almacenan para uso industrial, agrícola y doméstico). Asimismo, proveen alimentos, materiales y medicinas (se generan productos a base de plantas, animales y minerales), operan como primera línea de defensa contra las tormentas (reducen el impacto de las olas) y, como si fuera poco, contribuyen a estimular la recreación y el turismo (por su belleza natural y diversidad biológica, potencian las economías regionales).

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