Los feminismos confluyeron una vez más: cien mil encuentros en uno solo

El 35.º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries se hizo en territorio huarpe, comechingón y ranquel. ¿Qué es? ¿Por qué el trigésimo quinto fue plurinacional? ¿Cuántas formas hay de habitarlo?

Los feminismos confluyeron una vez más: cien mil encuentros en uno solo

Participaron cerca de 120.000 personas en la marcha del 35.º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries. Foto: Eliana Obregón / Télam

Identidad y Género

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 11 DE OCTUBRE DE 2022

“Encuentro” es lo que más define a la experiencia que, desde 1986, reúne a feministas en distintos lugares de Argentina. De aquellas mil iniciales en Buenos Aires a más de 100 mil en 2022 en la capital puntana, las propuestas y las discusiones se multiplicaron, se potenciaron y se diversificaron, tal como quienes concurren. Por eso, el cambio de nombre es toda una respuesta política: de 34 encuentros nacionales de mujeres al 35.º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Intersexuales, Bisexuales y No Binaries, en territorio huarpe, comechingón y ranquel.

Habitar un encuentro es una experiencia colectiva y, al mismo tiempo, individual: nadie puede estar en todas partes al mismo tiempo, entonces cada quien elige de qué talleres participar, qué obra de teatro disfrutar, en qué fiesta bailar, qué espacios habitar. Eso sí, todos son atravesados por la interpelación que los feminismos ponen a los cuerpos, a las identidades, a las organizaciones, a los planteos políticos y también personales.

¿Qué es un encuentro como este? Son calles pobladas, micros llenos, lugares públicos abarrotados por mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales, intersexuales y no binaries. Son nacionalidades, colores, aspectos que sobreestimulan las miradas. Son militantes de partidos políticos, de sindicatos, de organizaciones barriales, de colectivos feministas. Son niñas, niñes, adolescentes, adultas y ancianas. Son las que van por primera vez y las viejas encuentreras de siempre. Son las ceremonias ancestrales y las coplas, pero también el “festitorta”, el “mostripalooza”, batucadas, sikuris, murgas, bandas rockeras, punks y de cumbia.

Van las y les que no se pierden de participar en talleres –hay quienes van al mismo de siempre y quienes siempre cambian–, quienes migran entre uno y otro, quienes aprovechan para ver espectáculos de otros lados del país. A veces van con hijas e hijes, con sus amigas, con sus compañeras de militancia. Van feriantes, trabajadoras de la economía popular, militantes de sus territorios. Van a buscar compañía, a reflejarse en otros relatos, a encontrarse con las mismas preguntas y otras respuestas; con los mismos problemas y otras soluciones; con la misma bronca por la desigualdad, con las mismas ganas de cambiarlo todo.

La masividad de la presencia en las actividades es la característica de los encuentros. Foto: www.35encuentroplurinacionalmlttbinb.org

De los 105 talleres, agrupados en 15 ejes, muchos tenían completo su cupo y quienes no lograron entrar al primero intentaron formar subcomisiones. Los debates, en general, están atravesados por la experiencia personal –a veces a modo de catarsis– y, en su reflejo con otras o su análisis, buscan una respuesta política. 

Los encuentros, además de reunir mujeres y diversidades, potencian los reclamos locales. Por eso tomó fuerza la exigencia de búsqueda y aparición de Guadalupe Belén Lucero, la niña de cinco años desaparecida desde mediados de junio de 2021 en un barrio del sur de la capital de San Luis. Y por eso, también, el próximo encuentro será en Bariloche, territorio mapuche que sufre el avance extractivista sobre sus territorios, la represión estatal y la impunidad.

Porque no solo fue su nombre, sino también el contenido lo que marcó la plurinacionalidad de este encuentro. De hecho, una ceremonia ancestral inició el encuentro al grito de “Marichiweu”, una expresión en mapudungún que significa “diez veces venceremos”. También se realizó –con concurrencia masiva y en la plaza principal– la Asamblea de Feministas de Abya Yala, que estuvo marcada por distintos reclamos y, particularmente, por la exigencia de libertad a las mapuches del Lof Lafken Winkul Mapu, detenidas en Villa Mascardi.

Asamblea de Feministas de Abya Yala. Foto: Unidiversidad

Una de las que comenzaron la ceremonia fue Lolita Chávez, lideresa indígena guatemalteca: “Las machis no son terroristas ni criminales, son defensoras, guías, sanadoras, sabias consejeras, y respetamos su autoridad porque así es, así sea y así será, pactado está”.

En el encuentro, las caras públicas y conocidas son unas más entre la multitud. Referentes de la militancia caminan entre el resto de la marea y las organizaciones históricas decoran las plazas públicas. Los abrazos son omnipresentes, los pañuelos se mezclan, los reclamos confluyen en un solo lugar.

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