Mariano Ferreyra tenía 23 años cuando fue asesinado por una patota que respondía a la dirigencia de la Unión Ferroviaria, durante una manifestación de obreros tercerizados. Los responsables del crimen cumplen condena.
Mariano Ferreyra era estudiante universitario y militante del Partido Obrero. El 20 de octubre de 2010, los trabajadores tercerizados de la Línea Roca del ferrocarril protagonizaron una manifestación en Barracas, por la que reclamaban el pase a planta permanente. Ferreyra, junto con otros militantes del PO, acompañaba la manifestación. La burocracia sindical de la Unión Ferroviaria decidió disolver la protesta y envió una patota armada, que avanzó sobre los manifestantes y les disparó. Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos resultaron heridos de bala. Mariano Ferreyra fue ultimado de un tiro en el pecho.
La Justicia acusó a dirigentes de la Unión Ferroviaria por un homicidio y tres tentativas de homicidio. El Tribunal Oral Criminal 21 de la Capital Federal dictó sentencia el 19 de abril de 2013, y condenó al exsecretario de la Unión Ferroviaria, José Ángel Pedraza, al igual que a Juan Carlos Fernández, a 15 años de prisión por ser instigadores del crimen de Mariano Ferreyra; a Cristian Daniel Favale y Gabriel Sánchez, a 18 años de prisión por ser autores materiales del crimen. Otros seis imputados recibieron condenas de entre ocho y 18 años de prisión (algunas de estas condenas recayeron sobre policías involucrados en los hechos), otros dos recibieron penas menores y hubo tres absoluciones.
La militancia que había caracterizado toda su vida y la violencia de su muerte en plena juventud convirtieron a Mariano Ferreyra en un símbolo de la lucha obrera.