Médicos Sin Fronteras y su misión de frenar la meningitis en Nigeria

Debe vacunar a 136 000 personas en una semana en el estado de Yobe. La enfermedad ha causado miles de muertos en ese país y la organización debe sortear varias dificultades de logística en el lugar.

Médicos Sin Fronteras y su misión de frenar la meningitis en Nigeria

Médicos Sin Fronteras realiza vacunaciones masivas en distintas partes del mundo. Foto: Médicos Sin Fronteras.

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Unidiversidad / Médicos Sin Fronteras

Publicado el 07 DE JUNIO DE 2017

Médicos Sin Fronteras (MSF) organiza distintas campañas de vacunaciones masivas. Una de ellas es la de meningitis, que actualmente está realizando en el estado nororiental nigeriano de Yobe. El objetivo es vacunar con éxito a 136.000 personas en una semana. Para eso, sus integrantes deberán sortear zonas remotas y soportar temperaturas superiores a 40 grados sin que sus productos pierdan la cadena de frío, ya que deben estar siempre entre los 2 y 8 grados para que no se alteren.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisan que desde el 13 de diciembre de 2016 hasta el 14 de mayo de 2017 la epidemia afectó a 13.943 personas y causó la muerte de otras 1.112 en Nigeria.

Desde que las vacunas salen de Europa hasta que llegan a Nigeria y son recibidas por los médicos pasan por decenas de personas. En este lugar se debe supervisar el material en todo momento y se organiza una recepción especial en aduanas para evitar que las vacunas queden retenidas. En este punto se encuentra la primera dificultad: el transporte. Elegir la movilidad adecuada no es fácil para MSF. El tráfico en avión hacia el norte de Nigeria es limitado porque al aeropuerto más cercano, en la población de Maiduguri, MSF solo puede utilizar los vuelos operados por Naciones Unidas o Cruz Roja. Pero esos son aviones pequeños que permiten poca carga y los obliga moverse por las rutas principales hasta las bases en Yobe.

Sin embargo, el acceso a los puntos de vacunación se dificulta aún más porque las rutas están en mal estado o porque no son seguras. Agunos de estos lugares están a más de dos horas en auto de las bases de Médicos Sin Fronteras y no existe otra opción que no sea el auto, ya que no pueden arriesgarse a ir caminando debido a la posible presencia en la zona de miembros de Boko Haram. En estos casos, un equipo de logistas tiene que controlar los movimientos de los autos a cada momento, así como las telecomunicaciones por radio, teléfonos móviles y satelitales.

Si las vacunas llegan en avión, posteriormente son transportadas en camiones frigoríficos hasta un cuarto frío del Ministerio de Sanidad en el estado de Yobe, donde se decide el reparto a las bases del estado donde los equipos coordinan el envío de equipos a los distritos afectados por la meningitis.

Las vacunas llegan a las zonas de vacunación en heladeras portátiles cargadas con acumuladores de frío necesarios para que soporten un trayecto de varias horas por ruta. Aquí aparece otra dificultad que tiene que ver con que en muchas osaciones en esos lugares no hay servicio de electricidad disponible. Esto implica que MSF debe contar con generadores, una instalación eléctrica y el espacio suficiente para disponer de todo el material. También se necesita combustible para que los aparatos puedan funcionar  las 24 horas del día, cuestión no sencilla en contextos no urbanos y afectados por crisis o conflictos.

Además de controlar la cadena de frío, buscar transporte, casas, colchones y mosquiteras, el esfuerzo de los médicos se concreta sólo si se desarrolla también lo que llaman microplan, es decir, un mapeo detallado de todas las áreas donde se vacuna: cantidad kilómetros exactos están los destinos de las bases, condiciones de las rutas, qué sucede si llueve o hace sol, cuánta población vive en cada lugar y qué tipo de población es.

Sobrepasar esta dificultad es muy importante para MSF debido a que en Nigeria, por ejemplo, hay muchas tribus nómadas dedicadas al pastoreo, por lo que tienen que sensibilizar con tiempo a las comunidades para que el día que comienza la vacunación la población beneficiaria sea accesible.

En el caso de la meningitis, la percepción de la población es bastante buena porque están un poco asustados y le tienen bastante respeto a la enfermedad, pero no en todos los casos es así, detalla Daniela Muñoz, integrante de Médicos Sin Fronteras. 

Las vacunas que requieren una inyección y que produce dolor generalmente disuaden a la gente y cuesta convencerlas para que asistan a las siguientes rotaciones.

Por más que se controlen todos estos detalles técnicos pueden surgir imprevistos para los que los equipos de vacunadores deben estar estén entrenados: una ruta cortada durante horas, un aviso de atentado que obliga a suspender concentraciones de gente para la vacunación.

También pueden existir errores humanos como que algún equipo se lleve las heladeras sin las vacunas por hacerlo rápido. Pero este tipo de equivocaciones son propias de una movilización masiva en la que participan más de medio centenar de vehículos y equipos donde absolutamente todo debe ser controlado.

 

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