Nuevas especies: los tucu-tucu, roedores que forman colonias como los seres humanos

El estudio realizado por especialistas del Conicet y universidades de Argentina y Chile describió dos especies y permitió conocer mejor su paleontología, evolución, comportamiento y forma de vida colonial, muy parecida al ser humano en sociedad. “Describir una especie permite su conservación”, dijo Pablo Vicente Teta, integrante del equipo de investigación.

Nuevas especies: los tucu-tucu, roedores que forman colonias como los seres humanos

La descripción de nuevas especies y su importancia: el caso de los roedores tuco-tucos. Foto: Conicet

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Ernesto Gutiérrez

Publicado el 19 DE SEPTIEMBRE DE 2023

Un equipo de investigación del Conicet y de universidades de Chile describió dos nuevas especies de roedores subterráneos, conocidos popularmente como tucu-tucu. Este trabajo es importante porque permite la conservación de estos animales amenazados por depredadores y puesteros de las zonas del centro-oeste y sur del Argentina, y también entender su paleontología, evolución, comportamiento y forma de vida colonial, muy parecida a la del ser humano.

El tucu-tucu es un roedor subterráneo del género Ctenomys, con más de 70 especies descriptas en toda la Argentina. Al pasar la mayor parte de su vida bajo tierra, es más oído que visto, por eso, su nombre común es la onomatopeya de su característica vocalización “tuc-tuc-tuc”. A pesar de ser común y conocido en los ambientes donde vive, es casi desconocido en cuanto a su taxonomía (clasificación) y biología. Ahora, un equipo de investigación, integrado por especialistas del Conicet y de las universidades de Chilecito (UNdC) y Austral de Chile (UACh), se embarcó a la tarea de describir dos nuevas especies de los también conocidos popularmente como tucu-tucu, ocultos o tunduques. 

El tucu-tucu es un roedor subterráneo del género Ctenomys con más de 70 especies exclusivas de todo el centro-oeste y sur de Argentina. Foto: Conicet

Según el investigador del Conicet Pablo Vicente Teta, que formó parte del grupo, el género de roedores Ctenomys es uno de los que tienen mayor riqueza científica dentro de los mamíferos, ya que permite entender la supervivencia de una especie casi extinta, su forma de vida, paleontología, evolución y comportamiento de similares características a las del ser humano en sociedad.

“El estilo de vida muy particular de este animalito, en comunidad o solitario, ha sido la clave para la supervivencia del roedor y podría ofrecer una mayor comprensión sobre la evolución de la conducta en otros animales, como las hormigas, incluso los humanos. Podría decirse que su estructura social es muy parecida a la nuestra. En el caso particular de estas dos nuevas especies de roedores, denominadas Ctenomys eileenae y Ctenomys verzi –que fueron descriptas sobre la base de análisis filogenéticos de secuencias de ADN mitocondrial y evidencias morfológicas cualitativas y cuantitativas–, lo que se está buscando determinar es si tienen esas mismas características sociales y si tienen similitudes con sus pares del sur”, explicó. Según Teta, ambas especies son endémicas del centro-oeste de Argentina, y una de ellas es exclusiva del sur de la provincia de Mendoza (Las Leñas). 

“'Ctenomys eileenae' se distribuye en las laderas andinas orientales de las provincias de La Rioja, San Juan y Mendoza, donde habita en pastizales y matorrales montanos por encima de los 3500 m s.n.m. Por su parte, 'Ctenomys verzi' se encuentra en el suroeste de nuestra provincia y ocupa ambientes similares entre 2000 y 2400 m s.n.m.”, detalló.

El investigador del Conicet Pablo Vicente Teta

En cuanto al estudio taxonómico de estas dos especies, Teta afirmó que la taxonomía es una rama de la biología que se encarga de clasificar a los organismos, diferenciarlos y delimitarlos en especies diferentes. 

“Es importante estudiar la taxonomía en diferentes organismos porque así, entre otros varios aspectos, se pueden orientar esfuerzos de conservación más adecuados. Para el caso de los tucu-tucu, su taxonomía aún es muy incierta y abre puertas a diversas preguntas”, detalló.

No obstante, pese a su gran riqueza científica en las más de 70 especies, el hecho de poder identificarlas y separarlas no es tarea fácil. “Al inicio, muchas de estas especies fueron descriptas con base en caracteres morfológicos, o sea, su apariencia externa, como los cambios de la coloración del pelaje, pero esto llevó a una sobreinflación del número de especies y a una sobreinformación de la especie, ya que todas eran similares. De ahí se pasó a realizar un estudio taxonómico de la especie para poder diferenciarla de sus pares. Gracias a esto, en las últimas décadas, se han propuesto varias especies nuevas y se han sinonimizado otras. Es decir, una especie dada, que se creía era diferente al resto, resultó ser similar en varios aspectos: alimentación, composición biológica, comportamientos y demás. Algo similar ocurre con estas dos especies nuevas”, remarcó Teta.

El género de roedores "Ctenomys" es, según el investigador del Conicet, uno de los grupos con mayor riqueza de especies dentro de los mamíferos. Foto: Conicet

Estas dos nuevas especies recientemente descriptas, Ctenomys eileenae y Ctenomys verzi, fueron nombradas así en honor a Eileen Lacey y Diego Verzi, especialistas abocados al estudio de la sistemática, paleontología, evolución y comportamiento de los roedores. 

“Los últimos hallazgos en torno a estos roedores nos han beneficiado enormemente por el enfoque de  taxonomía integrativa que les dimos. Incluyen datos morfológicos, como forma y tamaño del cráneo, datos moleculares, genéticos y ecológicos, entre otros, que los diferencian del resto y nos permiten tener noción de a qué nos enfrentamos con esta nueva especie.  A esto debemos sumarle crecientes esfuerzos de muestreos de campo en áreas no muestreadas o poco muestreadas, y la consulta de colecciones biológicas, que constituyen la base de datos de nuestra biodiversidad”, dijo.

Las dos nuevas especies fueron nombradas en honor a Eileen Lacey y Diego Verzi, especialistas en roedores.  Foto: Conicet

La importancia de la descripción

Teta dijo que debe hacerse hincapié en la conversación; para eso, debe diferenciarse la palabra “descripción” de la palabra “descubrimiento”. Ambos conceptos tienen connotaciones ambiguas para la ciencia, sobre todo cuando se da a conocer una especie.

“La descripción de una especie nueva es de alguna forma ponerle nombre a una especie animal que no era conocida por la ciencia, es decir, la ciencia le pone nombre a algo que no era conocido todavía, por eso el estudio taxonómico y biológico. Eso tiene implicancias, porque si una especie no es conocida, es decir, si no tiene nombre, entonces, de alguna manera, queda fuera del radar de un montón de cuestiones, como la conservación, y para que una especie sea conservada, debe tener un nombre. Eso es lo que hacemos nosotros, describimos a la especie, que es como el primer paso para su conservación”, señaló. 

Desde 2020 a la fecha, se han descripto siete nuevas especies de tucu-tucu y se han sinonimizado alrededor de otras cuatro, de las cuales se desconocía su composición molecular. Asimismo, se han identificado potenciales especies candidatas a ser descriptas en un futuro cercano. En Argentina, una veintena de especies de tucu-tucu están en categorías de especies amenazadas. “El hecho de continuar investigando, explorando nuevos ambientes y refinando una delimitación más integral y completa de las especies es fundamental, no solo para conocer nuestra diversidad biológica, sino también para la planificación de la conservación y hábitats de sus poblaciones”, señaló el investigador.

Por el momento, el estudio de los roedores tucu-tucu se centra solo en la taxonomía y la biología, pero en un futuro no muy lejano, se buscará acercarse aún más a esta especie. "Hasta el momento, la descripción ha sido el puntapié inicial para su conservación. Buscaremos acercarnos para dar más detalles de la composición colonial de los tucu- tucu Ctenomys eileenae y Ctenomys verzi”, selló el investigador.

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