Organizados ¿y unidos?

El comunicador social, Pablo Guaycochea, analiza en la siguiente nota las connotaciones sobre el cacerolazo del jueves pasado. El autor esgrime que hay que celebrar que una minoría pueda expresarse libremente, mejor aún si lo hace sin consignas violentas, pero también hay que recordar en todo momento que las cacerolas no son votos. 

Organizados ¿y unidos?

"Las cacerolas no son votos", dice Guaycochea en esta nota. Foto web.

Sociedad

Unidiversidad

Pablo Guaycochea

Publicado el 17 DE SEPTIEMBRE DE 2012

“¿Señora, por qué está acá? Porque defiendo la seguridad, estoy en contra de la corrupción y… había otra cosa más...”

Este tal vez sea, aunque a la señora se le olvidó la última razón de su presencia, uno de los pedidos más sensatos que se escuchó en la manifestación del pasado jueves. Una manifestación que fue convocada por las redes sociales. Y digo por y no a través porque aparentemente fueron ellas quienes, convertidas en un ciudadano más, movilizaron a los asistentes. Ellas distribuyeron correos y editaron videos publicitarios. La técnica al poder. Dice un rumor que los medios masivos de comunicación están indignados ante el avance de las nuevas tecnologías.

Hasta aquí podemos decir que la organización fue un éxito pero ¿podríamos decir lo mismo respecto de la unión entre los asistentes? Para asegurar que existe unión entre las personas que reclamaron deberíamos intentar ligar un conjunto de consignas individuales, en general originadas en premisas falsas, que no hacen más que evidenciar el egoísmo exacerbado de quienes las esgrimen. Recordemos algunas: “basta de esta dictadura”, “no nos van a dejar salir del país”, “procrean para cobrar el subsidio”, “no podemos comprar ni diez dólares”, “antes podía ir de vacaciones a Punta del Este”, “mi mucama recibió un terreno a cambio del voto”. Le cedo la tarea de unificar las voces al lector y ratifico que sin dudas el testimonio citado al inicio sigue siendo el más sensato, por varias cabezas.

La fortaleza de quienes creemos que el camino recorrido desde el año 2003 es el correcto se sustenta en que nos vemos y nos encontramos unidos por todo lo que se ha realizado. A riesgo de ser repetitivo mencionemos la Asignación Universal por Hijo, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, los juicios a los genocidas, el programa Conectar Igualdad, el matrimonio igualitario, la ley de género, etc., etc., etc. Lejos de consignas de muerte, de violencia verbal, de repetir el discurso de los medios comerciales oligopólicos, del odio a los que ahora pueden vivir mejor, nos sentimos unidos por los avances y seguimos el camino hacia la organización. De esto se trata el juego democrático. Hay que celebrar que una minoría pueda expresarse libremente, mejor aún si lo hace sin consignas violentas, pero también hay que recordar en todo momento que las cacerolas no son votos.

 

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