¿Primavera sin barbijos?

En Mendoza, la cifra de pacientes con COVID-19 bajó casi el 400 % en apenas tres meses. Qué dicen los especialistas acerca de quitarse la protección facial.

¿Primavera sin barbijos?

En mayo, en Inglaterra, el gobierno impulsó un recital sin barbijos y sin distanciamiento social para estudiar el comportamiento del virus. Foto: archivo Télam

Sociedad

Salida progresiva

Unidiversidad

Unidiversidad

Publicado el 06 DE SEPTIEMBRE DE 2021

¿Mendoza está volviendo a la “vieja” normalidad? Es la pregunta que se hacen muchos cuando se observa cómo bajan todos los índices en materia de COVID-19, esos que, durante el último año y medio de vida en pandemia, nos acostumbramos a mirar diariamente, a la par de la temperatura o la hora.

Con la primavera a la vuelta de la esquina, parece que no está tan lejos el momento en el que se pueda andar por la calle sin barbijo. Es que desde fines de agosto está en marcha una tendencia positiva que parece irreversible: la cifra de personas que cursan la enfermedad es la más baja desde febrero y es casi cuatro veces menor que hace solo tres meses, a principios de junio.

Para ser precisos, los pacientes activos al 5 de septiembre en Mendoza eran 993, el 385 % menos de los 4860 que estaban enfermos el 1.º de junio pasado. Los casos activos son los de las personas que se contagiaron el virus y que hasta ese momento no tenían el alta médica. Este cálculo surge de restarle al total de infectados detectados desde que comenzó la pandemia (marzo 2020) la cantidad de recuperados y los fallecidos.

La baja es aún más significativa cuando se comparan las cifras actuales con las de un año atrás. El 1.º de septiembre de 2020 había 4910 casos activos en la provincia, cuatro veces más que hoy, pero todo escaló aún más hacia octubre (11 250) y noviembre (18 640), en lo que fue el peor momento de la pandemia en Mendoza y el país, cuando aún no empezaba la vacunación.

Nadie tiene dudas de que esta baja –que se replica en otros índices clave, como los contagiados y fallecidos, la positividad y la ocupación de camas UTI– responde al crecimiento en la vacunación. La inoculación de la población en la provincia, en el mismo período analizado, se triplicó en los últimos tres meses: si al 1.º de junio solo el 20 % de los mendocinos tenían al menos una dosis, el 1.º de septiembre ese índice era del 60 %.

Aun cuando las segundas dosis siguen siendo una deuda para muchos, también aumentó considerablemente su aplicación: según el Monitor Público de Vacunación de la Nación, el 1.º de junio se habían colocado 4364 vacunas del segundo componente a personas en Mendoza, mientras que, tres meses después (el último miércoles), fueron 15 395 en solo un día. Como consecuencia, al comenzar septiembre, la provincia tiene al 33 % de su población con el esquema de vacunación completo.

Casos activos en Mendoza

Ver en pantalla completa

¿Primavera sin barbijos?

 

Pese al optimismo que reflejan los números, los expertos aconsejan no deshacerse del barbijo aún. Ni mucho menos del resto de las medidas preventivas que conforman la barrera contra el virus, como el distanciamiento social, el lavado de manos y otras.

 

Como explica Sergio Saracco, director del Observatorio de Salud Pública de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCUYO, el barbijo sigue siendo una de las barreras más efectivas contra el virus, porque protege en un factor doble: a la propia persona y al otro. “Porque el virus se contagia por vía aérea, está en nuestras secreciones: sale cuando respiramos, hablamos, cantamos. Y con el barbijo eso queda pegado a mi cara, entonces no contagio al otro. Por eso el uso de barbijo es fundamental”, dice el médico y ex ministro de Salud de la provincia.

 

Y ejemplifica con la metáfora del queso gruyere: “Si yo pongo una barrera con múltiples orificios, la posibilidad de que me alcance el virus es mucho menor”.

 

Así, además del barbijo, tenemos el distanciamiento físico, la ventilación de los ambientes, la higiene de manos y, por supuesto, la vacuna. Esta última es una barrera fundamental contra el coronavirus, como lo demuestran todos los índices en baja. “Prepara el sistema inmunológico para ser menos vulnerable al virus, que la persona tenga menos riesgo de muerte, de internación y hasta de tener síntomas”, dice Saracco.

 

Por su parte, desde el Gobierno provincial ratificaron a Unidiversidad que "no está previsto desestimar el uso de barbijo". Y también destacaron la importancia de su utilización: "Nosotros no solamente insistimos con el uso y todos los cuidados preventivos como distanciamiento y demás, sino que los vacunadores se lo recuerdan a cada persona que va. Además, en estas elecciones [el próximo domingo] habrá un protocolo especial en el que está incluido el uso del barbijo", informaron desde el Ministerio de Salud. 

 

 

Evolución de la vacunación en Mendoza

Ver en pantalla completa

Riesgo asumido

 

Aunque no ve tan cerca la “ventana” para deshacerse de los tapabocas en Mendoza, ya que "hay que tener por lo menos 70% de la población con dos dosis” para poder circular sin él, el médico considera que en espacios abiertos, al aire libre, hay un “efecto dilución” que hace que el riesgo de contagiarse de Covid sea mucho menor. Es lo que vemos hoy en los estadios de fútbol de Europa repletos de espectadores sin barbijos. “Es un riesgo asumido –dice Saracco–, porque es probable que se infecten pero asumen el riesgo porque es mínimo al estar vacunados”.

 

Por eso, llegar a una mayoría de la población con el esquema de vacunación completo será clave para que Mendoza recupere aquella normalidad de los tiempos pre pandemia. O al menos, que podamos circular en espacios abiertos sin barbijo.

 

“No hay que relajarse y mantener estas medidas, porque todavía no pasó la tormenta”, recomienda Saracco, quien además recuerda que muchos países han vuelto a exigir el tapabocas en la vía pública por la variante Delta y a pensar en aplicar una tercera dosis para reforzar la inmunidad.

sociedad, coronavirus, barbijo, tapabocas, covid19, covid, saracco, contagio,