Primera mujer en recibirse en contexto de encierro: “El futuro puede ser reescrito"
Tras superar numerosos obstáculos, Roxana G. se convirtió en la primera interna en recibir un título universitario mediante el programa de Educación Universitaria en Contexto de Encierro de la UNCUYO. La flamante técnica universitaria en Educación Social contó parte de su recorrido hasta llegar al trabajo final.
La UNCUYO ya tiene a su primera egresada en contexto de encierro. Foto: archivo Unidiversidad
Durante los últimos días de septiembre, Roxana, estudiante de la Tecnicatura Universitaria en Educación Social (TUES) defendió su trabajo final. Desde ese momento, se convirtió en la primera mujer en egresar bajo la modalidad del programa de Educación Universitaria en Contextos de Encierro (EUCE). “Detrás de cada muro, hay una historia que merece ser escuchada”, contó, orgullosa.
La historia de Roxana G. en el mundo universitario comenzó en el Complejo de Alojamiento Permanente Almafuerte, en Cacheuta, Luján de Cuyo, y continuó en el penal de Boulogne Sur Mer, en Ciudad. No fue un camino fácil y tuvo que sortear varios obstáculos institucionales y simbólicos.
El sendero para que llegara a alzarse con el título de Tecnicatura Universitaria en Educación Social fue transitado junto a Nelson, interno con quien compartió la carrera y con quien rindió varios finales. “Era salir de una mesa, pedir entrar a la otra, salir de esa y así”, recordó Roxana, y agregó: ”Nos decían: ‘Ustedes están locos’, pero lo logramos”.
Claro que iniciar una carrera universitaria en contexto de encierro no es nada fácil. “No me querían llevar a las clases porque era la única mujer que iba a donde había solamente hombres. Tuve que interponer un habeas corpus. Me costó muchísimo que me respetaran los horarios de cursado, la conectividad, mi derecho a estudiar", relató.
"Me decían: ‘¿Para qué vas a ir si, cuando te recibas, no vas a poder trabajar?’, y yo respondía: ‘Dejame que a eso lo vea yo’. A lo mejor, si hubiera menos trabas, tendríamos más mujeres estudiando. Porque te cansás”, reflexionó la flamante técnica universitaria, y dio pie a potenciar cómo el estudio es una variable que iguala: “Hay desigualdad, hay discriminación. Dicen: ‘Está preso, dejémoslo’. Pero, si ese preso va a salir, démosle herramientas para que salga y no vuelva. Si querés que se termine la reincidencia en el delito, dale la posibilidad de que estudie, de algo va a poder trabajar. Incluso, más allá de la carrera, le va a abrir la cabeza”.
Las actividades se realizan en aulas de la UNCUYO en los Complejos de Boulogne Sur Mer y de Almafuerte. Foto: Unidiversidad
Voces que necesitan ser escuchadas
El trabajo final consistió en la sistematización del taller de radio Las voces del silencio. Roxana fue parte de ese proceso y lo describió como un espacio mixto, al que muchos hombres llegaban sin poder poner en palabras lo que sentían. “¿Qué mejor, si estamos buscando resocializar y reinsertar a una persona, que ofrecer un taller como este, donde se le brindan herramientas para hablar, escribir, repensar su vida?”, defendió, y luego describió: “Lo mejor es ayudar a salir de la posición de victimización y dar pie a decir: ‘Bueno, llegué acá, ya está. Lo que hice tengo que pagarlo, tengo que entender el porqué, pero soy una persona, tengo derechos y puedo seguir’”.
“Se piensa que son todos monstruos, y tenés personas con distintas trayectorias de vida —explicó Roxana—. Detrás de cada muro, hay una historia que merece ser escuchada y un futuro que puede ser reescrito a través de la educación y el respeto”.
Más de 70 docentes se involucran y brindan sus clases en el marco del Programa EUCE. Foto: Prensa UNCUYO
Cientos de nuevas oportunidades
El programa EUCE —dependiente de la Dirección de Trayectorias Académicas de la Secretaría Académica (SA) de la UNCUYO— se creó en 2008 para garantizar el acceso, la permanencia y el egreso de las ciudadanas y ciudadanos que se encuentran privados de su libertad en las unidades carcelarias de Mendoza. Se trata de 12 carreras de grado y pregrado que dictan, en esta modalidad, las facultades de Ciencias Políticas y Sociales, Derecho, Educación, y Filosofía y Letras, y el Instituto Tecnológico Universitario (ITU), siendo una de las ofertas educativas más amplia de la Argentina.
Actualmente, son 232 estudiantes activos universitarios privados de su libertad que ejercen su derecho a la educación universitaria, pública y de calidad. Ahora bien, de ese total, solo 20 son mujeres; 21 si contamos a Roxana, que ya tiene título.
Más de 70 docentes han tomado sus exámenes finales, parciales o han brindado consulta o clases complementarias. Cada año son más los y las docentes que se involucran y ofrecen sus clases en el contexto del programa. Los grupos de estudio, clases y actividades que complementan la educación formal se desarrollan en las aulas de la UNCUYO ubicadas en los complejos penitenciarios Boulogne Sur Mer, Almafuerte II y Federal VI.
La primera carrera que le llamó la atención a Roxana fue Abogacía, pero, finalmente, tras una visita a la Feria Educativa, se inclinó por la TUES. Ahora, su sed de conocimiento no para y dijo que quiere estudiar la Tecnicatura en Interpretación de Lengua de Señas para articular con el título que ya tiene en sus manos.
educación, contexto de encierro, género,
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