Qué tratamientos se emplean hoy contra el coronavirus y cuáles están aún en estudio

Una recopilación de los medicamentos aprobados, los desaconsejados y los que están en estudio por profesionales de la ciencia.

Qué tratamientos se emplean hoy contra el coronavirus y cuáles están aún en estudio

Foto: Freepik

Ciencia y tecnología

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Unidiversidad / Fuente: Chequeado

Publicado el 03 DE MAYO DE 2021

La ciencia ya desarrolló y aprobó el uso vacunas desde el año pasado, cuando la COVID-19 provocó una pandemia que hizo entrar al mundo en aislamiento y provocó millones de muertes. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo en materia de medicamentos para prevenir o curar la COVID-19. En ese campo, se sucedieron varias moléculas y terapias esperanzadoras, pero muy pocas opciones superaron las pruebas clínicas y mostraron evidencias de su funcionamiento efectivo en pacientes. 

El portal Chequeado hizo un repaso por los tratamientos que hoy se emplean contra el coronavirus y los que están aún en estudio.

 

Tratamientos para COVID-19 leve

En los casos de personas que cursan la enfermedad en su domicilio, sin grandes complicaciones, “lo único que está sugerido oficialmente, y solo si es necesario, es el paracetamol o el ibuprofeno, destinados a aliviar síntomas como la fiebre y dolores musculares”, resumió el médico Lautaro de Vedia, expresidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). 

El experto agregó: “Algo que también recomiendan las sociedades profesionales es que los pacientes contagiados de coronavirus, tanto en casos leves como moderados, no tomen antibióticos, ya que estos no están indicados para tratar una patología viral”. Para Osvaldo Teglia, profesor de la cátedra Enfermedades Infecciosas en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, “los pacientes que pasan un COVID-19 leve generalmente se recuperan en su casa, con cuidados generales, aislamiento y monitoreo por telemedicina. Puede ser útil que las personas con alto riesgo de complicaciones utilicen un oxímetro de pulso para autocontrolarse la saturación de oxígeno, pero siempre bajo supervisión médica, al menos en un formato de telemedicina”.

 

Tratamientos para pacientes hospitalizados

Entre los pacientes internados por COVID-19 con asistencia de oxígeno o conectados a un respirador, la medicación que las guías de tratamientos publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación –cuya última actualización es de septiembre de 2020– recomiendan es la dexametasona o sus equivalentes (metilprednisolona o prednisona). 

“La única droga de la cual tenemos evidencia y que está demostrado que ayuda son los corticoides”, dijo Rosa Reina, presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI). La especialista agregó: “Es una de las moléculas más económicas de las disponibles. De las demás opciones terapéuticas no tenemos, por ahora, evidencia suficiente para recomendarlas”.

En eso coincide el infectólogo y farmacólogo Waldo Belloso, del Hospital Italiano de Buenos Aires: “En las personas internadas y cursando la enfermedad severa, el estudio Recovery, coordinado por expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a mediados de 2020, concluyó que el uso de dexametasona tiene un impacto definitivo para disminuir la mortalidad. Esta se puede usar sola o, desde hace poco, se está sugiriendo combinarla con el antiviral remdesivir”. También el estudio Recovery concluyó que hay evidencia a favor del uso de tocilizumab (un anticuerpo monoclonal que inhibe los receptores de interleucina 6) para reducir la mortalidad en pacientes hospitalizados por COVID-19. Este ensayo se suma a los resultados también favorables del estudio Remap-CAP. Varios hospitales y centros de salud de la Argentina ya lo utilizan y tiene un costo sustancialmente menor al de otras alternativas, según explicó el doctor en medicina Ariel Izcovich, investigador del Hospital Alemán de Buenos Aires.

 

Los que fueron descartados o aun no reúnen evidencia suficiente

Todas las fuentes y profesionales consultados coinciden en que hay varios medicamentos que fueron protagonistas de las noticias durante el inicio de la pandemia, pero son moléculas que nunca lograron mostrar resultados positivos al ser analizadas por medio de estudios hechos en forma sistemática y seria.

Algunos, como la hidroxicloroquina y la combinación lopinavir/ritonavir, que fueron analizadas por la OMS en el estudio médico Solidaridad, fueron descartados por su ineficacia y por indicios de posibles efectos secundarios adversos.

En el caso del plasma de convalecientes, ya se conocen los resultados de 19 ensayos aleatorizados en los que participaron más de 13 mil pacientes. En conjunto, muestran que el plasma no otorga ningún beneficio en el tratamiento de la COVID-19.

Para los casos severos, también hay alguna evidencia inicial de la utilidad del suero equino, especialmente en pacientes que no muestran estar desarrollando inmunidad propia. Ese tratamiento fue autorizado por la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat) para uso hospitalario exclusivo y bajo prescripción médica.

Sin embargo, un informe de la Comisión Nacional de Evaluación de Tecnologías de la Salud (Conetec) del Ministerio de Salud de la Nación concluyó que, en el caso del suero equino hiperinmune, “el balance entre beneficios y aspectos negativos considerados no favorece el empleo de esta tecnología”. 

También se están estudiando otros medicamentos, como la ivermectina o el ibuprofeno inhalado. Por ahora, ninguno ha generado evidencias de que contribuyan a prevenir o curar el coronavirus. Incluso, en algunos casos, su aplicación mostró efectos secundarios peligrosos para la salud.

 

Los medicamentos en estudio

En materia de nuevos tratamientos contra la infección por SARS-CoV-2, hay un gran desarrollo: solo en la Argentina, hay 25 estudios clínicos en marcha, aprobados por la Anmat, que evalúan la acción de distintos tipos de medicamentos. “En el campo de las moléculas antivirales, hay algunas próximas a salir y que parecen generar una reacción favorable en pacientes con enfermedad en estadio precoz, como el molnupiravir, pero aún debemos esperar los resultados completos de la fase 3 de los estudios”, adelantó Belloso.

“Los antivirales pueden ser un camino terapéutico a futuro, pero, por ahora, no hay ninguno que realmente haya demostrado su efectividad frente a esta patología. En los casos de los que funcionaron, como los desarrollados contra el VIH, no podemos olvidar que ponerlos a punto tomó muchos años”, reflexionó Reina desde la SATI.

Respecto a un mayor uso de cócteles de anticuerpos monoclonales, Belloso no es optimista: “Por ahora, son moléculas que no parecen modificar el panorama del tratamiento del COVID-19. Además, son drogas muy costosas”.

Finalmente Teglia sumó otro elemento para analizar estas opciones: “Si bien los tratamientos con anticuerpos monoclonales se siguen evaluando tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios, en este último caso se agrega un desafío logístico y de infraestructura, ya que su aplicación requiere de administración intravenosa”.

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