¿Sólo era para conformarlos?

Con esta nota, inauguramos la columna de corresponsales departamentales. El análisis pertenece a Charly Man Cruel Escobar que se adentra en las entrañas del rock en el Valle de Uco. 

¿Sólo era para conformarlos?

Bandas del Valle de Uco piden pista.

Sociedad

Unidiversidad

Carlos "Cruel" Escobar

Publicado el 24 DE ABRIL DE 2012

Durante todo el 2011 de manera muy curiosa, en todo el Valle de Uco, se realizaron diferentes espectáculos y se organizaron diversos eventos, para que las bandas locales, de rock principalmente, muestren todo su talento, y se hagan conocer un poco más. Hasta aquí todo bien. Nada parece “extraño” por llamarlo de alguna manera, los municipios que son quienes organizaban estos eventos por fin estaban cumpliendo con una vieja promesa de interesarse más por los nuevos talentos del rock local y regional y hacerlos sentir parte de la cultura regional.

En lo que va del año, me llamó la atención no ver en este tiempo, con la misma frecuencia, el “interés” de los municipios por el rock, y me preguntaba ingenuamente por qué? Solo veo toques de los pibes de las mismas bandas que los autogestionan. ¿Qué pasó que se olvidaron tan rápido? Recordé así muy inocentemente, que el 2011 fue un año de elecciones…Ahí me cayó la ficha. 

Usaron a los jóvenes para trepar a sus propias ambiciones, y después como siempre desecharlos de la manera más fría y poco cordial que se puede esperar de los partidos políticos, sea cual sea su color… No puedo dejar de lado que en Tunuyán, el actual intendente, Martin Aveiro durante su candidatura repartía folletos, que entre otras coas decía: “Tunuyán rock” como tratando de ganarse a ese público joven que es mucho y que disfruta del rock, directa e indirectamente (inteligente de su parte, hay que reconocerlo).

La lista continúa…en algunos casos en Tupungato y San Carlos, directamente el rock y “la música del diablo” no existen, no tienen lugar, por eso se lo mira a Tunuyán como un "falso paraíso musical". En síntesis, el rock está en discordia con las instituciones y son los integrantes de las banditas los que siempre están de “lamebotas” de quienes pueden hacer algo por ellos, dándoles la chance de que se muestren media hora al menos. Parece una utopía muy lejana para cualquiera, pero es algo que se puede arreglar y empezar a verlo como algo muy cercano, con oportunidades para todos.

Para finalizar, diré que el rock no morirá jamás, eso está claro. Si bien la política es de gran ayuda para su difusión, siempre se las arregló solo para subsistir y resistir a toda moda que intenta encasillarlo en algo pasajero que responde a los intereses de algunos pocos, que ni siquiera se han despeinado la peluca con el ruido de una guitarra distorsionada afinada en re bemol. Como miembro de esa comunidad rockera ignorada por las autoridades, hablo en nombre de mis colegas diciendo que no se está interesado en un reconocimiento tardío e interesado. El rock no se vende. No nos pueden conformar.