A un año del devastador terremoto en Chile

Hoy se conmemora un año de aquella tragedia que azotó al hermano país de Chile. Aquí el recuerdo de aquel 27 de febrero 2010 y el estado de reconstrucción en la que se encuentra Chile. 

A un año del devastador terremoto en Chile

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Internacionales

Unidiversidad

Edición periodísticas: Analía Martín.

Publicado el 28 DE FEBRERO DE 2011

El 27 de febrero del 2010, a las 03:34 de la madrugada, se produjo en Chile el 5to peor terremoto que ha sufrido la humanidad en su historia. El epicentro fue en Cobquecura, en la costa de la Región del Biobío, cuya capital es Concepción, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago. Movimientos violentos, medidos en 8,8 grados en la escala de Richter, asustaban a toda la población. Luego, una muralla de agua, de 15 metros de alto se desplomó sobre la costa, destruyendo casas, edificios, hospitales, escuelas, balnearios y todo lo que encontraba a su paso. El tsunami -que fue descartado tempranamente por las autoridades en base a informes erróneos de la Marina que hoy son objeto de una investigación- fue responsable de cerca de un centenar de las víctimas, y  de 31 personas que aún hoy se encuentran desaparecidos. Uno de ellos es el pequeño Emilio Gutiérrez, de cuatro años, su padre lo buscó incansablemente durante más de 10 meses en las costas de Constitución.  "Esta herida no se cierra nunca, pero se puede vivir con ella", dice Gutiérrez mientras tienen en brazos a su hija de un mes de vida. El mar, además le arrebató también a su padre y destruyó su casa. Unas 220.000 viviendas, 3.700 colegios, 17 hospitales y 212 puentes quedaron destruidos o dañados, según un último balance oficial, que cifró en 30.000 millones de dólares (18% del PIB chileno) los daños provocados por el sismo y maremoto. La tragedia, además de llevarse la vida de más de 500 personas, los desaparecidos, y los daños materiales, dejó un saldo de medio millón más de pobres en Chile, donde suman ya el 19,4% de la población total (16 millones).

Los escombros ya no se asoman por Concepción, la ciudad más devastada por el seísmo y el maremoto de hace un año en Chile, pero los ecos de la tragedia aún se hacen oír. "¿Olvidarse de lo que vivimos esa noche? Yo creo que va a ser eterno. Nos vamos a morir con eso. Cierro los ojos y puedo sentir los gritos de ayuda. Puedo sentir el ruido del mar, hasta el olor", relata a AFP Jimena Toledo, habitante del balneario de Dichato. En este lugar, la mayoría de sus casi 3.000 habitantes viven en la aldea provisional El Molino, donde sin agua corriente, baños compartidos y espacios minúsculos que anulan la intimidad, se sienten como en un campo de concentración. "La vida en la aldea es mala, es amarga, es fea. Para mí, esto es como un campo de concentración. A las nueve de la noche la gente se encierra en sus casas y eso es todo. Antes no era así", cuenta Jimena Toledo. Como El Molino, fueron construidas otras 106 aldeas para albergar a las 4.000 familias más afectadas para quienes aún la reconstrucción parece una ilusión.

Constitución, Talcahuano y Dichato son algunas de las zonas costeras que se vieron arrasadas por la fuerza de la naturaleza, pero ciudades como Talca, Concepción o Rancagua -y Santiago en menor medida- tampoco escaparon a los efectos del sismo y mantienen construcciones derrumbadas como triste recordatorio de lo que pasó. Incluso, hay lugares donde los escombros de lo que supo ser un edificio quedan como una “atracción turística”, para aquellos turistas que, tal como lo nombran la misma gente, hacen un “turismo morbo” sacando fotos a cuando desastre recuerde aquella tragedia. 




En Constitución, donde el tsunami causó el mayor número de muertos a nivel nacional, centenares de familias habitan en viviendas de emergencia en la aldea Puertas Verdes. Muchos han pasado el año en campamentos de emergencia y se preparan para otro invierno así. Destacan la ayuda que han tenido pero ya se hacen a la idea de pasar otro año en duras condiciones. "Hemos estado bien avanzados y hemos tenido hartos adelantos, contamos con 10 containers con ducha y una clínica, además de un centro comunitario para la aldea, y en los baños se están poniendo calefonts para el invierno", relató a la BBC Darcie Ruiz, actual presidenta del campamento. Según Ruiz, 12 de las 159 familias tendrán casas de aquí a marzo, mientras que el resto "tendremos que pasar otro invierno acá y por eso ya estamos tomando todas las medidas".

Los damnificados esperan ahora sus viviendas definitivas. Según datos oficiales, se habían asignado 135.000 subsidios, un 61% del total comprometido, aunque que desde que se adjudica el subsidio hasta que se inicia la construcción puede pasar hasta un año en trámites burocráticos. "Nos pusieron la primera piedra de las casas definitivas hace dos semanas, y todavía no han llegado ni las maquinarias. De esa primera piedra puede pasar un año, dos años" hasta que se construyan las casas, explica Sergio Vásquez en Dichato.

"Hubiéramos querido haber podido reconstruir todo el primer día; no era posible", reconoció esta semana el presidente Sebastián Piñera, quien asumió el cargo 12 días después del terremoto. El primer mandatario ha llamado incesantemente a la unidad, mientras muestra obras y da cifras que hablan de una reconstrucción de "más del 50% de la infraestructura" dañada. “No han estado solos, no van a estar solos y nuestro gobierno tiene un compromiso de cuerpo y alma para reconstruir piedra por piedra, ladrillo por ladrillo todo lo que el terremoto y maremoto destruyeron”, agregaba Piñera. "Efectivamente los daños son bastantes menores si tomamos en consideración que en el sector privado las operaciones son normales a un año del terremoto" y que el país creció en 2010 un 5,2%, comentó a AFP el economista Alejandro Fernández.

Sin embargo, es grande el descontento y desde distintos sectores aseguran que la recuperación no es tal como lo aseveran desde el oficialismo chileno. Los líderes de la opositora Concertación se restaron de los actos oficiales pese a la invitación de La Moneda y encabezaron acciones de protesta ante la labor del gobierno, como una marcha que reunió a unas 3.000 personas en el centro de Concepción. El puerto de Talcahuano, ubicado a unos 530 kilómetros al sur de Santiago, fue denominado "zona cero" por los daños que sufrió el 27 de febrero, y su alcalde, Gastón Saavedra, asegura que la reconstrucción está lejos de lo informado por Piñera. "El porcentaje no es el que el presidente dice, y lo importante es asumir con realismo esto pero además sistematizar y ordenar el proceso de reconstrucción", afirmó a BBC Mundo. Durante una actividad oficial en la caleta Tumbes, el alcalde pudo plantearle al mandatario sus impresiones, subrayando que tuvo una buena acogida en especial en lo relativo a las condiciones sanitarias en los campamentos de emergencia.

Similar es la situación en el balneario de Dichato, que se encuentra unos 475 kilómetros al sur de la capital, donde muchos estiman que no hay mayores avances. "En general hay bastante descontento porque el proceso no ha sido claro, no ha sido transparente ni participativo, y la preocupación ante otro invierno con mediaguas es máxima porque no tenemos alcantarillado o agua potable en las casas", dijo a BBC Mundo Gustavo Romero, administrador del sitio de internet Dichatoaldia.cl.


Anoche, se encendieron miles de velas en todo el país vecino, para recordar las victimas de aquel terremoto devastador, ocurrido el año pasado. En medio de la conmemoración, un temblor de 5,9 grados de magnitud en la escala de Richter se hizo sentir. Informó el Servicio Sismológico de la Universidad de Chile. El sismo se sintió a las 22.29 (la misma hora en la Argentina) y su hipocentro se ubicó a 31,5 kilómetros de profundidad en la costa sur de Chile, a 28 kilómetros de Lebu y a 500 de Santiago, según reportó la agencia italiana Ansa.

El temblor provocó algunas interrupciones en el suministro eléctrico y provocó temor en los habitantes de las regiones del Maule, Biobío y La Araucanía, las mismas devastadas hace un año exacto por un terremoto y maremoto.

La Oficina Nacional de Emergencias no informó de daños e indicó que en Lebu la intensidad del sismo en la escala de Mercalli, que tiene un máximo de 12, alcanzó a cinco grados.

Ecos de una tragedia natural de la cual ni la tierra, ni la gente parece olvidar.