Weinstein y Domingo, culpables por violentar a las mujeres

El productor de Hollywood fue hallado culpable de agresión sexual, mientras que el famoso tenor reconoció haber acosado a más de una veintena de mujeres. Por qué el movimiento #MeToo fue clave en la ola de denuncias contra estos dos "intocables".

Weinstein y Domingo, culpables por violentar a las mujeres

Foto: El Diario.es

Sociedad

Violencia de género

Unidiversidad

Fuentes: El Heraldo, El Diario, de España, Los Andes

Publicado el 26 DE FEBRERO DE 2020

Weinstein fue hallado culpable de agresión sexual. Plácido Domingo, el tenor, se disculpa con las víctimas. Ambos, acusados por decenas de mujeres de abuso sexual por ostentar poder machista. La caída de un todopoderoso de Hollywood denunciado por más de 80 mujeres sentó un precedente en la industria del entretenimiento.

La onda expansiva se extendió por prestigiosas instituciones literarias, culturales y artísticas, incluso, por entornos cotidianos habitados por mujeres que no son celebridades: las que toman el autobús, trabajan en oficinas, van a las universidades o salen a divertirse por la noche.  

El otrora exitoso productor Harvey Weinstein, hoy hallado culpable por la Corte de Nueva York de los delitos de agresión sexual y violación, puso sobre la mesa un tema oculto, escondido por el silencio y la vergüenza de las víctimas: el acoso.

Yo también. Desde octubre de 2017, el cofundador de los estudios Miramax, el hombre al que la oscarizada Meryl Streep comparaba  con “dios”, empezó a recibir múltiples denuncias, lo que desencadenó uno de los movimientos  de militancia feminista más grandes de la década.

Las actrices Ashley Judd, Gwyneth Paltrow, Kate Beckinsale, Uma Thurman y Salma Hayek acusaron a Weinstein de acoso o agresión sexual; Asia Argento, Rose McGowan y Paz de la Huerta, de violación. Mira Sorvino y Ashley Judd aseguran que acabó con sus carreras porque no permitieron el acoso.

En consecuencia, el movimiento denominado #MeToo permitió que miles de mujeres alrededor del mundo reflexionaran sobre el abrazo incómodo del jefe, el chiste misógino de un amigo, la caricia sin consentimiento de un conocido y “el halago” molesto del desconocido, situaciones de violencias a las que están expuestas las mujeres por el hecho de ser mujeres, y cómo en nuestras sociedades existe una normalización de conductas predatorias que se ejercen por las condiciones desiguales de poder.

Mar Candela, ideóloga del movimiento Feminismo Artesanal, con sede en Bogotá, opina que hablar sirve para sentir una vida menos violenta. “Nos hace sentir más seguras en un medio en el que se nos dice que debemos soportarlo todo y está bien ser acosadas. De hecho, nos dicen que debemos dar las gracias porque nos están halagando. Creo que esto ha servido para que el macho tenga miedo, para que se repiense, para transformar imaginarios. Sirve para cambiar la realidad de las que vienen, para nuestras hijas”, manifestó la activista.

Yamile Acevedo, líder de la Asociación Colectiva de Mujeres de Paz, una entidad que trabaja por el respeto y la prevención de violencias contra las mujeres, afirma que el hecho de que exista un diálogo alrededor del acoso pone de manifiesto una situación latente en todo el mundo que antes permanecía escondida. “Este es un tema que debe ser socializado porque muchas, al ser víctimas de conductas aberrantes de acoso sexual, de manoseo, de palabras soeces, no se atreven a denunciar por miedo, vergüenza y hasta falta de confianza en el sistema judicial. Muchas veces son revictimizadas”, afirma la activista.

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