Después de 20 años de su creación, el Consorcio de Empresas Mendocinas para Potrerillos (CEMPPSA) pasó a manos de un fondo argentino de inversión llamado BAF, “una alianza que pone la mira en inversiones estratégicas mayormente del sector energía”, de acuerdo con la descripción que hace Miguel Flores en su crónica para Los Andes.

Las empresas mendocinas Cartellone e Impsa dejaron el control del consorcio que construyó y administró el embalse y la central hidroeléctrica, una obra emblemática que, tras 50 años de debate público, fue iniciada en 1998 bajo el mandato de Arturo Lafalla, financiada con fondos de la venta de la desaparecida eléctrica EMSE e inaugurada en marzo de 2000 por Fernando de la Rúa como presidente y Roberto Iglesias como gobernador. Ambas empresas locales fueron, hasta el viernes 30 de junio, dueñas del total del paquete accionario de Cemppsa, especifica el reporte que abre la edición digital de LA.

“Al momento de cerrarse la transacción con BAF, una alianza que pone la mira en inversiones estratégicas mayormente del sector energía, Cartellone detentaba el control con el 70 % del consorcio, en tanto que Impsa poseía el restante 30 % de acciones Clase B, C, D y E, mientras que las A pertenecen a la Provincia”, puntualiza el informe.

Además, el periodista escudriña en los motivos de la venta: “Dicen los que siguieron de cerca la negociación que mucho tuvo que ver el interés de Cartellone de apartarse del negocio energético, así como lo hizo del agroindustrial; tanto como el afán de Impsa por cerrar el proceso de reestructuración de su deuda de más de USD 1100 millones que la mantuvo en vilo desde 2014”.