“El concepto de raza carece de validez científica y significó muchas muertes y genocidios”

En el comunicado de hoy del INADI, con motivo de reflexionar sobre el 12 de octubre: Día del respeto a la Diversidad Cultural, se lee “El Plan Nacional Contra la Discriminación estableció, entre sus prerrogativas, que el 12 de octubre sea un “día de reflexión histórica y diálogo intercultural”. Esto supone dejar atrás la conmemoración de la conquista de América y el proceso de “homogeneización cultural” que sólo valoró la cultura europea, para dar paso al análisis y a la valoración de la inmensa variedad de culturas que los pueblos indígenas y afrodescendientes han aportado y aportan a la construcción de nuestra identidad”. Veremos, junto a Sandra Passarella –abogada titular de INADI Mendoza- qué significa esto.

"El concepto de raza carece de validez científica y significó muchas muertes y genocidios"

Foto: Web

Sociedad

Unidiversidad

Analía Martín

Publicado el 14 DE OCTUBRE DE 2011

“Desde el año 2007, el INADI se presenta un proyecto para cambiar del ‘Día de la Raza’ y finalmente por decreto de Cristina Fernández en el año 2010, se establece el 12 de octubre como el ‘Día de Diversidad Cultural’ por el Decreto Nº 1584/2010”, explicaba la abogada.

“Esto se debe primero a que el concepto de raza carece de validez científica y significó muchas muertes y genocidios para la humanidad. Nuestro país, tanto en su historia como en la actualidad, muestra muchas formas de racismo, desde la discriminación a indígenas y africanos, pasando por el racismo contra los ‘cabecitas negras’ y los inmigrantes, por mencionar algunos. Segundo porque este cambio implica la valoración de diversas culturas, dejando atrás la homogenización cultural que solo reivindicó la cultura europea. Es decir, significa releer la historia desde nuestra propia identidad y reivindicar por ejemplo, como lo establece la Constitución Nacional, la preexistencia de los pueblos indígenas en nuestra tierra. Y por último porque considero que no podemos festejar el mayor genocidio ocurrido en nuestro continente.-

La diversidad cultural. Pensar en la diversidad cultural, abarca otros actores de la sociedad además de los pueblos originarios. “Sin duda, desde el comienzo de la formación del estado argentino, nuestra sociedad invisibilizó y excluyó a muchas identidades,  que escapaban al  modelo de ciudadano ‘ideal’, hecho a la medida de un proyecto de país capitalista hegemónico excluyente y que solo consideraba como tal al hombre, propietario, blanco, católico, heterosexual, dejando fuera a los pueblos originarios, a las mujeres, a los migrantes, a las personas con discapacidad, a las lesbianas, a los gays, etc. Por ello se trata de valorar la riqueza que implica la diversidad y comenzar a educar en esa diversidad. El rol de la educación es central para erradicar los prejuicios y para conocer otra historia que incluya nuestras identidades diversas. Por ejemplo, en el año 2010 se incluyó por primera vez en el censo nacional una pregunta sobre población afrodescendiente.  Esto significa reconocer los aportes que las diferentes culturas han hecho a nuestro país”, expresaba claramente Passarella.

Más de 5 siglos después. “Considero que,  si bien el reconocimiento de la preexistencia y los derechos incorporados a partir de la reforma constitucional de 1994, constituyen un avance sustancial en materia de derechos de los pueblos indígenas, resta mucho por hacer y las deudas pendientes que tenemos como sociedad son infinitas. Me refiero no solo al tema de tierras y lo que implica el reconocimiento de la propiedad comunitaria, sino al reconocimiento de su historia, de su lengua, de su cultura, de su cosmovisión, que es la nuestra por cierto. Persisten aún hoy altos índices de discriminación que deben ser tratados con un fuerte compromiso del estado en cada uno de sus ámbitos y con un monitoreo de dichas políticas para que sean efectivas.

Respecto de esto, considero un avance importante tanto la nueva ley de migraciones que establece que el migrar es un derecho humano fundamental como la nueva ley de medios que va permitir escuchar diversidad de voces”, concluía la abogada.

Vamos, como Nación, logrando algunas cosas pero aún resta esperar que el Estado profundice en la solución a la problemática de los pueblos originarios, que no son pocas y sí son urgentes. La tenencia de la tierra, el reconocimiento como comunidades aborígenes, con su cultura y su historia es una deuda que urge. Tal como dice la canción “Latinoamérica” de Calle 13, las comunidades son “el desarrollo en carne viva, un discurso político sin saliva…”.