Llancanelo bajo la lupa

Integrantes de la Unidad de Gestión Ambiental Llancanelo se reunieron para analizar la situación integral de la reserva y en especial la retracción de la laguna. La opinión de Oikos y de los funcionarios de Recursos Naturales. La denuncia de un puestero.

Llancanelo bajo la lupa

Foto gentileza de Patrimonio Ambiental

Sociedad

Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 16 DE ENERO DE 2015

La retracción de la Laguna de Llancanelo por múltiples causas, entre ellas la crisis hídrica y las consecuencias del cambio climático, fueron analizadas por los integrantes de la Unidad de Gestión Ambiental Llancanelo (Ugal), con la intención de buscar alternativas integrales para resolver la problemática de la Reserva Provincial de Fauna ubicada en Malargüe, que es al mismo tiempo un humedal de importancia internacional.

La Ugal se creó en 2007, cuando se amplió la superficie de la zona protegida, con el objetivo de compatibilizar las actividades desarrolladas en la zona protegida, así como preservar a la laguna de la actividad petrolera. En el ente participan todos los actores que tienen alguna relación con el área protegida, desde los puesteros hasta las autoridades de la Dirección de Recursos Naturales, del Departamento General de Irrigación (DGI) e integrantes de organizaciones civiles ambientales, entre otros.

Si bien en la reunión, que se realizó en Malargüe, se intentó analizar la problemática integral de la reserva, el puntapié inicial del encuentro fue la denuncia de un puestero de la zona de la laguna, quien aseguró que otro puestero hizo un pequeño dique en el arroyo Los Menucos para obtener agua, reduciendo el caudal que le llega a él y a la laguna.

El puestero denunció la situación ante la policía y también ante la Dirección de Recursos Naturales Renovables, con la intención de que algún organismo intervenga.

Los integrantes de la Ugal escucharon a ambos puesteros y acordaron seguir trabajando la próxima semana para buscar una solución, ya que el denunciado aseguró que tomó el agua para el consumo humano.

 El titular de la Red Ambiental Oikos, Eduardo Sosa, quien participó del encuentro, consideró que la problemática va mucho más allá de un conflicto entre vecinos. Dijo que hay leyes que cumplir y que los organismos competentes y que tienen poder de policía para hacerlo son Recursos Naturales e Irrigación, ya que la Ley de Aguas prohíbe el desvío o endicamiento de los cursos de agua, además de que existen normas que obligan a proteger la zona.

 Sosa explicó que la primera acción irrenunciable es hacer cumplir la ley, pero que al mismo tiempo las autoridades se comprometieron a buscar una solución para este puestero y otros que tengan problemas para obtener agua para el consumo y para dar a sus animales.  Ante este tema puntual, la propuesta que hizo la organización fue tramitar una factibilidad de agua para consumo, a través del Ente Provincial de Agua y el Saneamiento (Epas), que es sólo un trámite administrativo. Esto sería mucho menos engorroso que pretender que Irrigación le otorgue un permiso precario, que según lo estipulado por ley implica diversos pasos.

 

Análisis integral

Más allá de esta denuncia, Sosa aseguró que es necesario hacer un análisis integral de la problemática que afecta a la reserva y especialmente a la laguna, ya que por el cambio climático, las repetidas crisis hídricas y porque cada vez recibe menos agua de su afluente principal que es el río Malargüe, hay una retracción en la superficie de la misma. Dijo que gran parte del agua está siendo utilizada para cultivo y según su punto de vista es necesario hacer un análisis exhaustivo de todos los permisos existentes porque entiende que no todas las tomas ubicadas en las fincas son legales.

El titular de Oikos recalcó que la retracción de la laguna provoca un daño ecológico y la pérdida de la biodiversidad, ya que se reducen las poblaciones de especies que anidan y viven en la zona, debido a que la sequía altera el ecosistema en que se desarrollan.

 Para Sosa, una de las posibles respuestas ante esta problemática es la determinación de caudales mínimos para el mantenimiento de las funciones ecológicas del sistema. Pero aseguró que este concepto siempre fue resistido desde los organismos oficiales –especialmente desde Irrigación- porque es agua que no va a los regantes, que no es aprovechable desde una perspectiva productiva.

“Yo entiendo que Irrigación priorice los usos que contempla la ley, como el consumo humano o la agricultura, pero lo ecológico no es decorativo, los servicios ecológico que prestan los humedales son valiosísimos para la producción”, explicó.

Para Sosa, la Ugal es el ámbito adecuado para realizar este análisis global, aunque se lamentó de que se reuniera en contadas ocasiones, desde que se instituyó por ley en 2007.

El director de Recursos Naturales, Daniel Gómez, quien participó en el encuentro, coincidió con Sosa en la necesidad de hacer un análisis integral de la situación de la reserva y la laguna.

 

  Gómez dejó en claro que el pequeño dique que realizó un puestero no es la causa de la retracción de la laguna, sino que existen múltiples razones, entre las que enumeró las consecuencias del cambio climático y de las repetidas crisis hídricas. Pese a esto, recalcó que como la actuación del puestero no es una acción correcta, buscarán un acuerdo para que retire el endicamiento al mismo tiempo que colaborarán con él para buscar una solución a la falta de agua que adujo sufrir. El funcionario señaló que la próxima semana continuarán analizando la situación de la reserva y buscando soluciones a las diversas problemáticas que se presentan, siempre en el marco de la Ugal,el mecanismo creado para este fin.


Humedal de importancia internacional

 En febrero de 1980 la laguna de Llancanelo se convirtió en una Reserva Natural de Flora y Fauna, con una superficie estimada en 45 mil hectáreas. En la zona habitan gran cantidad de aves, como flamencos, garzas y cigüeñas.


En 1995 la laguna fue incluida entre los humedales de importancia internacional, al ser declarada como sitio Ramsar. En 2007, y luego de enfrentamientos por las consecuencias de la actividad minera en la zona, se amplió el área natural protegida, al doble de la superficie inicial.

La laguna se alimenta del río Malargüe, de aguas subterráneas y de una serie de arroyos como Los Menucos y Carapacho, entre otros.

  

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