El arte de hablar con la IA: el prompting será una habilidad clave en el futuro
En plena expansión de la inteligencia artificial saber dar instrucciones precisas y estratégicas a los modelos de lenguaje generativos será clave. Cómo hacer para armar un buen prompt.

Para especialistas ya no alcanza con usar ChatGPT: lo que marca la diferencia es saber darle a la IA las instrucciones correctas. Foto: generada con IA
En un escenario donde la inteligencia artificial (IA) ya forma parte de casi todas las rutinas profesionales, la habilidad de formular buenos prompts aparece como una de las competencias más decisivas para el futuro. Para ser más claros: el “prompt” se trata de dar instrucciones precisas y estratégicas a los modelos de lenguaje generativos para obtener respuestas más útiles, creativas y ajustadas a lo que necesitamos.
Esta tendencia no pasa desapercibida en el mundo corporativo. Jane Fraser, CEO de Citi, lo resumió en una entrevista con Fortune: “En el mundo de la IA, el acceso a la información se ha convertido en una commodity y, como resultado, el verdadero diferenciador radica en la capacidad de elaborar buenos prompts”.
El interés por esta habilidad no es casual. El Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial estima que el 39 % de las competencias laborales actuales quedarán obsoletas en los próximos cinco años. En este marco, el prompting aparece como una herramienta de adaptación clave: permite aprovechar al máximo la IA, en lugar de competir contra ella.
Formular prompts efectivos permite transformar la IA en una herramienta más precisa y poderosa.
De programar a “promptear”
El tema incluso llegó a la Cumbre Mundial de Gobiernos 2024, en Dubái. Allí, Jensen Huang, CEO de Nvidia, sorprendió al afirmar que “los niños ya no deberían aprender a programar”. Aunque la frase generó polémica, luego explicó que el verdadero cambio consiste en que hoy cualquiera puede convertirse en “programador” gracias a la IA generativa.
Para Jensen, herramientas como Codex de OpenAI o GitHub Copilot permiten que personas sin formación técnica produzcan código funcional con solo plantear una instrucción clara. En otras palabras: ya no se trata de escribir líneas de programación, sino de saber formular la pregunta adecuada. Para Jensen, lo mismo ocurre en campos como la traducción, la redacción, el diseño o el cine: la IA amplía las posibilidades de quienes saben usarla con precisión.
Expertos advierten que el prompting será tan clave como aprender un idioma en los próximos años.
Qué hace a un buen prompt
El The Prompt Report —desarrollado por investigadores de la Universidad de Maryland, OpenAI, Stanford, Microsoft, Princeton y otras instituciones— analizó más de 1.500 documentos y sistematizó 58 técnicas de prompting. Su conclusión principal: la estructura del prompt es tan importante como la consulta misma.
De este estudio, se desprenden tres elementos esenciales para desarrollar un buen prompt:
- Asignación de roles: pedirle a la IA que asuma un perfil concreto.
- Claridad y especificidad: cuanto más detallado sea el pedido, más precisa será la respuesta.
- Contexto y antecedentes: incluir información relevante para evitar respuestas genéricas o erróneas.
Un ejemplo lo deja claro: no es igual solicitar “resume las tendencias de negocio en tecnología”, que pedir “actúa como consultor estratégico y elabora un resumen ejecutivo sobre las tendencias en IA para los próximos tres años, con foco en el mercado argentino”.
La calidad de las respuestas de la IA depende, en gran medida, de cómo se planteen las instrucciones.
Hacia una nueva alfabetización digital
La importancia del prompting también fue confirmada por el estudio AI literacy and its implications for prompt engineering strategies, publicado en Computers and Education: Artificial Intelligence. La investigación señala que quienes estructuran sus prompts con especificidad, contexto y restricciones obtienen respuestas más útiles y de mayor calidad.
En definitiva, el prompting se perfila como la nueva alfabetización digital. Ya no basta con acceder a información: lo crucial será aprender a interactuar estratégicamente con la IA. Para los investigadores, dominar esta habilidad no solo potencia los resultados, sino que también coloca a quienes la practican a la vanguardia en un mercado laboral en transformación constante.
Fuente: Wired
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