Los veganos envejecen más tarde y viven mejor, según un estudio mendocino

Un equipo de investigación de la Universidad Maza analizó el fenómeno del estrés oxidativo y observó cómo una dieta vegetariana o vegana puede retrasar el envejecimiento celular. Mantener bajos los niveles de estrés y tener frecuente actividad física también influyen para la buena vida.

Los veganos envejecen más tarde y viven mejor, según un estudio mendocino

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Publicado el 03 DE NOVIEMBRE DE 2017

Si comemos bien, envejecemos más lento. Y mientras menos carne ingerimos, mejor calidad de vida logramos. Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó el Equipo de investigación de la Facultad de Nutrición de la Universidad Maza, de Mendoza, bajo la dirección de Emilia Raimondo.

La ingesta diaria de antioxidantes, como las vitaminas A, C y E, los carotenoides, minerales como el selenio y el zinc y ácidos poliinsaturados como el omega 3 ayuda a detener el proceso de oxidación. ¿En dónde se encuentran? Se encuentran en frutas, vegetales, cereales, legumbres y pescados.

El estudio también detectó cómo los diferentes tipos de alimentación podían incidir en este proceso. Para ello tomaron tres poblaciones: carnívoros u omnívoros, ovolacteovegetarianos y vegetarianos estrictos o veganos.

En cuatro años analizaron a 120 hombres y mujeres de 18 a 65 años. De cada uno de ellos se obtuvieron 57 datos correspondientes a variables físicas, de peso y talla, químicas, cognitivas y psicológicas, entre otras, ya que el estrés oxidativo no se vincula solamente con lo alimentario sino que también inciden factores ambientales, como la polución, y físicos, como la actividad deportiva.

Una actividad física regular y el no consumo de bebidas alcohólicas y tabaco evitan el estrés oxidativo, según la encuesta.

“Los veganos, al consumir más vegetales –que tienen más antioxidantes– tienen mayor protección a nivel celular, lo que retrasa el envejecimiento. En cambio los carnívoros o los de dieta omnívora tienen más preponderancia a lo contrario”, explica Pablo Mezzatesta a Diario Salud.

Entre los resultados se destaca que el 51 % de los participantes presentó valores altos de especies reactivas del nitrógeno (radicales libres). Al compararlos con el hábito alimentario se observó que en las personas con bajos valores prevalecía la dieta vegetariana (49 %), mientras que en quienes tenían niveles elevados el 90 % era omnívoro y, a su vez, consumía muy pocos vegetales.

El especialista puntualizó algunas recomendaciones prácticas, sencillas de concretar y que pueden contribuir a mejorar la situación. Por ejemplo, la incorporación de cinco porciones diarias de frutas y vegetales. El plan ideal sería utilizar las primeras como colación de media mañana y media tarde y las segundas en el almuerzo y la cena, ya sea como ensaladas o en otros tipos de cocción, idealmente al vapor.

Este tipo de estudios sienta las bases para realizar programas didácticos en los distintos niveles educativos con el objetivo de mejorar estilos de vida o hábitos alimentarios desde edades más tempranas.

Pero además, al tema alimenticio se le debe sumar la importancia de incorporar hábitos que ayuden a vivir más y mejor. Y aunque está remanido, los expertos no dejan de recordar los tips básicos para mejorar el funcionamiento de las células: descansar de siete a ocho horas por día y evitar hábitos tóxicos como el consumo excesivo de alcohol y el de tabaco. El ejercicio físico, al menos tres veces por semana entre media hora y una hora, sigue siendo de vital importancia para mantenernos saludables.

Esta investigación, según se apunta en ese portal, servirá para la salud pública como método preventivo para evitar enfermedades o como método predictivo en el caso de que éstas ya existan, al poder sugerir, con una mayor evidencia científica, cambios de hábitos en pacientes bajo consulta.

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