Rebeca Anijovich sueña cómo será la escuela después de la pandemia

La especialista en Educación planteó las preguntas y los desafíos del ámbito escolar para 2021.

Rebeca Anijovich sueña cómo será la escuela después de la pandemia

La especialista brindará hoy a las 18 una conferencia gratuita, organizada por la Facultad de Educación. Foto: captura de imagen de YouTube

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Verónica Gordillo

Publicado el 03 DE DICIEMBRE DE 2020

Rebeca Anijovich sabe de qué habla cuando habla de educación: formadora de docentes de todos los niveles, profesora universitaria, asesora pedagógica en colegios de Chile, Colombia, Uruguay y Brasil. Con base en ese saber es que se anima a compartir su sueño sobre cómo será la escuela después de los cambios y las preguntas que impuso la pandemia: una escuela de puertas abiertas, donde chicos y chicas trabajen en grupo, con acceso a la conectividad y a las herramientas digitales, donde el aula se expanda a la plaza, al club, al museo; donde el equipo docente trabaje en forma colaborativa, con mirada multidisciplinaria y donde las familias compartan sus experiencias luego de sellar una alianza distinta con esa nueva escuela.

Ese sueño de la docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), seguramente se colará en la conferencia “Nuevas preguntas acerca de la enseñanza”, que brindará hoy (jueves 3 de diciembre) a las 18, en forma gratuita, virtual, para la que no se requiere inscripción previa y que podrá seguirse a través del canal que la Facultad de Educación de la UNCUYO tiene en YouTube.

Antes de la conferencia, la especialista habló con Universidad acerca de los desafíos, los aprendizajes y las preguntas que impuso la pandemia. Aquí, parte de la charla.

La pandemia, una oportunidad para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje

¿Cómo hago para evaluar en la virtualidad cuando tengo doscientos estudiantes? ¿Cómo hago para que no se copien y logren aprender? La evaluación es un componente clave del proceso de enseñanza y aprendizaje que se ha visto alterado por el aislamiento y la pandemia.

 

Señales de cambio

Profesionales de diversas disciplinas se preguntaron si esta situación servirá para aprender, para mejorar o no, o si solo será un impasse para volver a lo anterior. ¿Cuál es su visión respecto de la educación? ¿Generará cambios o las personas e instituciones volverán a las prácticas anteriores?

Creo que va a haber cambio, que el impacto fue muy fuerte, muy profundo. De todas formas, como en todos los cambios, uno podría decir que algunas cosas van a mejorar y que otras –tal vez– se mantengan como eran antes. La resistencia al cambio seguramente va a operar, pero por indicios que tenemos en muchas conversaciones con docentes, con estudiantes, con equipos directivos, creo que se va a producir un cambio, que se va a pensar en nuevos desafíos en la forma de enseñar y de evaluar, si es que podemos procesar esto que sucedió, si nos damos tiempo para pensar, para recuperar lo que sí aprendimos, para recuperar y pensar lo que no nos resultó bien de esta experiencia; es decir, si podemos aprender y no actuar de manera automática como si hubiera sido un paréntesis este año, sino revisar todo el recorrido que hicimos. Creo que se aprendieron muchas cosas. Respecto de si saldremos fortalecidos o no, no depende solo de factores externos, depende de cómo cada uno individualmente, en grupo, en familia, entre colegas, puede procesar todo lo ocurrido. 

¿Cree que hubo cambios reales en los procesos de enseñanza-aprendizaje o solo fueron modificaciones de forma impuestas por la pandemia?

Un proceso de cambio profundo en el campo educativo no se hace en pocos meses. Creo que tenemos experiencias diferentes, algunas innovadoras, otras que son repetición de los modelos presenciales, pero no podríamos evaluar hoy y decir que sí, que efectivamente, después de ocho meses, hay un cambio en el sentido profundo de la palabra. Podemos reconocer que hubo aprendizajes importantes, situaciones que uno podría decir que no deberían tener o no van a tener vuelta atrás. Se abrieron oportunidades, también se expresaron situaciones muy difíciles: todo lo que tiene que ver con la brecha digital, la cantidad de dispositivos en una casa, las brechas que tienen que ver con la situación económica, con la vulnerabilidad de muchísimos estudiantes; eso también sucedió y también tiene impacto. Creo que se crean condiciones, se abren nuevas preguntas, se han experimentado distintos modos de enseñar, de evaluar, de aprender, y todo eso es importante revisarlo, procesarlo, evaluarlo, detenerse a pensar en todas esas cuestiones. 

"La pandemia nos reinventó, pero no ha sido un año fácil para enseñar"

En tiempos de pandemia, las maestras y los maestros de nuestra provincia se han reinventado día a día, sobrellevando obstáculos impensados y poniendo lo mejor de sí para llevarles a todos los chicos mendocinos la mejor educación posible.

¿Qué cambios advierte que se produjeron o que, por lo menos, comenzaron, y qué aspectos vislumbra que se pueden capitalizar a futuro?

En principio, entender que la escuela no es el único lugar en el que se puede aprender y, al mismo tiempo, volvió a recuperar valor la escuela. Aprendimos que el maestro o el profesor no es el único que enseña, que hay muchos otros que pueden enseñar y no solamente pares, sino también los artefactos tecnológicos, un buen texto, un buen video, es decir, otros actores de la comunidad educativa o de la sociedad. Es entender que la escuela de puertas cerradas no es más la escuela que debería ser en el futuro, que las aulas de puertas cerradas tampoco, que hay muchísimas maneras de acercarse al conocimiento, que tenemos que poner en valor temas emergentes que son del contexto que rodea a los estudiantes, no solamente los que están presentes en el diseño curricular, sino acercar temas que estén en el contexto, que sean de interés de los estudiantes. También el uso de la tecnología, entender que no es una cuestión de herramientas, sino del proyecto pedagógico que sostiene el uso de la tecnología. Todos esos son cambios, a mi entender, bastante relevantes, pero como todo proceso de cambio, hay que sostenerlo en el tiempo; si uno piensa que probar algunas experiencias diferentes en estos meses nos asegura un cambio profundo, sabemos que no, en los cambios se avanza, se retrocede, se reflexiona, se sigue probando, se sigue revisando. Creo que lo que tenemos son algunos ejemplos de cambios que hemos advertido, entonces hay que analizar cómo capitalizamos todo eso

"No podemos seguir pensando en una escuela tradicional"

A las apuradas, sin tiempo para ordenar ni pensar, la educación se mudó a las corridas del aula presencial a la virtual, en medio de la crisis desatada por la pandemia.

Preguntas docentes

Teniendo en cuenta que usted es formadora de docentes, ¿cuáles cree que son las preguntas que quedaron flotando, que podrían disparar cuestionamientos para mejorar, para modificar o sostener sus prácticas?

Una primer pregunta que yo haría es a qué escuela, a qué instituto queremos volver, que no dependa exclusivamente de las políticas públicas que, por supuesto, van a definir cuestiones relevantes en relación al ciclo 2021. Me parece que nos debemos un tiempo para pensar a qué escuela cada uno de nosotros quiere volver, qué quiere encontrar en esa nueva escuela, qué de las cosas que hacíamos antes debemos aprender a dejar ir y qué cosas de las que hacíamos antes quisiéramos mantener, porque no todo lo que hacíamos antes estaba mal, entonces qué queremos mantener, sostener, qué queremos dejar de hacer, qué queremos soltar de alguna manera y, por supuesto, qué prácticas nuevas queremos incorporar. Me parece que también hay otras preguntas: qué sentido tiene enseñar, cuál es el propósito de la enseñanza y qué tiene sentido enseñar hoy más allá de las definiciones de los diseños curriculares. Son esas preguntas potentes que nos hacen pensar acerca del sentido de lo que enseñamos, cómo involucrar cada vez más a los estudiantes, cómo sumar las voces de las familias para pensar y diseñar la enseñanza, cómo definir escenarios alternativos, ya que seguramente será algo híbrido, pero después tal vez vuelva todo presencial, entonces también vale la pena preguntarse que podríamos seguir sosteniendo de manera virtual, qué necesitamos recuperar en lo presencial, qué desafíos nos implica una evaluación que no tenga como única mirada la calificación, sino una evaluación que nos permite aprender, el desarrollo de esas capacidades para darnos cuenta si estamos aprendiendo o no, si necesitamos cambiar nuestras estrategias. Estas serían algunas de las preguntas que plantearía.

Repensar la educación en tiempos de pandemia

Desde la Facultad de Educación de la UNCUYO, elaboraron un texto para reflexionar sobre la enseñanza en el contexto de pandemia por coronavirus Covid-19. La doctora Fernanda Ozollo, profesora de la Facultad de Educación, y la licenciada Noelia Naranjo, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, invitan a repensar la digitalidad en el marco educativo.

 

¿Cómo imagina la escuela del futuro, la escuela después de la pandemia?  

Me imagino una escuela donde uno entra fácilmente, de puertas abiertas a la comunidad, una escuela donde los estudiantes están en grupo, trabajando en proyectos, discutiendo acerca de cómo avanzar en el tema que están investigando, indagando. Me imagino agrupamientos flexibles, tener un grupo de referencia pero también múltiples grupos con los cuales uno se encuentra de diferentes años, de diferentes grados, o sea que el criterio único no sea la referencia de edad o grado. Me imagino muchos espacios de enseñanza, no solamente el aula, sino la escuela en su conjunto, otras instituciones o espacios alrededor de la escuela que alberguen situaciones de aprendizajes como museos, plazas, clubes, me imagino un trabajo colaborativo entre docentes, con enfoques más multidisciplinarios. Me imagino familias en los niveles inicial, primario, compartiendo también experiencias en una alianza diferente con las escuelas, me imagino maestros con tiempos para planificar, para pensar, para reunirse, para intercambiar. Me imagino a niños y niñas con acceso a la conectividad, y no solo estar conectados a una red sino todo lo que implica la conectividad. Me imagino y sueño con esas imágenes de la escuela para el 2021.

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