Susana Dascalaky, abogada animalista

Enmarcada en los 60 años de la Ley Nacional 14346 de protección a los animales, hoy se realiza la 3.ª Jornada de Derecho Animal en Mendoza. Una de sus expositoras, la abogada Susana Dascalaky, habló con Edición UNCUYO sobre la tarea que se realiza en pos de los derechos de los animales.

Susana Dascalaky, abogada animalista

Sociedad

Unidiversidad

Guadalupe Pregal

Publicado el 26 DE SEPTIEMBRE DE 2014


La Ley Nacional 14346 de protección a los animales, sancionada por el Congreso de la Nación el 27 de Septiembre de 1954, fue un proyecto del entonces diputado Antonio J. Benítez y tenía como antecedente la conocida como Ley Sarmiento, que consistía de dos artículos que recibieron sanción en 1882. En el marco de la 3.ª Jornada de Derecho Animal que se inicia hoy en Mendoza, una de las expositoras, la abogada Susana Dascalaky, nos habló sobre el evento.


¿De qué se tratan las Jornadas que inician hoy?

Las jornadas son organizadas por el Centro de Prevención de Crueldad Animal (CPCA) junto con instituciones profesionales locales o, en este caso y por segunda vez en Mendoza, una universidad. Las jornadas son abiertas a todo público y son gratuitas, esa es la condición que pone la CPCA ya que nosotros tampoco cobramos honorarios profesionales por hacerla. Lo que queremos es que sea un servicio que llegue a la mayor cantidad de gente, por eso nuestro lenguaje trata de ser lo más amplio posible, no tan técnico,  para que sea comprensible para todo el público.

La idea es traer herramientas, traer posibilidades de que la gente se pueda manejar desde su lugar, porque nosotros nos vamos de Mendoza y lo que pretendemos es que se generen aquí las condiciones para que esto cambie, no para que nosotros desde Buenos Aires sigamos haciendo las cosas para Mendoza. Queremos que los mismos mendocinos puedan tener sus propios activistas, sus propios abogados, sus propios profesionales como psicólogos, sociólogos y asistentes sociales que puedan modificar esta realidad de los animales que viven en la sociedad.


¿Cuál va a ser la temática en esta oportunidad?

La temática que se trata es según el lugar. Hay lugares como acá en que los zoológicos son una problemática, igual que la tracción a sangre, cosa que no pasa en La Pampa, donde no hay zoológico ni tracción a sangre. Entonces, según el lugar es la temática. Si venimos varias veces, como en Mendoza, tratamos de traer cosas diferentes. En esta oportunidad nos va a acompañar el doctor Oscar Mellado, con quien trabajé en el ámbito penal acá en Mendoza en 2002 y me invitó a llevar una causa muy importante que no podía llevar solo. Fue el caso que salió en todos los medios de condenas por peleas de pitbulls. Es una persona que logró en Mendoza, desde la justicia, lo que nosotros no hemos logrado en otros lugares. Él ya está jubilado pero solamente se dedica a las causas de crueldad.

Además viene la doctora Regina Adre, de Bahía Blanca, quien es la Directora del Instituto de Derecho Animal del Colegio de Abogados de Bahía Blanca, desde donde trabajan en forma interdisciplinaria con los 32 miembros que son en el Instituto. Tienen programas sobre derecho animal en dos radios nacionales (Continental y Vorterix) y han logrado algo muy importante, que el fiscal General de Bahía Blanca, con una denuncia por la ley 14346, que se puede hacer por Facebook, actúe de oficio y después, por mensaje privado, le pase las novedades de la causa al denunciante. Si eso lo hace Bahía Blanca, lo puede hacer cualquier fiscal general de cualquier lugar del país.


¿Cuál es su diagnóstico de Mendoza?

Me preocupan mucho la fauna urbana, la falta de control y de entender que la manera ética de control de los animales como perros y gatos es la castración y esterilización, y que el único que puede realizar eso es el Estado; es el único que tiene la estructura, la plata y los medios. No lo puede hacer ninguna protectora ni ninguna ONG, tiene que ser una política de Estado y se debe hacer de forma masiva, gratuita, continuada y sostenida en el tiempo para generar que no haya animales en la calle, animales sin familia, animales que muerdan o que transmitan enfermedades.

En ese sentido, hay algo básico que tenemos que entender: los perros no vinieron solitos a la sociedad, los trajimos nosotros a nuestras casa y les hemos quitado su posibilidad natural de autorregularse. Hoy les damos calidad de vida, alimentación, viven muchos años, se reproducen y sobreviven todos. En la naturaleza eso no pasa, se autorregula. Por eso tenemos superpoblación. Entonces, lo que tenemos que es mejorarles la calidad de vida castrándolos. Los dos últimos casos de rescate por crueldad que tuve fueron dos perros ya viejitos, con tumores perianales hormonodependientes. ¿Qué quiere decir? Que si ese animal hubiera sido castrado no tendría ese tumor y hoy está abandonado porque no le pueden pagar el tratamiento. Ese animal muere con una crueldad terrible porque el cáncer ya le tomó pulmón y los distintos órganos, y se hubiera evitado simplemente con una castración que para el Estado sale 1,4 dólares por animal. Es algo que el Estado puede solucionar.

La corporación veterinaria a veces no ayuda y dice que es competencia desleal. Yo digo que no, porque ese animal nunca va a ir a su veterinaria. Así como hay servicio público de medicina para humanos, tiene que haber servicio público veterinario para los animales, es un derecho constitucional. Y nadie lo exige y nadie lo da porque es un Estado acostumbrado a que le exijan.

Otro problema que me preocupa mucho también es la fauna silvestre, exótica o no convencional. Tenemos hoy gente que compra mascotas no convencionales para tener en su propiedad, como pueden ser serpientes, erizos, chinchillas. A esos animales los someten a un cautiverio y una crueldad que es increíble. Hicimos un allanamiento de chinchillas en el que las encontramos comiendo alimento de gato, eso les termina destruyendo los riñones; o una chinchilla en un frasco de vidrio. Eso no es su hábitat natural.

El tráfico de animales de la fauna silvestre autóctona es un problema, como los casos de los guanacos. También está el tema de los animales a los que se considera plagas pero también los trajimos los humanos y no tienen control, como son los chanchos jabalí.

Sobre los cotos de caza, yo recuerdo que el año pasado tuvimos un enfrentamiento con el Intendente de Tupungato, que quería habilitar un coto de caza. En ese momento le mandaron mails hasta de Egipto. Hubo más de 40 mil personas firmando una Change.org diciéndole que no querían el coto de caza y hoy Tupungato tiene una ordenanza que prohíbe su existencia en todo el departamento.

Y claro, el zoológico. Nosotros queremos el cierre progresivo, responsable por las vidas que están en todos los zoológicos del país. No queremos ni cierres abruptos, con los que los animales quedan encerrados y después se mueren de inanición porque no hay plata para darles de comer, ni tampoco queremos que existan. Algo progresivo, programado, que los animales que puedan volver a su hábitat, que son muy pocos, lo hagan; que los animales que vivieron en cautiverio muchos años tengan una “jubilación digna” y puedan ir a un santuario o a una reserva. Pero el concepto de zoológico, como tal, hoy no sirve para nada: no educa porque no podemos educar con la crueldad, con el cautiverio, con el encierro. Que no se traigan más especies, que no se reproduzcan más animales. No somos bienestaristas, es decir que no buscamos que el animal tenga una jaula más grande y más cómoda, sino que el animal esté libre. En el caso del conservacionismo, no lo entendemos en el sentido de criar para que exista esa especie, nos interesa que el animal esté en su hábitat natural.


La jornada es organizada por la CPCA y Voluntarios X Animales Mendoza, y tiene lugar en el Auditorio del campus central de la Universidad Champagnat, Belgrano 721 de Godoy Cruz, entre el viernes 26 de 16:30 a 20.00 y el sábado 27 de 9:30 a 12:30.


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