Aborto legal: cómo hablarlo con los hijos

Con el crecimiento de los niños y niñas, van surgiendo preguntas sobre lo que no se comprende. José Luis Rodríguez, médico y psicoterapeuta especialista en sexología, busca descifrar los mecanismos más adecuados para conversar con ellos sobre el debate que marca la agenda en la sociedad argentina: la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo.

Aborto legal: cómo hablarlo con los hijos

Foto de archivo: Victoria Gaitán.

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Aborto legal

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Unidiversidad / Mariano Rivas

Publicado el 27 DE JULIO DE 2018

¿Cómo reacciona un niño en edad de primaria cuando ve a su madre con un pañuelo verde? En concreto, el escenario social representa todo un desafío para la persona que tiene hijos y aboga por la legalización del aborto, que ya tiene sanción inicial de la Cámara Baja y se discutirá en el Senado el 8 de agosto.

Más allá de las posiciones a favor o en contra del proyecto, está claro que la charla es muy susceptible de darse en el seno del hogar. Intentar explicarle a un hijo, que tiene acaso una visión más reducida y una inocencia menos limada por las experiencias cotidianas, y poder abarcar la complejidad de la cuestión que plantea el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) no es sencillo.

“Es complejo porque es una situación teórica, pero posible”, analizó a Unidiversidad José Luis Rodríguez, sexólogo y médico psicoterapeuta. Sin querer reducir el proceso a una serie de pasos o a una receta mágica, hay algunos aspectos importantes que aconsejó tener en cuenta.

“Primero, la edad del chico. Y de acuerdo a la edad del chico, habría que pensar, primero, por qué lo pregunta”. Lo que lleva a la pregunta puede ser la visión del pañuelo, comentarios de sus compañeros de escuela, imágenes en la televisión o publicaciones en las redes sociales.

Pero, destacó Rodríguez, el factor fundamental para tener herramientas para dialogar sobre el aborto es la educación sexual previa a la charla. Aclaró que la educación sexual de calidad es la clave: “No estamos hablando de la cigüeña. Porque si estamos hablando de la cigüeña (como educación), probablemente la pregunta (sobre el aborto) no la haga”.

La mejor forma es la educación sexual desde el jardín de infantes. “Enseñarle que su cuerpo es bueno, que su cuerpo es lindo, que su cuerpo merece cuidado, que su cuerpo es suyo. Y que si alguna persona quiere tocarlo, sacarle fotografías, lo que sea, les avise (a los padres). Porque como su cuerpo es suyo, lindo, bueno y sano, y lo está cuidando, nadie tiene derecho sobre él”, aconsejó el sexólogo.

Gracias a esto, "ya se está haciendo prevención del abuso sexual infantil”. Pero para Rodríguez el beneficio es múltiple, ya que también "se está tomando una connotación positiva frente a algo que habitualmente tiene una connotación negativa: ‘Los genitales están ocultos, son sucios, son malos, no hay que tocarse’”.

En cuanto al aborto en sí, la recomendación del sexólogo es plantearlo con las siguientes palabras: “Un intento de solución desesperada frente a una situación en la que no se ve otra salida. Primero, es un intento de solución. Segundo, es desesperada. Tercero, no se ve otra salida”.

 

Una analogía con la religión

“Pongamos que yo no soy religioso, y mi hijo me pregunta sobre religión. Lo que sería más coherente, si yo quiero que se respete mi libertad de no ser religioso, es que yo le exponga mis razones, pero también le exponga cuales son las posibilidades y que él pueda llegar a una decisión”. Con este paralelismo, el médico afirma otro de los pilares para tratar la problemática.

“Si estoy a favor de la despenalización, estoy, teóricamente, a favor de la libertad de opinión. Entonces lo que tengo que hacer, como en cualquier proceso educativo con todo chico, es darle los elementos para que él elabore su propia opinión o su punto de vista”. Eso, aclara Rodríguez, se complica más cuando se trata de niños o niñas menores de 8 años.

 

Argumentos chocantes

La circulación de imágenes explícitas de parte de los grupos que están en contra de la ley para legalizar el aborto es una de las formas más sencillas de influir a los niños: fotos de embriones y de supuestos abortos que causan una impresión instantánea. “El niño te pregunta y vos más o menos le explicás, pero te complica bastante porque lo ve como un hecho agresivo, sangriento, terrible”. “A ese nivel hay una argumentación, que pasa por lo legal y lo filosófico, que no le podés dar al chico, porque lo abrumás de información. Está interesante el tema, pero le encuentro todas estas aristas que lo hacen difícil”, concluyó el sexólogo.

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