La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó un llamado de alerta sobre el vertiginoso crecimiento del volumen de residuos en todo el mundo, advirtiendo que podría aumentar en más del 60 % para el año 2050 si no se toman medidas urgentes. Este pronóstico alarmante, revelado en el informe "Transformando residuos en recursos" del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), resalta las consecuencias catastróficas de la mala gestión de los desechos, que ya cobra la vida de hasta un millón de personas cada año.

Según el informe, el volumen de residuos en 2023 alcanzó unos 2300 millones de toneladas, y se espera que, de mantenerse el ritmo actual, los desechos corrientes superen los 3800 millones de toneladas para mediados de siglo. Estas cifras sobrepasan las previsiones anteriores del Banco Mundial, lo que subraya la magnitud del desafío que enfrenta la humanidad en materia de gestión de residuos.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó un llamado de alerta sobre el vertiginoso crecimiento del volumen de residuos en todo el mundo. Foto: Télam

El informe señala que la crisis será especialmente severa en países que recurren a métodos contaminantes, como vertederos o incineración al aire libre, que provocan la contaminación del suelo y la emisión de gases de efecto invernadero, como el metano y el carbono. Esta situación se agrava en naciones de bajos ingresos, donde la tasa de recogida de residuos es inferior al 40 %, mientras que en los países desarrollados se recolecta de manera más eficiente.

La ONU lanzó un llamado de alerta sobre el vertiginoso crecimiento del volumen de residuos en todo el mundo. Foto: Télam

La gestión inadecuada de los residuos tiene consecuencias mortales, con entre 400.000 y un millón de personas falleciendo cada año debido a enfermedades relacionadas, como diarrea, malaria, cáncer y patologías cardiovasculares. Además, se estima que los desechos orgánicos descompuestos en vertederos son responsables del 20 % de las emisiones humanas de metano, lo que contribuye significativamente al calentamiento global.

El informe, presentado con motivo de la sexta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Nairobi, Kenia, subraya la urgencia de tomar medidas drásticas para abordar este desafío global.