Buenas prácticas obstétricas: un mundo de derechos para el embarazo y el parto

Sabrina Yáñez, antropóloga feminista, habló sobre la atención integral, personalizada y respetuosa que se debe recibir en los procesos reproductivos.

Buenas prácticas obstétricas: un mundo de derechos para el embarazo y el parto

Foto: Gise Curioni

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Unidiversidad / Florencia Martinez del Rio

Publicado el 25 DE SEPTIEMBRE DE 2020

Sabrina Yáñez, antropóloga que estudia desde hace años la salud materna y las vivencias de violencia obstétrica, habló con Unidiversidad sobre las buenas prácticas y el tipo de atención que las mujeres deben recibir durante el embarazo, el parto y el puerperio para que cada experiencia sea única y respetada, lejos de los malos tratos. “El tipo de atención debe estar centrado en las necesidades de las mujeres y las personas gestantes y sus entornos, tanto a nivel cultural como social, emocional y físico”, afirmó.

Para la antropóloga, cada parto debe considerarse como un evento único trascendental, que se puede experimentar como un momento de despliegue total de la potencialidad humana. Sin embargo, las instituciones sanitarias tienen una organización orientada a protocolos donde la singularidad tiene poco lugar, cuando lo que debería ocurrir es que las diversas necesidades de cada persona estén atendidas para que la experiencia sea personalizada y respetuosa. 

Este tipo de acciones u omisiones se caracteriza como violencia obstétrica, que es aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales. Puede afectar a la mujer y a su hijo durante el embarazo, el parto e incluso el posparto.

 

Buenas prácticas

Contar con información necesaria para tomar decisiones; poder dar consentimiento permanente; elegir cómo, dónde y con quién estar acompañada; ser respetada en intimidad y pautas culturales; tener un parto natural sin prácticas invasivas o suministro de medicación, y estar con el bebé durante la permanencia en el establecimiento sanitario si no requiere cuidados especiales son algunas de las buenas prácticas enumeradas en la Ley 25929 de Parto Humanizado.

Otro aspecto importante, destacó Yáñez, es no pensar que todo se agota en el parto sino que todos los servicios que se presten tienen que ser integrales y continuos. Es decir que quien asista a una institución sanitaria debe ser acompañada durante todo el proceso.

“El puerperio implica muchos cambios y requiere mucho apoyo, pero en muchas ocasiones, esta etapa está abandonada por parte del sistema. La salud mental también tiene que estar presente en todo el proceso. El acompañamiento no tiene que estar disociado”, explicó.

Además, Yáñez, que coordina el seminario virtual "Perspectivas interdisciplinarias para abordar las dimensiones de las buenas prácticas obstétricas", surgido para revisar prácticas obsoletas, desnaturalizarlas y pensar propuestas para nuevos modelos de atención desde una perspectiva histórica y antropológica, afirmó: "Muchas veces, en la formación médica, este tema no está presente de manera sistemática y la atención no está atenta a las diferencias, las desigualdades y las singularidades de las sujetos. El sector de la salud debe considerar el aspecto social y cultural como fundamental".

Parir en tiempos de pandemia: soledad y vulneración de derechos

Miedo, incertidumbre y ansiedad son algunos de los sentimientos de mujeres que transitaron el embarazo y el parto durante los meses de cuarentena. En este sentido, la obstetra y asesora en lactancia y crianza Claudia Benítez expresó a Unidiversidad que la mayoría de las madres mendocinas atravesaron esos momentos en soledad.

La importancia de la visibilización

En los últimos años, hubo un crecimiento de la visibilidad de esta temática, por lo que fue incorporada en la Ley de violencia de género como una modalidad específica, opinó la antropóloga: “Ha sido la más naturalizada, pero surgieron muchas organizaciones civiles y de profesionales que han hecho que ya no pase inadvertida y se empiecen a escuchar las experiencias traumáticas de quienes sufrieron violencia obstétrica". 

A partir de esas redes, señaló Yáñez, se dieron a conocer los derechos con los que cuentan las mujeres y personas gestantes. Sin embargo, agregó, esto no necesariamente se replicó en un cambio de paradigma dentro de las instituciones sanitarias: lo que sí existe es una demanda de otro tipo de atención y escucha.

“Distintos organismos de género han llevado adelante acciones para que esto se visibilice. Quienes se hacen cargo de la Educación Sexual Integral han podido trabajar este tema que es fundamental. Sería importante que esto formara parte central y sistemática de la formación de los profesionales de la salud”, opinó Yáñez.

 

Consecuencias de la pandemia

Las medidas impuestas por el Gobierno para prevenir la propagación del COVID-19 y el colapso del sistema de salud generan incumplimiento el parto humanizado, aseguró Yáñez, que advirtió que, desde el comienzo de la pandemia, cada vez es más difícil el respeto de algunos derechos: "El hilo se corta por lo más delgado, nuestros derechos pasan a estar en segundo plano. Las restricciones dificultan el acompañamiento y los tiempos. El Hospital Carrillo, por ejemplo, que es un espacio donde se dan prácticas más respetuosas y otros modelos de atención, hoy es un hospital para atender pacientes de coronavirus".

Parir "solas": denuncian incumplimiento del parto humanizado

Las medidas y protocolos implementados en el contexto de pandemia de COVID-19 son efectivas en cuanto a evitar la propagación del virus, pero en muchos casos vulneran derechos. Tal es el caso de las mujeres y personas gestantes que no encuentran garantías del Estado.

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