Cómo trabajan en el último bastión céntrico de los “precios bajos”

Trabajadores de los locales sobre la calle General Paz explicaron a Unidiversidad cómo hacen para mantener las ventas.

Cómo trabajan en el último bastión céntrico de los "precios bajos"

Foto: Unidiversidad

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Unidiversidad / Leandro Rodríguez Yañez

Publicado el 23 DE ABRIL DE 2019

El impacto de la crisis económica que atraviesa el país ha llegado a los lugares donde, presuntamente, se consiguen los precios más baratos del microcentro. Diversos locales de la calle General Paz, caracterizada por ser una zona de "gangas", se han visto afectados por el alza de precios y la disminución del poder adquisitivo de los clientes. Unidiversidad recorrió las tiendas para brindar un panorama de la situación.

Uno de los aspectos en los que coinciden los vendedores es que las ventas son de carácter normal durante los fines de semana y los primeros días del mes, que es cuando la mayoría de los trabajadores cobra. Luego, la clientela disminuye.

“Con respecto a la ropa, la gente es muy exigente, ve prendas que le gustan, pero siempre la quieren a precios más bajos. Preguntan si hay más barato, piden descuentos en efectivo. Esto es malo para nuestros locales. Y no recurrimos a la venta con tarjetas porque se cobran intereses que la gente no quiere pagar. Estamos mal y hay muchos gastos de mantenimiento, para los empleadores es muy difícil mantenerse”, explicó Rosa del local Chetitos, dedicado a comercializar ropa para niños.

Unas de las estrategias a las que recurren los locales son las ofertas y los precios sin aumentos por el mayor tiempo posible. Marina, de Modas Imperial, contó: “Trabajamos mucho la ropa interior, para nosotros es como el pan, vendemos todos los días. Siempre tenemos disponibles las ofertas y tratamos de mantener los precios porque nuestros clientes siempre vuelven, los conocemos y los vemos seguido”.

 “Siempre buscamos negociar con los clientes, nosotros tenemos la misma ropa que otro local que la vende más caro, ya sea porque tiene un nombre conocido o cualquier otro factor. Pero la gente recorre y busca las mismas prendas a precios más bajos. No buscamos competir, le ponemos el precio que consideramos justo. La clave también está en un buen vendedor, que sea amable y atienda bien a la gente y ayude a sacar el negocio adelante. Un día vendemos y nos va bien, otro día no y así” agregó Marina.

Otro aspecto que se ve afectado por la situación económica actual es el relacionado al personal. “Tratamos de trabajar con personal reducido y rotarnos porque no podemos estar todos trabajando. Hace dos años teníamos 25 personas trabajando para las fiestas. El año pasado llegamos a 15, además las ventas no fueron lo que se esperaba, bajaron mucho este último tiempo”, señaló la vendedora.

Otros vendedores coincidieron en que las ofertas son la única manera de llamar la atención de la gente. Además, se trae cada vez menos mercadería destinada para la venta en el local, porque queda mucho reservado de lo que no se vendió una vez que terminan las temporadas.

Efraín, del local de ropa Adonai, sostuvo: “Para subsistir, una persona de un local ahora tiene que ir a ferias chicas como las de Rodeo del Medio (Maipú), en donde no se factura y así se puede mantener. Hoy en día la ropa es muy secundario, a las familias no les interesa, están más preocupados por poder comer”.

En el rubro de accesorios y tecnología la situación es distinta. Ayelén, de Moto-Moto explicó: “Nuestros precios van subiendo acorde al precio del dólar. Si el dólar sube nosotros tenemos que aumentar sí o sí de manera automática, porque compramos directamente a Estados Unidos".

"En este sentido, hay cosas que no dejan de venderse por más que aumenten los precios porque son necesarias, sobre todo las fundas, los cargadores o el vidrio templado para el celular. Son cosas que no se dejan de vender, como el azúcar en el supermercado, por ejemplo, que aumenta pero es necesario y se sigue comprando”, señaló.

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