Conicet desarrolla test simples y económicos para detectar chagas, dengue y covid-19
Neokit es un instrumento para detectar chagas, dengue, viruela de mono, chikungunya y covid-19 en solo una hora.

Neokit es una técnica molecular simple y a la vez sensible, que se puede realizar sin necesidad de equipamientos específicos. Foto: Conicet
La enfermedad lleva un nombre ampuloso, “dragón amarillo”, porque arrasa con todo lo que toca: ya destruyó al 30 % de la producción de cítricos en el mundo. Su nombre científico es Huanglongbing (HLB) y su origen es milenario —surgió en China en 1870—, pero su peligro es de lo más actual: en los últimos diez años, se convirtió en la enfermedad más devastadora de los cítricos y llegó a Estados Unidos, Brasil y Argentina. Lo más grave es que, una vez el mosquito que lo causa —que se llama Diaphorina citri— infecta a la planta, no existe cura. Lo único que queda para que no se propague la enfermedad es prender fuego al ejemplar.
Por todo eso, para prevenirlo, se necesita contar con un método de detección lo más veloz posible: eso entendió el biólogo Adrián Vojnov, científico del Conicet en el Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (ICT Milstein, Conicet-Fundación Pablo Cassará), cuando, en 2011, supo que el sector citrícola argentino —el octavo productor de cítricos del mundo— estaba en vilo a raíz de esta enfermedad, y creó el primer kit diagnóstico sencillo y efectivo para identificar HLB en una hora. Muchos años después, junto a un grupo de colegas, crearía la empresa Neokit S.A.S. para producir otros kits con el mismo método, que hoy se utilizan para detectar enfermedades graves como el covid-19, la viruela de mono, el dengue y la chikungunya.
Neokit vendió 6 millones de test durante la pandemia y exportó a países de Latinoamérica. Foto: Conicet
Los inicios de Neokit, una empresa conformada sobre la base de un consorcio público-privado (CAPP) entre el Conicet y el Laboratorio Pablo Cassará S.R.L, fueron fortuitos: Vojnov se dedicaba a estudiar las bacterias que afectan los cítricos y acababa de crear el kit de diagnóstico cuando, en 2011, se cruzó en un pasillo de la facultad con la investigadora del Conicet Carolina Carrillo. Entre los dos, decidieron unir sus saberes para crear un kit de diagnóstico sencillo y efectivo para una enfermedad que, hasta ese momento, era muy difícil de detectar en recién nacidos: la enfermedad de Chagas.
“El diagnóstico de chagas en recién nacidos aún hoy es muy precario. Se hace a través de una gota de sangre al microscopio, que es una prueba que generalmente no detecta al parásito aunque esté porque tiene muy baja la sensibilidad. Nosotros hicimos este kit y probamos el prototipo, que funcionó muy bien. Vimos que era una herramienta poderosa. Después de muchas pruebas de laboratorio y trabajo conjunto, creamos el primer kit argentino de biología molecular para detectar chagas que fue aprobado por la Anmat”, recuerda Carrillo, especializada en esa enfermedad.
Técnicos en el laboratorio donde se fabrica Neokit. Foto: Conicet
Asimismo, había un detalle que se les había pasado por alto y significó una lección acelerada de cómo aplicar ciencia en un producto. “Cuando terminamos de producirlo a escala industrial, aunque era simple y sensible, descubrimos que no era rentable. El precio era excesivo para la realidad. No pudimos comercializarlo, pero nos dio una experiencia que nos sirvió para todo lo que vino después”, cuentan.
Todo lo que vino después fue probar ese mismo método de los kits en otras enfermedades —dengue, chikungunya, sífilis— hasta que, en enero de 2020, apareció en China una enfermedad llamada SARS-CoV-2. Apenas supo que se propagaba por el mundo, Vojnov y el equipo de Neokit pidieron muestras de pacientes al Instituto Malbrán y se volcaron a trabajar a contra reloj en la adaptación de sus kits para detectar aquel nuevo virus que azotaba al mundo.
Para mayo de 2020, ya tenía un kit molecular para detectarlo tan sensible como la prueba de PCR y mucho más veloz: el resultado estaba en una hora. Vendieron más de 6 millones de pruebas de coronavirus en dos años de pandemia. El producto llegó a exportarse a Panamá, Bolivia, Colombia, Canadá, El Salvador y Paraguay. “Todo lo que habíamos hecho antes nos dio experiencia para que, cuando llegara la pandemia, ya tuviéramos mucha experiencia de cosas que funcionaban y cosas que no —dice Vojnov—. Eso nos permitió responder rápido y hacer algo muy reconfortante: poner el esfuerzo en un momento muy difícil socialmente y lograr el desarrollo de los kits de diagnóstico que más se vendieron en el país”.
El color de las muestras cambia cuando se detecta una enfermedad. Foto: Conicet
Simple, económico y eficaz
El diferencial del grupo de científicos que trabajan en la empresa Neokit —cuyo equipo de trabajo se completa con Luciana Larocca y Fabiana Stolowicz, investigadoras del Conicet en el ICT-Milstein, y Santiago Werbajh, investigador de la Fundación Pablo Cassará— es que lograron desarrollar un método novedoso, que funciona amplificando millones de veces la ínfima porción de información genética que deja un agente patógeno. “Si tenés un grano de arena, no lo ves, pero si estás en la playa, lo ves porque está junto a todos los demás —dice Carrillo—. Nuestro test funciona igual. Una partícula del material genético patógeno no se puede ver ni detectar, pero, si la podés amplificar miles de veces, llegás a tener una masa que permite verla”.
La de Neokit es una técnica molecular simple y a la vez sensible, que se puede realizar sin necesidad de equipamientos específicos. “Una vez que se toma la muestra, que puede ser de sangre, un hisopado o las nervaduras de una planta, según la enfermedad que se desee detectar, se toma una pequeña porción y se la introduce en un tubo de reacción con un reactivo colorimétrico que posee la característica de virar de color —sigue Carrillo—. A esa muestra se la somete a una temperatura constante y se espera una hora. Si la muestra sigue del mismo color, violeta, es negativa. Si se vuelve azul-celeste, es positiva. Este kit de diagnóstico no requiere equipamientos costosos, técnicos especializados ni una conservación a menos veinte grados, como usualmente se usa para estos test, y su precio en el mercado es de alrededor de cinco dólares, cuando pruebas similares de PCR cuestan usualmente al menos quince o veinte dólares”.
El equipo científico involucrado en el desarrollo de kits diagnósticos. Foto: Conicet
A futuro, científicos y científicas planean desarrollar otros kits relacionados con problemáticas en salud de otras áreas, como la detección de Tristeza Bovina —un conjunto de enfermedades que afectan a los bovinos y que son transmitidas por garrapatas e insectos, principalmente—. También, el plan es optimizar el kit para la detección de chagas en bebés y que sea definitivamente rentable para el mercado.
“Hasta ahora se les hace a los bebés, pasados los diez meses de vida, un test serológico para detectar si tienen la enfermedad de Chagas. Estamos trabajando para optimizar este kit para que sea económicamente rentable, lo que permitiría no perder tiempo y diagnosticar a los bebés desde su nacimiento. El objetivo es que los que lo tienen puedan ser tratados inmediatamente”, se esperanza Carrillo. “Es muy interesante que nuestras investigaciones salgan del laboratorio y ver que llegan a las personas, que las usan y les sirven”, agrega la científica del Conicet Fabiana Stolowicz. “Tener una empresa siendo biólogos, que consigue productos con valor agregado, tecnologías comerciables y exportables, es algo que nos hace sentir muy orgullosos”, concluye Vojnov.
Fuente: Conicet

La científica argentina Sandra Díaz, entre las 100 personas más influyentes del mundo
La revista Time la incluyó en su listado. "Es una diplomática incansable en primera línea de la ...
22 DE ABRIL DE 2025

Desarrollaron un apósito que reduce el tiempo de curación de heridas y minimiza las cicatrices
El producto, diseñado por científicas del Conicet, demostró ser seguro y eficaz en estudios in ...
16 DE ABRIL DE 2025

Gabriel Rabinovich recibirá el Hakomori Award 2025 por sus avances en glicomedicina
El premio es otorgado por la International Glycoconjugate Organization. Se trata de uno de los dos ...
26 DE FEBRERO DE 2025