El 70% de las enfermedades emergentes en el mundo provienen de animales

Especialistas aseguran que factores como el cambio climático, la producción intensiva de ganado y el uso de antibióticos veterinarios han provocado que las enfermedades en humanos de los últimos 50 años sean de origen animal.

El 70% de las enfermedades emergentes en el mundo provienen de animales

Cría porcina intensiva / Foto: AFP

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Publicado el 10 DE JULIO DE 2023

Entre el 60 y 70 % de las enfermedades emergentes en el mundo en los últimos 50 años son de origen animal, lo que alerta sobre cómo prevenir las causas de los saltos de agentes patógenos vinculados a la producción intensiva de ganado –que favorece el surgimiento y la reproducción de virus y bacterias–, y pone en foco los movimientos demográficos y el cambio climático, dijeron especialistas en el marco del Día Mundial de las Zoonosis, que se conmemora cada 6 de julio.

"La zoonosis son enfermedades infecciosas que habitualmente en la naturaleza tienen como reservorios a animales y se transmiten entre animales, y que secundariamente pueden transmitirse a los seres humanos", explicó el médico infectólogo Tomás Orduna, exjefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero del Hospital Muñiz.

El concepto de que los reservorios de esos agentes microbianos están en los animales "es muy importante porque, a la hora de pensar qué podemos hacer para disminuir el impacto de las enfermedades zoonóticas en los humanos, tenemos que tener en nuestra cabeza que esos agentes infecciosos siempre van a circular en la naturaleza; entonces, hay que hacer cosas genéricas para evitar tomar contacto con esos patógenos". A modo de ejemplo, el especialista mencionó acciones como evitar que piquen mosquitos "que transmiten virosis zoonóticas y tener antibióticos o respuestas ante enfermedades zoonóticas para evitar la transmisión luego entre personas".

En relación con la prevalencia de estas enfermedades, Orduna aseguró que, "en los últimos 50 años, entre el 60 y el 70 % de todas las enfermedades emergentes en el mundo, desde el punto de vista infeccioso, son de origen zoonótico". Algunas de ellas provocaron graves crisis sanitarias, como la de un tipo de influenza que causó la conocida como gripe porcina y el propio SARS-CoV-2 (causante de COVID-19).

Desde Bogotá, el zootecnista Ricardo Mora, integrante de la Organización Mundial para la Protección de los Animales (World Animal Protection), señaló que, "efectivamente, las zoonosis han aumentado en estos últimos años como consecuencia de tres factores". "Por un lado, el cambio climático está haciendo que los microorganismos patógenos (que causan enfermedades) lleguen a lugares adonde antes no llegaban. Esto quiere decir que parásitos o bacterias que eran propias de lugares más cálidos ahora están avanzando en lugares que eran históricamente más fríos, por el aumento de las temperaturas", sostuvo.

En segundo lugar, Mora mencionó "la producción intensiva de ganado. Esta forma de producción demanda muchos recursos naturales y los animales se encuentran hacinados, lo que hace que las infecciones se estén saliendo de control". "El tercer punto es que el intercambio de producción se expande constantemente, entonces hay una contaminación global de los insumos; la soja que crece en Brasil puede estar contaminada con bacterias multirresistentes, que son consumidas por animales en China, y así llegan al otro punto extremo del mapa", describió.

Foto: AFP

En este contexto, el especialista alertó sobre el vínculo entre el uso de antibióticos en la producción ganadera y el surgimiento de microorganismos (virus, bacterias y hongos) resistentes a la medicación. "En la producción animal, se utilizan 131 mil toneladas de antibióticos al año, lo que representa el 70 % de los antibióticos de uso general, la mayoría como promotor de crecimiento", dijo.

A mayor intensificación de la producción, se utilizan cada vez más antibióticos como promotores de crecimiento. "Esto quiere decir que, aunque no exista enfermedad, al animal se le dan antibióticos para dos cosas: evitar que se enfermen y engordarlos", describió.

Para Mora, "esto que suena como algo positivo –evitar que los animales se enfermen– es muy negativo porque, por un lado, esos antibióticos llegan al consumo humanos por vía directa o indirecta; pero, además, al estar suministrando dosis de medicamentos en forma constante, las bacterias generan resistencia; entonces, cuando el animal se enferme, ya no va a tener medicamento que sirva".

El zootecnista describió que, "a la vez, esas bacterias multirresistentes pueden pasar a los humanos y estos pueden no tener respuesta frente a una infección aunque jamás hayan tomado antibióticos. En esto, tenemos un caso muy claro con un medicamento que se usa como promotor de crecimiento en el ganado, la colistina, que en humanos se utiliza para hacer frente a bacterias resistentes, es decir, de último recurso; esto implica que. ante esas bacterias, ya no van a tener ningún recurso para atacarlas".

En el mismo sentido, la médica infectóloga Wanda Cornistein, especialista en resistencia antimicrobiana e integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), indicó: "La industria ganadera utiliza antibióticos para múltiples usos y en toneladas, y los animales que reciben esos medicamentos pueden generar microorganismos resistentes que ingerimos en nuestras comidas". En este contexto, señaló que la reciente pandemia por COVID-19 "dejó como enseñanza que todo está conectado; la salud animal, del ambiente y la humana son una sola".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) designó al 6 de julio como el Día Mundial de las Zoonosis en conmemoración de lo ocurrido en 1885, cuando el científico Louis Pasteur aplicó en Francia la primera vacuna antirrábica a un niño de 9 años que había sido mordido por un perro infectado por rabia.

Sin embargo, hay otras enfermedades de origen zoonótico causadas por parásitos (como el Echinococcus granulosus, que provoca hidatidosis), por bacterias (como la Leptospira interrogans, que provoca leptospirosis, o la Brucella abortus, que causa brucelosis), y por virus (como la fiebre amarilla o el hantavirus). Estos microorganismos patógenos pueden ser transmitidos de los animales a las personas por contagio directo con el animal enfermo, a través de algún fluido corporal como orina o saliva, o mediante la presencia de un intermediario, como los mosquitos u otros insectos. También pueden ser contraídas por consumo de alimentos de origen animal que no cuentan con los controles sanitarios correspondientes, o por consumo de frutas y verduras crudas mal lavadas.

Fuente: Natalia Concina para Télam

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