El ACV ya no es solo un problema de personas mayores
Afecta a cada vez más jóvenes menores de 55 años debido al estrés crónico, la mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y otras sustancias. En Mendoza, se registran en general entre 2000 y 2200 casos por año. ¿Las claves? Identificación rápida de los síntomas y el acceso inmediato a la atención médica.
Dos de cada tres ataques se dan en personas mayores de 65 años, pero pueden darse a cualquier edad, inclusive en niños y hasta en bebés. Foto: Freepik
El accidente cerebrovascular (ACV) constituye una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en la población adulta. En Mendoza, se registran entre 2000 y 2200 casos por año, y ya no afecta solo a personas mayores, sino también a quienes tienen menos de 55 años. Su impacto puede reducirse de manera significativa mediante la identificación rápida de los síntomas y el acceso inmediato a la atención médica adecuada.
El ACV es una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro. “En Argentina se registran alrededor de 50 mil a 60 mil casos de ACV. Esto equivale más o menos a uno cada diez minutos. Es una patología tiempodependiente, porque se trata con trombolíticos y estos tienen ventaja terapéutica dentro de las primeras cuatro horas. Por eso es tan importante recibir el tratamiento en las primeras horas de ocurrido el ACV”, detalló el médico Matías Donati, subdirector de Gestión de Redes y Planificación de la Dirección de Emergencias y Catástrofes del Ministerio de Salud de Mendoza.
El especialista explicó que antes existía la idea de que el ACV afectaba sobre todo a personas mayores; sin embargo, en los últimos años se ha notado un aumento de accidentes cerebrovasculares entre adultos y adultas jóvenes. “Lo positivo que rescatamos es que actualmente se está diagnosticando más, o sea, se reconocen los síntomas más rápido y se puede acudir a recibir atención médica oportuna”, dijo Donati.
Según un estudio publicado en The Lancet, la incidencia de ACV en personas jóvenes menores de 55 años ha mostrado un incremento sostenido. Para 2050, la mortalidad mundial por ACV aumentará en el 50 % y se cobrará 9,7 millones de vidas.
“Entre los principales factores que contribuyen a esta tendencia en jóvenes se encuentran el estrés crónico, la mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y otras sustancias, así como problemas cardiovasculares congénitos. Aunque las enfermedades clásicas, como hipertensión, diabetes y colesterol alto, siguen siendo determinantes, estos factores específicos en adultos jóvenes explican el aumento alarmante de casos y resaltan la importancia de la prevención activa desde edades tempranas”, explicó el médico Pablo Díaz, especialista en Neurología y Terapia Intensiva del CMC San Juan de Boreal Salud.
Cada 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV) para poner en agenda la importancia de la prevención, la detección temprana y la atención oportuna de esta patología. Por eso, especialistas destacaron la necesidad de que la población cuente con la información necesaria para disminuir los factores de riesgo, reconocer los síntomas de un ACV y actuar rápidamente para poder recibir asistencia médica urgente.
“Para registrar un ACV, hay que notar algunos signos, como ver el rostro, si se ve la cara torcida o una sonrisa asimétrica; verificar si se pueden mover los brazos o si se tiene dificultad para hablar; antes estos signos, se debe llamar rápidamente al 911. Mientras más rápido se consulte al médico, menores son las secuelas que puede ocasionar este evento isquémico”, señaló Donati.
Además de la atención inmediata, desde Boreal indicaron la importancia de la rehabilitación temprana. La fisioterapia, la terapia del lenguaje y la atención psicológica son claves para lograr una recuperación más completa y ayudar a los y las pacientes a reinsertarse en su vida diaria. La falta de acceso a estos servicios en algunos sectores de la población genera desigualdades que impactan directamente en las posibilidades de recuperación y reinserción laboral.
La tecnología también empieza a jugar un papel relevante en la prevención y tratamiento. Aplicaciones móviles que permiten detectar síntomas de forma temprana, dispositivos de monitoreo de presión arterial y campañas de concientización en redes sociales se convierten en aliados estratégicos para llegar a personas jóvenes, que no suelen percibirse como “en riesgo”, pero que hoy ha quedado demostrado que representan una parte cada vez mayor de los diagnósticos.

La Red Provincial de ACV de Mendoza
Desde el Ministerio de Salud, indicaron que, ante la sospecha de un ACV, se debe llamar de inmediato al 911 o acudir al centro de salud más cercano.
La Red Provincial de ACV de Mendoza fue creada por el Ministerio de Salud y Deportes en 2024 para mejorar la atención integral del accidente cerebrovascular en toda la provincia. Su objetivo principal es garantizar una respuesta rápida y coordinada en todos los niveles del sistema de salud.
Esta red articula el trabajo de hospitales públicos, centros de salud y servicios de emergencia para garantizar una respuesta coordinada y eficiente ante cada caso sospechoso. Los registros internacionales muestran que esta red ha permitido mejorar los tiempos de diagnóstico, aumentar el acceso a tratamientos específicos y reducir las secuelas neurológicas en los y las pacientes.
El sistema busca que los y las pacientes con ACV reciban atención especializada en el menor tiempo posible, sin importar dónde se encuentren. Se implementa un protocolo transversal para que los distintos efectores sanitarios trabajen de forma coordinada.
Federico Giner, de la Red Provincial de ACV, explicó que se cuenta con ocho hospitales preparados para tratar ACV, que actúan en red con los centros de salud y los demás hospitales de menor complejidad. “Los hospitales públicos de la provincia están atendiendo más de 1000 ACV por año”, indicó.
¿Qué es un ACV?
Un accidente cerebrovascular (ACV) es una emergencia médica que ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, lo que puede causar daño cerebral permanente, discapacidad o incluso la muerte. En el caso del ACV isquémico —el más frecuente—, la pérdida del flujo sanguíneo determina que las células nerviosas (neuronas) queden sin oxígeno y puedan dañarse hasta debilitarse o morir. A raíz de esta situación, dejan de funcionar determinadas partes afectadas del cerebro, lo que puede provocar, por ejemplo, trastornos en el habla, debilidad en algún miembro o pérdida de conocimiento. Una vez que las neuronas han muerto, no se vuelven a formar, por lo que los síntomas son, a menudo, permanentes.
Sin embargo, la adopción de hábitos saludables puede reducir los principales factores de riesgo de un ACV. Especialistas recomiendan no fumar, controlar la hipertensión arterial, el colesterol elevado, la obesidad, la ingesta elevada de alcohol y el consumo de drogas ilegales. En las mujeres, el uso de anticonceptivos hormonales durante un período prolongado sin supervisión médica puede aumentar las posibilidades de tener un ACV. Dos de cada tres ataques se dan en personas mayores de 65 años, pero puede darse a cualquier edad, inclusive en niños y hasta en bebés.
Un ACV produce súbitamente algunos síntomas. Ante su detección, la atención médica inmediata aumenta las posibilidades de recuperación y disminuye la probabilidad de secuelas. Cada minuto transcurrido es crucial para prevenir los daños del ataque sobre la actividad motora del cuerpo, el lenguaje, la visión, la actividad psíquica y, en última instancia, la muerte.
¿Cómo reconocer un ACV?
El ACV es una emergencia que requiere atención médica inmediata. La consulta debe realizarse dentro de las tres primeras horas de aparecidos cualquiera de los siguientes síntomas:
- Debilidad o imposibilidad para movilizar alguna parte o lado del cuerpo, como cara, brazo, mano, pierna;
- Trastornos para hablar;
- Dificultad para entender;
- Confusión;
- Mareos, pérdida de equilibrio;
- Dificultad en la coordinación;
- Problemas para ver con uno o los dos ojos de comienzo brusco;
- Dolor de cabeza muy intenso y de comienzo súbito.
¿Cómo actuar ante un ACV?
En caso de detectar algunos de los síntomas mencionados:
- Acostar a la persona afectada sobre uno de sus costados para evitar que se caiga o ahogue con vómito o saliva;
- Llamar inmediatamente al servicio de emergencias. Recordar que es una urgencia y que requiere atención médica rápida;
- No administrar ningún tipo de medicación al paciente, ni siquiera para bajar la presión arterial, que es esperable que en ese momento esté elevada. Cualquier medicamento puede empeorar el cuadro;
- Si la persona afectada es diabética, se debe controlar su nivel de azúcar. Si es menor a 80 mg/dl, administrar alimentos o bebida azucaradas, siempre y cuando esté despierto, sentado y no se ahogue al ingerirla;
- Llamar a su servicio de emergencia aunque desaparezcan los síntomas.
Factores de riesgo
Las personas más expuestas a padecer un ACV son las que tienen factores de riesgo cardiovascular:
- Hipertensión arterial;
- Tabaquismo;
- Diabetes mellitus;
- Hipercolesterolemia;
- Obesidad;
- Estrés;
- Sedentarismo.
Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza y Boreal Salud
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