El abogado de Rakhmat Akilov, ciudadano uzbeko sospechado de ser el autor del atentado en Estocolmo, Suecia, declaró en una audiencia este martes que Akilov admite haber cometido un atentado. “Su posición es que él admite un crimen terrorista y acepta por lo tanto que va a ser detenido”, dijo Johan Eriksson, defensor del hombre de 39 años. La comparecencia ante el juez tenía el propósito de decidir si el acusado permanecía bajo custodia. 

En el atentado murieron cuatro personas –dos suecos, una belga y un británico–. El camión robado que conducía Akilov recorrió casi 600 metros de una importante calle peatonal de Estocolmo, arrolló a los caminantes que se encontraban en la zona y se estrelló contra un centro comercial.

El uzbeko tenía una orden de expulsión de Suecia desde hace un mes y medio por haber sido rechazada su solicitud de asilo en dicho país en junio. El arresto se produjo horas después del atentado. Las autoridades confirmaron que tiene simpatías por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), pero no han dado más detalles.

El día anterior al atentado, Akilov anunció sus intenciones en un chat de simpatizantes del Estado Islámico a través de la red social Telegram, según informa El Mundo. Luego se lamentó de haber matado a “poca gente”.

Durante la audiencia de este martes, el hombre se encontraba presente, esposado, aunque no hizo declaraciones. El sospechoso solicitó al tribunal cambiar el abogado que se le ha asignado por otro que profese la religión musulmana suní, lo que le fue denegado.
 

Polémica por las deportaciones

El hecho de que el autor del atentado tuviese una orden de expulsión de Suecia ha despertado críticas, sobre todo del partido opositor de extrema derecha Demócratas de Suecia. Por su parte, el primer ministro Stefan Lofven abogó por la efectivización de las deportaciones de aquellos que vean sus solicitudes de asilo o residencia rechazadas, “porque es importante para la confianza en el seno de la sociedad que la política de migración funcione”.

El jefe de la Policía de fronteras y responsable de las deportaciones, Patrik Engström, declaró que hay alrededor de 12 500 personas en Suecia con orden de expulsión que no han sido deportadas. “Prácticamente sólo pueden hacerse las expulsiones de quienes las aceptan voluntariamente”, añadió.