El lawfare desenfrenado despertó al peronismo

Por Roberto Follari, epistemólogo, docente y doctor en Psicología.

El lawfare desenfrenado despertó al peronismo

Foto: Télam

Actualidad

Otras Miradas

Roberto Follari

Publicado el 30 DE AGOSTO DE 2022

¿Pero no es re-normal que el fiscal vaya a jugar fútbol a la quinta de quien es adversario político principal de la persona a que está acusando? No. Para nada: es tan normal como un elefante con cabeza de jirafa. Pero cientos de “periodistas” gritan al unísono que ese contrasentido es normal. O se hacen los que no saben.

¿No es normal que el fiscal, en tanto tiene que acusar, tenga evidente animosidad contra la persona acusada? No, no es normal: la acusación se hace en nombre de intereses del Estado, no de animosidad personal. Ser fiscal no es acusar a tontas y a locas, o ver “quién acusa más”.

¿No es normal que el fiscal lea un guión durante el juicio, y sea filmado todo el tiempo como si fuera un actor de Hollywood? No, no es normal. Ni la programada filmación, ni el leer guión cinematográfico, pues este recurso no está contemplado en el proceso. Pero no importa, “el referee no la vio”.

¿No es re-normal que no se deje hablar a la persona a que se acusa para defenderse, si es que el dueño de la palabra es el fiscal? No, no es nada normal: el acusado tiene derecho a hablar durante toda la consecución del juicio, siempre tras esperar que termine quien estaba antes hablando. Pero a CFK no se le permitió.

¿No es normal meter pruebas de última hora, ya que éstas son más contundentes? Por más contundentes que fueran, no lo es: en un juicio sólo debe operar lo que está presente en el expediente. La apelación a las llamadas de López –el de los bolsos- fue una forma más de saltarse las reglas durante el juicio.

¿No es normal señalar que si un subministro hace una acción, el presidente o presidenta debía saberlo? No: no es normal que un/a presidente/a sepa lo que hacen cientos de funcionarios que dependen de él o ella. No se ha juzgado a recientes gobernadores por casos de corrupción de alguno/s de sus funcionarios en Mendoza.

¿No es re-normal afirmar que un gobierno haya sido una asociación ilícita? No, para nada: es un reverendo disparate. Sin embargo, no vemos periodistas que salgan a decir algo tan obvio.

Ante las flagrantes irregularidades del lawfare, frente al linchamiento mediático permanente y minucioso contra la ex presidenta, el peronismo resucitó. Fue reinventado por el show ficcional y paródico de Luciani. Y ahora, periodistas ofuscados porque el peronismo sale a defender a Cristina Kirchner, pretenden que la gente vuelva a su casa. ¿No está todo tan normal? “Dejen que la justicia actúe” dicen, disimulando las obvias irregularidades que muestran que el proceso está por completo viciado desde el comienzo.

Es la misma “justicia” que no trata el contrabando de armas que envió Macri a Bolivia como contribución al golpe de Estado de Añez, la misma que lo absolvió insólitamente del espionaje a familiares de muertos en el ARA San Juan, la que no actúa en el caso del Correo (que ya lleva dos décadas en Tribunales). Esa tan equilibrada “justicia”.

¿Es normal que se compare el juicio contra quien sostuvo política ejemplar de derechos humanos, con aquel en que se enjuició a los criminales que atropellaron los derechos humanos? No. Eso es absurdo, y casi profanatorio. Los que han sufrido la dictadura no pueden creer que el sector social donde abundaron partidarios de esa dictadura y estuvieron contra el juicio a las juntas militares, venga a sostener una ridícula comparación con el juicio a Cristina Kirchner, con lo que se busca proveer de alguna mística a la ramplona operación de persecución en curso. Persecución tan extrema que el reconocido académico Daniel Erbetta ha dicho que “es un proceso que nos permitiría a nosotros enseñarle a los alumnos cómo no debe ser un debido proceso penal, cómo no debe actuar un fiscal y cómo no debe actuar un juez”

¿Es normal que Rodríguez Larreta, sin ningún argumento que no sea su propia decisión, quiera seguir vallando el acceso a la casa de CFK e impidiendo el libre ejercicio de la protesta, desobedeciendo abiertamente a un juez a quien no tiene ninguna razón para recusar? Claro que no: pero en la tv mayoritaria, no ven que el rey está desnudo.

¿Y es normal que la población tolere grados extremos de irregularidad judicial como los que estamos viendo? No. No es normal. De modo que la pueblada en la calle ha comenzado, y llegó para quedarse: difícilmente haya retorno a la quietud pública, mientras no exista alguna reversión en el proceso de deterioro en que se encuentra la cúpula del poder judicial argentino; y mientras persista la imposibilidad de confiar en que operen procesos judiciales realizados con las necesarias equidad, imparcialidad y prudencia.-

 

peronismo, cristina fernandez, lawfare,