El relato de una mendocina viviendo en Cali, el epicentro de las protestas en Colombia

Hasta el momento, el país registra al menos 17 muertos y 800 heridos en movilizaciones contra una reforma tributaria y cambios estructurales en salud y educación. “La gente está convencida de que esto debe seguir", contó.

El relato de una mendocina viviendo en Cali, el epicentro de las protestas en Colombia

Foto: colombia.as.com

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Crisis en Colombia

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Ángeles Balderrama - Con información de Télam

Publicado el 03 DE MAYO DE 2021

Luego de cinco días de masivas protestas contra una polémica reforma tributaria en Colombia impulsada por el presidente Iván Duque, el país se encuentra en alerta por la militarización del conflicto, y ya se cuentan 17 muertos y 800 heridos. Florencia Valleto, mendocina egresada de la Facultad de Educación de la UNCUYO, contó a Unidiversidad qué está pasando en Colombia desde Cali, la ciudad donde comenzaron los reclamos.

“La situación está difícil, al menos lo siento así, porque no he visto como mendocina tanta violencia por parte de las fuerzas armadas, tal vez por no haber vivido la dictadura. Se está viviendo un ataque muy fuerte y en las calles están la policía, el Esmad, que es otra fuerza vestida de negro, y ahora está el ejército en las calles. En Cali ha sido el inicio de las manifestaciones más contundentes, pero se han ido sumando otras ciudades”, dijo Valleto, que vive en esa ciudad ubicada en el departamento del Valle del Cauca, al suroeste de Bogotá.

En Colombia, casi la mitad de los 50 millones de habitantes está en la informalidad y la pobreza castiga al 42,5 % de la población. En ese contexto, la reforma tributaria buscaba ampliar la base de contribuyentes, elevar impuestos, reducir exenciones y aumentar el IVA de algunos productos. Sin embargo, presionado por el fuerte y masivo descontento, Duque ordenó durante la noche del domingo 2 retirar la propuesta que se debatía en el Congreso, donde un sector amplio la rechazaba por castigar a la clase media y ser inoportuna, en plena crisis desatada por la pandemia de COVID-19.

Aunque las cinco jornadas de protesta transcurrieron en su mayor parte de forma pacífica, les siguieron múltiples disturbios y choques con la fuerza pública. A pesar del anuncio, este lunes ya había personas en las calles y bloqueos en las vías de Bogotá. “La gente está convencida de que esto debe seguir. La lucha no es solo por la reforma tributaria, que tal vez es lo más visible sino que quieren un cambio estructural en la salud, en la educación, en todo”.

“La gota que rebasó el vaso fue la reforma tributaria porque, según el Presidente, es una cuestión solidaria, pero influye a toda la población, especialmente a las clases medias. Por más que bajen la reforma tributaria, la gente va a seguir luchando porque también hay una propuesta de reforma en la salud, que es privada, en la que buscan sumar pólizas por enfermedades extra como el asma, o mantener el criterio de que, si vos no te cuidás, no te van a atender. Esto se suma a que la gente ya está cansada de la educación privada, de la corrupción interna y de seguir arrodillados frente al narcotráfico”, destacó Valleto, que relataba la situación mientras se escuchaban las sirenas policiales.

Desde el Comité Nacional de Paro, integrado por agrupaciones obreras, consideraron el anuncio del retiro del proyecto de reforma tributaria como un triunfo de los millones de colombianas y colombianos que se han movilizado y del apoyo mayoritario que la ciudadanía brindó. No obstante, destacaron en su último comunicado que continuarán con las medidas, con el objetivo de obtener:

  • Garantías y libertades democráticas;
  • Garantías constitucionales a la movilización y la protesta;
  • Desmilitarización de las ciudades, cese de las masacres y castigo a los responsables;
  • El desmonte de los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional (Esmad);
  • Retiro del proyecto de ley 010 de salud y fortalecimiento de una masiva vacunación;
  • Renta básica de por lo menos un salario mínimo legal mensual;
  • Defensa de la producción nacional (agropecuaria, industrial, artesanal, campesina);
  • Subsidios a las mipymes y empleo con derecho y una política que defienda la soberanía y seguridad alimentaria;
  • Matrícula cero y no a la alternancia educativa;
  • No discriminación de género, diversidad sexual y étnica;
  • No privatizaciones y derogatoria del Decreto 1174;
  • Detener erradicaciones forzadas de cultivos de uso ilícito y aspersiones aéreas con glifosato.

“Los recursos para atender estas peticiones están en préstamos del Banco de la República, uso de las reservas internacionales, renegociación de la deuda externa, eliminación de exenciones tributarias a los grandes capitales individuales y a las grandes empresas nacionales y extranjeras, controles a la evasión, a los paraísos fiscales y a la corrupción”, remarcó el comunicado del Comité Nacional de Paro.

Para la joven educadora que vive y trabaja en Colombia desde hace dos años, el nivel de violencia que existe es terrible y remarcó que es una constante el vuelo de aviones del Ejército en la zona. “Están golpeando a la gente, una chica fue violada y han matado a muchos. Estoy encerrada en mi casa y casi ni salgo. Lo que más miedo me da esa brutalidad de las Fuerzas”, explicó.

“En la ciudad también hubo saqueos y destrucción de estaciones del transporte, que es privado, porque lo toman como un símbolo de descontento frente al manejo de la pandemia y el hacinamiento de las personas en ellos. Hay barricadas para mantener el corte en las calles, pero en los lugares que tienen menos concentración de gente, la policía reprime con balas. Yo estoy muy cerca de una de las concentraciones en un barrio cultural, donde hay artesanos y teatro, y, dentro de todo, acá han sido un poco más pacíficas, pero la represión sí llegó. Realmente la situación es muy complicada", concluyó Valleto.

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