El rol ecológico de la flora autóctona mendocina

La vegetación de nuestra provincia está perfectamente adaptada a las condiciones de nuestros suelos. El algarrobo, nuestro árbol más característico, ocupa cerca de dos millones de hectáreas.

El rol ecológico de la flora autóctona mendocina

Foto: Axel Lloret

Sociedad

#13 - Raíces

Edición U

Florencia Martínez del Río

Publicado el 14 DE AGOSTO DE 2016

Mendoza es una zona árida y, por lo tanto, tiene una vegetación mayormente arbustiva en su zona de llanura. Los árboles autóctonos se encuentran en lugares donde las raíces pueden alcanzar el agua subterránea. Así lo explica Pablo Villagra, biólogo e integrante del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), unidad ejecutora dependiente del Conicet.

El estrato arbustivo está dominado por matorrales de jarilla y retamo (cigofiláceas). Las dos especies principales de jarrilla en territorio mendocino son la Larrea cuneifolia y Larrea divaricata, explica Villagra, que se reparten la superficie en distintas zonas, dependiendo de la disponibilidad de agua y de las condiciones ambientales. El retamo ocupa otros lugares, primordialmente en Lavalle y en el piedemonte. El estrato herbáceo y de arbustos bajos está dominado por el yaoyín y pastos perennes, muy útiles para el ganado.

En la vegetación alto andina, las especies tienen tolerancia al frío y a la poca disponibilidad de agua; en la precordillera abundan las cactáceas; y en la zona de la Payunia el agrupamiento es particular y caracterizado por especies endémicas con influencia patagónica.

Además, Villagra señala que existen cuatro grandes manchas de bosques: en Lavalle, en La Paz, en Santa Rosa (reserva de Ñacuñán y alrededores) y en la zona de General Alvear y San Rafael (Travesía de la Varita).
 

Árboles nativos

El árbol más característico, extendido y abundante de Mendoza es el algarrobo. Pertenece a la especie Prosopis flexuosa y está distribuido principalmente en la zona de Lavall, aunque los de mayor desarrollo se encuentran en La Paz.

Los bosques de algarrobos ocupan cerca de dos millones de hectáreas de la provincia, según los datos arrojados por el ordenamiento territorial de bosques nativos, producto de la Ley Povincial de Ordenamiento de Bosques Nativos N.º 8195, realizado en 2010, sondeo que debe actualizarse el año próximo.

Villagra describe al algarrobo como un árbol de múltiples propósitos, ya que aporta madera, leña, forraje y sombra, pero también mejora la calidad de los suelos y cumple un papel ecológico porque “al tomar agua subterránea aumenta la productividad de los lugares, aporta nutrientes y protección”.

Otra especie de árbol en Mendoza es el chañar (Geoffroea decorticans), que es más bajo y de menor desarrollo.  A este se le suma el retamo (Bulnesia retama), que sólo en algunos casos toma porte arbóreo.

El especialista señala que hay algunos bosques en los cauces de la precordillera (chacay, maitén y luma), pero estos son de menor extensión, aunque muy importantes por su rol ecológico al ser protectores de esos cauces. En La Paz se puede encontrar otro árbol nativo de pocos ejemplares. Se trata del tala (Celtis tala). También, al costado de algunos ríos tiene lugar el sauce criollo, pero no en abundancia.

En la actualidad ha disminuido la superficie de árboles pero también la calidad de los bosques, no sólo por haber sido arrasados en el siglo XX, sino también porque grandes extensiones se queman periódicamente. “Hay zonas totalmente de rebrote. No es muy alta la superficie de bosques sin quemar, prácticamente todo el departamento de General Alvear se ha quemado en los últimos 30 años”, revela Villagra.