Especialistas advierten que enfermedades diarreicas en niños y niñas son más peligrosas en verano

En este caso, especialistas en pediatría recomiendan prestar atención a síntomas como decaimiento, vómitos, dolores cólicos y sangrado en heces.

Especialistas advierten que enfermedades diarreicas en niños y niñas son más peligrosas en verano

Foto: Freepik.com

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Publicado el 16 DE ENERO DE 2023

Las enfermedades diarreicas en niños y niñas suelen ser más dañinas que en los adultos y en verano los riesgos por deshidratación "aumentan considerablemente", advirtieron especialistas en pediatría, por lo que recomendaron prestar atención a síntomas como decaimiento, vómitos, dolores cólicos y sangrado en heces.

"Las diarreas en verano afectan más porque, aparte de la situación viral o bacteriana, el calor favorece la pérdida de líquido. Los niños tienen un mayor volumen corporal líquido proporcional que el adulto, lo que conlleva a que se deshidraten con mayor facilidad", afirmó Pablo Barvosa, pediatra del Hospital Garrahan, en diálogo con Télam.

Las enfermedades diarreicas son infecciones del tracto digestivo que pueden ser ocasionadas por bacterias, virus o parásitos, y cuyo principal síntoma es la diarrea, es decir, la deposición de tres o más veces al día de heces sueltas o líquidas, indicó el Ministerio de Salud.

En ese sentido, las diarreas suelen ser más frecuentes en verano debido a las altas temperaturas, que favorecen a la diseminación de las bacterias que la provocan.

Existen tres tipos de enfermedades diarreicas: la diarrea acuosa aguda, que dura varias horas o días, como en el caso del cólera; la diarrea con sangre aguda, también llamada diarrea disentérica o disentería; y la diarrea persistente, que dura 14 o más días.

"En la medida que se tomen los recaudos y se tengan en cuenta las pautas de alarma, son cuadros que tienen una buena evolución. Hay que prestarle atención a la hidratación de líquidos y sales, que el niño o niña siga orinando y que tenga la lengua húmeda", indicó Barvosa.

Los signos de la deshidratación son: tener ojos sin lágrimas, lengua seca y piel pálida y seca o muy sudorosa como que está perdiendo temperatura; no orinar y no tener turgencia al apretar la piel, es decir haga "pliegues" o se hundan los dedos en la piel.

Otros de los factores que hay que considerar con la presencia de este tipo de enfermedades diarreicas es el estado de ánimo del niño o niña, si está decaído, si se muestra molesto con dolores cólicos, y la más importante, si hay presencia de sangre en la materia fecal.

"Siempre que tenga sangre es un signo de atención porque son diarreas más invasivas", detalló el especialista del centro pediátrico más importante del país.

Y agregó que, en nuestro país hay una enfermedad que está muy presente, que en la mayoría de los casos se genera por la ingesta de carne mal cocida, y es el síndrome urémico hemolítico (SUH). "De 800 casos anuales en el mundo, 400 corresponden a Argentina", advirtió Barvosa.

Como recomendación general el especialista coincidió en que la mejor manera de tratar estas enfermedades es a través del consumo de agua y, con indicación de un médico, mediante la ingesta de sales de rehidratación, recomendadas por la OMS y que pueden conseguirse en farmacias o centros de salud.

Agua segura y lugares frescos, las recomendaciones para evitar deshidratación por diarreas

Lugares frescos y ventilados, y mantener la hidratación de manera constante son algunas de las recomendaciones que los especialistas brindan para que bebés, niños y niñas puedan "disfrutar de un verano lo más saludable posible" y eviten cuadros de deshidratación por diarreas.

"Es importante que los bebés, niños y niñas puedan disfrutar de un verano de la manera más saludable posible. Para eso tenemos que evitar, por un lado, los golpes de calor", señaló Ángela Nakab, pediatra especialista en adolescencia y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

Nakab indicó que elegir lugares "frescos y ventilados" y que los niños y niñas se mojen frecuentemente a la hora de disfrutar del receso en los meses de mayor calor es importante, además de vestirse con ropa holgada, en lo posible clara y de algodón.

En el caso de los bebés que se encuentren amamantando, Nakab explicó que deberán incrementar la frecuencia de las tomas. "No practicar deportes o actividad física al aire libre entre las 10 y 16 los días de mucho calor o exponerse al sol en ese momento es importante", agregó.

Sobre la vestimenta, la pediatra indicó que es preferible que niños y niñas usen gorros, anteojos de sol y remeras con manga larga, y si está dentro de las posibilidades, remeras que eviten los rayos ultravioletas.

Además, indicó no exponer en absoluto a bebés menores de un año al sol y utilizar protectores solares de amplio espectro, colocándolo media hora antes de la exposición y renovándolo cada dos horas, excepto en niños menores de seis meses, en quienes no se recomienda su uso.

Fuente: Télam

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