"Hay una nueva historia que se empieza a escribir"

Tras recibir el título de Dr. Honoris Causa que le otorgó la UNCUYO, el filósofo Ricardo Forster dialogó con NU Digital acerca del momento actual que atraviesan las universidades públicas en el país. También opinó sobre las razones que impulsaron en los últimos años a intelectuales y artistas a participar de manera activa en la escena política del país.

"Hay una nueva historia que se empieza a escribir"

Foto: Axel Lloret

Sociedad

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 23 DE AGOSTO DE 2011

El intelectual, reconocido internacionalmente por su trayectoria académica, considera que el presente de la vida universitaria argentina es un “momento de mucha alegría, al igual que el de la política y la cultura”. La impresión de Forster se desprende de la multiplicidad y diversidad de debates que en la actualidad se brindan al interior de las universidades públicas con inmediata repercusión en lo social, según explicó. “La confluencia de distintas perspectivas en las diferentes discusiones que se van dando contribuyen a la consolidar la democracia”, consideró.

Como ejemplo trajo a colación el caso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aprobada por el Congreso de la Nación en octubre de 2009. Para el filósofo, las universidades tuvieron un papel substancial durante la discusión parlamentaria que se dio en torno a la medida. Señaló que fueron claves a la hora de la organización de los foros que a su vez enriquecieron el proyecto a partir de las modificaciones surgidas  en esos espacios.

“Nuestras universidades dieron el ejemplo al abrir sus puertas para dar un debate democrático y pluralista entorno a qué tipo de ley de medios necesita la sociedad, para qué y  cómo debiera instrumentarse”, argumentó.

La creciente participación de los sectores académicos y estudiantiles en temas vinculados directamente con el porvenir de la comunidad hace evidente el “momento de construcción y despliegue que atraviesa la universidad pública para soñar, pensar e imaginar la Argentina que queremos para todos, opinó. También  “para ser fieles a sus tradiciones de humanismo crítico, democráticas, de integración y diversidad”.

Para Foster algo similar ocurre hoy con la filosofía, ámbito donde se desenvuelve, ya que explicó que cada vez es más requerida para intervenir públicamente. Lo que termina por generar  un vaso comunicante entre la vida social, el espacio público y las reflexiones intelectuales.




De la misma manera que la universidad pública, la intervención en el escenario social y político de sectores ligados a la cultura y al ámbito intelectual fue creciendo en los últimos años. En muchos casos llegaron a constituirse en grupos de apoyo manifiesto al Gobierno Nacional, tal como sucedió en 2008 con el surgimiento de Carta Abierta, un espacio no partidario conformado por educadores, periodistas y personas vinculadas directamente con el ámbito de la cultura. Entre sus impulsores se encuentra el mismo Ricardo Forster.

Consultado por las razones que llevan a amplios sectores  intelectuales y artistas a manifestar su defensa al proyecto nacional como un hecho inédito en la historia reciente del país, el filosofo considera que se debe a que el Gobierno Nacional  “ha sabido reconocer que la transformación de una sociedad y la disputa política por el sentido pasa también por los imaginarios culturales, por el papel de la dimensión cultural simbólica, y por los relatos a través de los cuales se instituye la vida social tanto en el presente y como en el pasado”.

Explicó que estos años hubo diversos sectores de la cultura que se sintieron interpelados, y convocados después de un largo tiempo de escepticismo y de falta de participación.

“Muchos sentimos que  había una interpelación, algo que nos estaba llamando y que nos parecía fundamental reconstruir los puentes un tanto dañados entre la creación cultural y la vida universitaria y el desafío común de la construcción de un país democrático”, expresó.

El entrevistado enumeró algunos momentos claves de la historia reciente del país como las principales razones que llevaron a muchos de los que habitan el campo de la cultura a compenetrarse con el proyecto nacional. Entre ellos la política de derechos humanos, la reconstrucción de la Corte Suprema de Justicia, las medidas estratégicas de  desendeudamiento, la construcción de un proyecto común con muchos países sudamericanos y  la política de recuperación del trabajo instaurada a partir de 2003.

“Estos momentos nos invitaron a pensar que hay una historia que se vuelve a escribir en el país en un sentido de recuperación de horizonte”, opinó. Añadió que fue “la sensación de volver a recrear esas tramas o esas redes de correspondencia” lo que hizo que dramaturgos, autores, actores, pintores, poetas, profesores universitarios se sintieran convocados y hoy expresen en una porción amplia su apoyo al oficialismo.  Apoyo al que calificó de “sutil”, porque si bien se basa en “la pasión y la convicción”  afirmó que “no implica dejar de pensar por uno mismo sino que lleva a sentirse parte de un proyecto de construcción común de una sociedad más justa”.