Los idiomas: modos diferentes de ver y hacer las cosas

Una investigación sobre el modo en que los hablantes adquieren una nueva lengua.

Los idiomas: modos diferentes de ver y hacer las cosas

Sociedad

Alimento para el cerebro

Unidiversidad

Por Grupo LINEL INCIHUSA - CONICET / Camila Balter Practicante del INCIHUSA

Publicado el 28 DE JUNIO DE 2019

El lenguaje es el tipo de pensamiento que nos hace humanos. Es, además, un factor indispensable para explicar los cambios que han modificado la experiencia desde los primeros homo sapiens hasta los actuales, es decir,  nosotros. Tanto como lo humano, las lenguas crecen desde lo biológico a explorar territorios desconocidos. El grupo de investigación LiNEL está comprometido con su estudio pero también con su ‘desarrollo’: creemos que mientras más rica sea la lengua que se usa, la experiencia que genera se verá, en consecuencia, enriquecida . Por lo tanto, el lema sería ‘Más lenguaje, más experiencias, más libertad’ donde ‘más lenguaje’ significa tanto un enriquecimiento del español como la adquisición de más variedades del español -o, si se quiere, ‘más registros’- y de diferentes lenguas.

Cada lengua es un tipo de pensamiento diferente y esto significa, literalmente, distintas visiones de una misma cosa. El cerebro humano ha creado más de siete mil gramáticas, o sea, prácticamente siete mil formas de pensar al mundo, y, por lo tanto, siete mil formas de experiencias, todas igualmente válidas. La complejidad y calidad de la experiencia humana reside esencialmente en esta posibilidad de darle al mismo objeto distintos sentidos mediante miles de narrativas alternativas. Los humanos no habitamos el universo de las cosas sino el mundo de los sentidos de las cosas, un mundo infinitamente más rico puesto que cada cosa puede ser arropada por narrativas distintas.

Para poder precisar en qué sentido cada lengua es un tipo de pensamiento distinto, buscamos las diferencias existentes a nivel neuro y psicolingüístico en el procesamiento y adquisición de los distintos idiomas. El inglés, el chino y el español son particularmente relevantes porque tienen estrategias para construir eventos radicalmente diferentes. Mientras que el inglés se enfoca en lo que hace un Actor, el español se centra en lo que le pasó a un Paciente, y el chino, en la actividad y el resultado al mismo tiempo. Estas diferencias se manifiestan en el significado de los verbos y las carencias relativas de las respectivas semánticas se complementan en la sintaxis.

Así, el inglés mitiga su carencia de especificación de cambios en el Paciente con la ‘construcción resultativa’ que el español no tiene. Por ejemplo, el inglés puede decir Mary wiped the table clean lo que en español significa “Mary limpió la mesa repasándola” . Esto, “palabra por palabra”, no tiene el mismo sentido (“Mary repasó la mesa limpia”) porque no contamos con la construcción resultativa y, en general, no contamos con la lógica interna del inglés.

Nuestro proyecto busca determinar mediante experimentos neuro y psicolingüísticos el proceso de adquisición de esta construcción por hablantes de español, es decir, nos preguntamos en qué estadio del proceso los hablantes del español dominan la construcción. Además, se intenta contrastar la adquisición de la resultativa y la adquisición de la construcción ‘descriptiva’ (“Pedro trajo al niño cansado”) que sí existe en ambas lenguas y tiene una sintaxis similar a la resultativa. Este contraste nos permitirá determinar el rol de la transferencia positiva (el conocimiento de una lengua usado para dominar otra) en la adquisición. Esta investigación incluirá, además, la comparación con el proceso de adquisición de la construcción resultativa del inglés por hablantes chinos, ya que el chino sí cuenta con esta construcción.

En última instancia, los resultados de este proyecto servirán para diseñar instrumentos de enseñanza del inglés que estén focalizados específicamente en las necesidades de un hablante español, bajo el supuesto que estos materiales facilitarán el proceso de adquisición, frente a los actuales que no contemplan las diferencias entre las lenguas nativas de los estudiantes. Hoy se utiliza  el mismo recurso pedagógico para enseñarles inglés a los hablantes de español, chino o ruso. Eventualmente, el proyecto incorporará las conclusiones del proyecto paralelo sobre las diferencias en el desarrollo lingüístico en distintos contextos sociales para facilitar también la adquisición del inglés por niños que viven en contextos vulnerables.