No, aún no llega la era del "fin de los barbijos"

Las y los infectólogos coincidieron en que es importante seguir utilizando tapabocas en espacios cerrados o en el exterior con poca distancia, ya que el riesgo de contagio sigue existiendo.

No, aún no llega la era del "fin de los barbijos"

Foto: Télam

Sociedad

Barbijos y tapabocas

Unidiversidad

Unidiversidad / Fuentes: Télam y Radio Mitre

Publicado el 21 DE SEPTIEMBRE DE 2021

La medida anunciada este martes por el Gobierno implica que solo puede dejar de usarse barbijo al aire libre y cuando se está a más de dos metros de distancia de otras personas, ya que en espacios cerrados, o en exterior pero cerca de alguien, el riesgo de contagio de COVID-19 sigue existiendo, por lo que se debe continuar utilizándolo, explicaron especialistas.

Ni bien concluyeron los anuncios, comenzaron a multiplicarse los mensajes en redes sociales y en los teléfonos. ¿Es el fin del uso del barbijo? La respuesta de especialistas es "no" porque, aunque los casos estén descendiendo, el virus sigue estando, y si algo se aprendió en esta pandemia, es que el uso de tapabocas, con buen material y ajuste, disminuye el riesgo de contagio.

"Estamos en una situación epidemiológica en la que hace varias semanas tenemos un descenso de casos en todas las jurisdicciones y en todos los grupos etarios. También bajaron los fallecimientos y las personas internadas en terapia intensiva, lo que se debe en gran medida al avance de la vacunación", celebró la médica infectóloga Florencia Cahn.

Cahn, que es presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), señaló: "Las actividades que se hacen al aire libre, sabemos que son las de menor riesgo; si uno va caminando solo por la calle o con su grupo familiar, no usar barbijo puede ser aceptable, pero 'el aire libre no inmuniza'. Con esto queremos decir que, aunque se esté afuera, si hay muchas personas juntas, el contagio se puede dar igual".

"Entonces –continuó– aquí es fundamental la responsabilidad individual. Si voy caminando sola por la calle, puedo estar sin barbijo, pero si entro a un negocio, me subo a un colectivo e incluso si en la parada hay mucha gente, tengo que colocármelo".

El alerta sobre que la medida en relación al barbijo pueda ser malinterpretada como el "fin del barbijo" se encendió en cada entrevista: "La pandemia no terminó, todavía estamos en riesgo y tenemos la amenaza de la variante delta, que aún no comenzó a circular fuerte en Argentina, entonces tenemos que sostener los cuidados", señaló por su parte el médico emergentólogo Gonzalo Camargo.

Camargo, presidente de la Sociedad Argentina de Emergencias, puntualizó: "El barbijo puede no usarse al aire libre, pero con salvedades. Por ejemplo, si nos juntamos en una plaza con varias personas durante mucho tiempo, si nos cruzamos por la calle con alguien y nos podemos a charlar, casos hay que utilizarlo".

"También hay que dejarse el barbijo en espacios cerrados y ventilar todo lo que se pueda los ambientes", sostuvo.

Por su parte, la médica infectóloga Leda Guzzi, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), coincidió en que "las medidas son razonables en el contexto epidemiológico de este descenso tan pronunciados de los casos, fallecimientos e internaciones. Además, se está logrando contener a la variante Delta y que se vuelva dominante". "Pero –advirtió– hay que entender que la pandemia no terminó y todos los análisis científicos indican que el virus va a seguir estando, por lo menos de manera endémica, y esto implica la necesidad de continuar con los cuidados". Inmediatamente aclaró: "El anuncio de hoy no implica que ya no usamos más barbijo sino que se puede evitar en los lugares abiertos donde no hay aglomeración de personas".

También el físico e investigador de Conicet Jorge Aliaga señaló: "La novedad de las medidas de hoy que tiene que ser bien interpretada, porque puede llevar a confusión, es la no obligatoriedad del uso de barbijo, pero la medida dice explícitamente que esto se puede hacer si no se está cerca de personas".

"Tiene que quedar claro que, si uno está a más de dos metros de una persona al aire libre, el riesgo es muy bajo; ahora, si uno está todo el tiempo cruzándose con personas y/o parándose a hablar con alguien, se tendría que estar poniendo y sacando el barbijo, pero probablemente eso no suceda, y ahí hay un riesgo", sostuvo.

Uno de los aprendizajes que dejó la pandemia por COVID-19 es que la principal vía de contagio del SARS-CoV-2 (y se considera que de muchos virus respiratorios) es a través de los aerosoles, pequeñísimas gotas que emitimos cuando respiramos, distintos a las gotas que se pueden observar cuando estornudamos o tosemos. Esos aerosoles se concentran en los ambientes cerrados, lo que puede hacer que en un lugar mal ventilado una persona se contagie solo respirando el aire si comparte habitación con otra que está infectada, aunque se encuentren a más de dos metros: esto se denomina contagio a distancia.

Al aire libre, la acumulación de aerosoles es poco probable y, por lo tanto, la probabilidad de contagio a distancia (es decir, a varios metros de una persona infectada) es mucho menor, pero puede haber riesgo de "contagio en proximidad" (cerca de la persona), donde la concentración de los aerosoles puede ser alta. "En exteriores, hay situaciones que pueden ser riesgosas; por ejemplo, al hablar estando cerca y sin barbijo, nos podemos contagiar; hay que tener en cuenta que el tiempo de exposición es clave", señaló a Télam Andrea Pineda Rojas, investigadora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y del Conicet.

Además, Pineda Rojas alertó: "El contagio a distancia (que puede causar brotes) en exteriores puede ocurrir en lugares donde hay mucha gente (por ejemplo, un recital) y poco movimiento de aire; entonces, en lugares con muchas personas, aunque se esté al aire libre, el uso del barbijo sigue siendo una medida importante". En este punto, recordó: "En el resto de las situaciones, hay que seguir usándolo: al aire libre si no hay distancia adecuada o si me encuentro con personas que no son de mi burbuja".

El infectólogo Tomás Orduna aportó una anécdota: "Hoy salí del edificio y lo primero que me dije el portero fue: 'Qué bueno, no necesitamos usar más barbijo'. Tuve que hacerle un pequeño correctivo, (decirle)que eso tenía que ver con el aire libre, caminando solo o con mi burbuja". Finalmente, la médica internista Mariana Lestelle recordó que "las medidas están basadas en los indicadores epidemiológicos que se toman, que son la incidencia de casos cada 100 000 habitantes durante los últimos 14 días y lo que se denomina la razón, que debe ser menor a 1,2".

"Todo esto es dinámico, lo que se abre ahora porque esos indicadores están bien está sujeto a modificación conforme varíen estos marcadores; si se disparan los casos, habrá que volver para atrás", concluyó.

 

¿Una medida adoptada de forma apresurada?

Luis Barcenilla, director del Hospital Lencinas, aportó su opinión sobre los anuncios del Gobierno Nacional y adelantó que, a su entender, “es una medida apresurada” por distintos factores.

“Yo creo que no es una medida tan acertada en este momento. Hasta que se vacune a gran parte de la población, queda toda la franja de adolescentes y una gran porcentaje con la segunda dosis entre 40 y 18 años. Por eso tienen que ser muy conscientes con esta medida, adoptarla y tenerla bien en cuenta. Por más que sean espacios libres, que se puede circular por ellos sin tapabocas, en un lugar donde hay muchos adolescentes es muy difícil el distanciamiento social de esos sectores”, sostuvo el director del Hospital Lencinas.

En ese sentido, Barcenilla consideró que la viabilidad de esta medida “dependerá un poco de la conciencia que tome la gente” porque habrá lugares donde “no se tendrán todos los recaudos correspondientes”, como por ejemplo es “el caso de los boliches”. El médico advirtió que “hay que tener mucho recaudo con estas medidas”, ya que todavía “no hay una circulación sostenida de la variante Delta” en la provincia.

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