Nos volvemos todos en colectivo

Por Jorge Fernández Rojas, editor de Edición U

Nos volvemos todos en colectivo

Ilustración: Pablo Pavezka

Sociedad

#32 - Chapa y pintura

Edición U

Jorge Fernández Rojas, editor de Edición U

Publicado el 07 DE OCTUBRE DE 2018

"El auto ya no es el rey y la gente es lo primero"

Jan Gehl, arquitecto y pensador danés

 

Desde hace un tiempo, se percibe cierto cansancio social en el ambiente urbano, en la calle misma, en las conversaciones cotidianas cuando no estamos al mando de un volante. Este juego de obstáculos en que se ha convertido el Gran Mendoza, con calles cortadas (por roturas y sus consecuentes refacciones), parece una constante y toma un pulso dramático en horarios críticos cuando el objetivo es llegar a destino lo más rápido posible.

De este problema y su posible solución menta esta entrega de Edición U al anticipar cómo será el sistema de transporte público de pasajeros que se aplicará a partir de diciembre. El dato sobresale en la entrevista al secretario de Servicios Públicos, Natalio Mema, que se puede leer en las próximas páginas.

Lo que se transparenta de este informe periodístico es una necesidad concreta: estamos en un laberinto y cada vez estamos más trabados en los recodos. Necesitamos transitarlo de un modo más seguro, confiable; en definitiva, más “viable”.

¿Se podría afirmar que se transita como se vive? En una generalidad, nuestras aristas más disimuladas y violentas afloran y muestran nuestra faz más repudiable. Esto ocurre cuando nuestros desplazamientos y traslados en la vía pública se ven impedidos.

Por eso es necesario darle racionalidad y planificación a nuestra necesidad de transitar. Este diagnóstico es coincidente con el advenimiento del nuevo sistema de transporte y de la aplicación de la nueva Ley de Movilidad, que viene a reemplazar a la antigua norma de tránsito. En este panorama, encontraremos las razones para entender que la tendencia urbana apunta a organizar el espacio público para que los habitantes transiten con la suficiente comodidad para el bien del conjunto (por eso la cita elegida para iniciar esta nota).

Hay una idea basada en ese concepto que se pretende poner en marcha a partir de fin de año. Se trata de disponer más viabilidad para el transporte de pasajeros, para alentar a quienes se trasladan en sus vehículos particulares a que finalmente elijan el colectivo.

Con un halo filosófico, sería como retornar al democrático modo de viajar entre todos, sin distinción etaria y social, porque esa debería ser la forma más confiable de llegar a destino.

Sería dejar de lado el íntimo egoísmo de llegar al punto final solo, pensando en que es lo más cómodo y lo más seguro. La decisión debería basarse, sobre todo, en lo que se está viendo: el laberinto cada vez es más retorcido y requiere de otras respuestas, más “colectivas” e inteligentes.

Una de las históricas leyendas indicativas que leíamos en los viejos ómnibus era: “No distraiga al chofer”, obviamente para que el conductor estuviera atento a su tarea. Para estos tiempos, la recomendación deseada por quienes implementarán el nuevo sistema que incluye colectivos tradicionales, eléctricos, metrotranvía y troles también se podría aplicar hacia el destinatario al afirmar: “No distraiga al pasajero (que está disfrutando del viaje)”.

Lamentamos no poder contar en este despliegue de Edición U con la mirada de los empresarios del transporte agrupados en AUTAM, ya que eligieron no participar de este análisis hasta que se sepa quiénes serán los nuevos concesionarios de los circuitos del nuevo sistema, los que se conocerán en octubre próximo.

En cambio, compartimos aquí los fundamentos académicos y técnicos de los que impulsan “MendoTran”, el servicio que se viene. También las crónicas de los hechos que desembocarán en la próxima parada.

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