Intervenciones críticas

Otras representaciones, otras prácticas.

Intervenciones críticas

La muestra "Mujeres, cuerpos, luchas" tematiza sobre experiencias de cuerpos de mujeres que desbordan los modelos patriarcales. Imagen: gentileza de las artistas.

Ciencia y tecnología

Especial prácticas artísticas

Unidiversidad

Natalia Encinas, Incihusa-Conicet

Publicado el 14 DE AGOSTO DE 2017

En el campo de las artes visuales –generalmente en sus márgenes– es posible identificar ciertas prácticas y representaciones que se caracterizan por problematizar los roles tradicionales vinculados con el género y tensar algunas de las imágenes dominantes a través de las cuales hemos sido históricamente representadas las mujeres. Se trata de representaciones “otras”, heréticas, llevadas a cabo mayormente por mujeres. Dichas manifestaciones son heterogéneas y adquieren sus singularidades en función de los contextos y multiplicidad de experiencias desde los que son producidas.

Las mismas pueden pensarse, en términos de Griselda Pollock, en relación con las intervenciones feministas (tanto de investigadoras como de artistas) en el campo de las artes visuales. Los aportes de las teóricas feministas en este campo han sido relevantes, no sólo para denunciar las exclusiones y parcialidades del canon occidental modernista del arte, sino, fundamentalmente, para problematizar en torno a los regímenes de representación, sobre la neutralización del punto de vista masculino en el arte y sobre el concepto de subjetividad que subyace a las concepciones dominantes en la disciplina.
 

En clave local

Así como en otras geografías, el campo del arte contemporáneo en Mendoza ha sido intervenido por algunas producciones que proponen representaciones que no se ajustan –o impugnan– los modelos patriarcales o el mandato heteronormativo, que reflexionan sobre las múltiples y diversas maneras de ser mujeres y problematizan en torno a las construcciones y desigualdades de género. También, por ciertas producciones estéticas más cercanas al activismo y en las que subyace la intención de que la visibilidad de estas acciones desborde el ámbito específico de la cultura para impactar en cambios sociales más amplios.

En el campo actual del arte local encontramos diversas prácticas que se inscriben en esta tradición crítica. No es la intención de este texto realizar un recorrido exhaustivo por esas producciones sino dar cuenta (a modo de punta de un ovillo desde el cual empezar a tirar) de la presencia de algunas manifestaciones estéticas que, desde las brechas del sistema del arte –o incluso bordeando sus márgenes– producen representaciones que proponen despertar la mirada y desafiar la cultura patriarcal.

 

Maru Paganini aborda en su obra temáticas como el derecho al aborto, mandatos de género y violencias contra las mujeres. Imagen: gentileza de la artista.

 

La artista Maru Paganini aborda, mediante collages digitales y –no convencionales– esculturas, distintas temáticas ligadas a la lucha feminista. Podemos también pensar en esta clave algunas ilustraciones de Mariana Baizán. Una muestra es su último trabajo: una obra-objeto, el libro Libertarias, mujeres que dejan huella, donde recupera del velo de la historia oficial a mujeres que participaron de las luchas por la independencia.

 

En el libro "Libertarias", Mariana Baizán propone ilustraciones que desafían el canon, tanto de la historia como del arte. Imagen: gentileza de la artista.

 

Además, algunas exposiciones colectivas han abordado recientemente temáticas desde una perspectiva de género. Un ejemplo es la muestra "Mujeres, cuerpos, luchas", que, en ocasión de la conmemoración del 8 de marzo, se expuso en la UNCUYO, organizada por el Instituto de Estudios de Género y Estudios de las Mujeres (Idegem). Allí, las artistas Verónica Aguirre, Carolina Eva Martínez y Marta Paz visibilizaron a mujeres en lucha y desanduvieron, desde la representación, lugares de dominancia en relación con los cuerpos de las mujeres (ver foto principal).

En otro orden, ligadas estrechamente al activismo artístico y desde los bordes del campo del arte, cabe mencionar las intervenciones estético-políticas que han tenido lugar en las últimas marchas del movimiento de mujeres y feminista. Dichas intervenciones, impulsadas por feministas autoconvocadas, realizadas en el espacio público y de las que participan algunas artistas, pero también muchas no artistas, han visibilizado desde lo performático consignas del movimiento de mujeres y feministas.

 

Intervención en marcha #NiUnaMenos en Mendoza. Foto: gentileza de Aisha Maya Bittar.

 

Las producciones de las que aquí damos cuenta constituyen tan sólo una acotada muestra de manifestaciones estéticas que, por sus singularidades, es posible hilvanar con las luchas feministas. Dichas prácticas transitan generalmente por circuitos alternativos, no hegemónicos, del campo artístico local; muchas recorren –disruptivas– las redes sociales o eligen, incluso, el espacio público para manifestarse.

Es posible identificar en ellas, en su diversidad, un gesto de resistencia inscrito en una batalla estética que es, a la vez, política. Podemos, por ello, leer a estas prácticas como un acto de rebeldía, una apuesta estético-política desde las que se desafían las tramas de poder, de dominación ideológica y cultural, y se producen alternativas de sentido.

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