Escuela de Música UNCUYO: las versiones de un conflicto aún sin resolver

Hace un año atrás, en su inauguración, las autoridades decían que se trataba de “una obra que cuenta con la infraestructura ideal para la enseñanza y aprendizaje de los diferentes instrumentos”. Pero el edificio no se encuentra correctamente acustizado, ni aislado de lluvias. Las últimas tormentas han producido serios daños en los  instrumentos. En esta nota, las 2 caras de una problemática que espera solución.

Escuela de Música UNCUYO: las versiones de un conflicto aún sin resolver

Foto: Axel Lloret

Sociedad

Unidiversidad

Analía Martín

Publicado el 24 DE NOVIEMBRE DE 2011

El triste estado en el que se encuentra las aulas y los instrumentos de la Facultad de Música, luego del último temporal que azotó la provincia, hizo reaccionar a más de 200 estudiantes y docentes que el pasado 22 de noviembre se apersonaron hasta Rectorado para exigir respuestas. “Estamos pidiendo que se soluciones de manera inmediata las condiciones arquitectónicas de nuestra escuela que ya tiene un año de inaugurada. Con cada lluvia se nos inunda. Tenemos los instrumentos destruidos, los pisos llenos de agua, los suelos partidos y levantados, la terraza destrozada. Tenemos un órgano de hace 150 años que está completamente húmedo, inutilizado. También suceden cosas como que estamos estudiando teoría de la música y en el aula del al lado hay un pianista y se escucha el piano porque hay un error de construcción. La verdad que la escuela está en muy mal estado”, explicaba Laura Olivera, estudiante del Grupo de Carreras Musicales y consejera estudiantil titular del Consejo Directivo de la Facultad de Artes y Diseño. 

“Ante el primer reclamo nos respondieron que se iba a intimar a la empresa que construyó la escuela (Da Fré & Gaido Construcciones, vinculada a los arquitectos de Inestudio) a que realizara las reparaciones, lo cual se hizo pero fuera de tiempo. Tendría que haber sido terminadas esas reparaciones el 10 de octubre.Ya llevamos un mes y medio más y todavía la escuela se sigue lloviendo. El 12 de noviembre pasado que  llovió se nos volvió a arruinar la escuela, los arreglos que han hecho no están funcionando. Nosotros no sabemos si es responsabilidad de la empresa, del arquitecto, o si Rectorado no fiscalizó como corresponde”, sostenía Laura Olivera en la entrevista telefónica.

Queja activa. “Nosotros hemos propuesto, el 22 de agosto cuando nos movilizamos como ahora y hablamos con el Señor Rector, la contratación del Ingeniero Gustavo Basso, Asesor especialista en Acústica, Profesor de Acústica en la Universidades Nacionales de La Plata y Buenos Aires (entre otras actividades); para que se haga cargo de las remodelaciones. En un principio nos dijeron que estaba de acuerdo con esta propuesta pero todavía no lo han contratado.  Todavía no tenemos respuestas visibles. Hay dos obreros trabajando en las terrazas de nuestra escuela y las soluciones no son buenas porque se nos sigue inundando la escuela. Estamos dejando una nota en mesa de entrada del rectorado, es una nota de reclamo de alumnos y docentes, le pedimos que se haga efectiva la contratación del Ingeniero. El  lunes 21, se presentaron en la escuela arquitectos para decirnos que quieren seguir experimentando acústicamente con nuestra escuela. No vamos a permitir que ingrese alguien a hacer ningún experimento cuando ya esta demostradísimo que el diseño del proyecto y la empresa constructora no saben tratar un edificio que requiere de condiciones acústicas mínimas. Así que nos vamos a oponer a todo tipo de experimentación”, explicaba Olivera.

Las respuestas de las autoridades. “Las respuestas que nos están dando son poco claras, desde julio nos dicen que esto se va a arreglar y no se termina de efectivizar”, comentaba Olivera.

Por su parte, en la página web de la UNCUYO, se publicó un artículo en el cual se dejaba constancia que “a pedido del rector Arturo Somoza el secretario de Gestión Administrativa, Económica y de Servicios del Rectorado, Miguel Mallar, informó ante el Consejo Superior de la UNCUYO dio detalles de la génesis de la obra y el edificio de la Escuela de Música de la Facultad de Artes y Diseño. En la ocasión profesores y estudiantes de las carreras musicales estuvieron presentes, hicieron pedidos y fueron escuchados por los consejeros”. 

En este informe presentado por Miguel Mallar, se detalla entre otras cosas que, “el principal problema fueron las filtraciones de agua en la terraza de la Escuela. En abril de este año la Facultad realiza una presentación de la problemática a Obras de la Universidad cuyo personal constata las filtraciones y realiza diversas acciones. La primera medida fue emplazar a la empresa contratista a repara las filtraciones verificadas, sin obtener respuesta inmediata. 

Luego se la intimó legalmente con intervención de Asesoría Letrada a través de una carta documento. Después de esto la empresa accedió a efectuar las reparaciones haciéndose cargo del costo. La Facultad de Artes y Diseño autorizó el inicio de las reparaciones el 23 de junio de este año determinando que se realicen durante el receso invernal a fin de no afectar el normal desenvolvimiento académico. El 12 de julio comenzaron los trabajos de demolición de la carpeta de piso superior que se extendieron hasta el miércoles 27 de julio”. Luego de este primer paso la Universidad pasó 4 meses más corroborando que el edificio seguí presentando filtraciones de agua por todos lados y tratando de solucionar estas filtraciones. Según dicho informe las filtraciones producidas en la última lluvia son mínimas.  




En cuanto a los reclamos por los problemas de acústica, el secretario de Gestión Administrativa, Económica y de Servicios del Rectorado en su informe expresó que, atendiendo a las observaciones hechas por profesores de la escuela –plasmadas en un informe elaborado por Leopoldo Martí con la colaboración de Gonzalo de Borbón y Arturo Tascheret a partir de una encuesta -; se tomó conocimiento de las fallas y se pidió “a las autoridades de la Facultad, que propusiesen especialistas en el tema para ser consultados. Así, el ingeniero Gustavo Basso de la Universidad Nacional de La Plata fue convocado y traído a Mendoza por la Secretaría. Quién, actualmente está en contacto para recibir su asesoramiento profesional”. Así mismo, el artículo en la página web de la Universidad expresaba que “durante el informe se planteó que desde el inicio del proyecto participaron, en todos sus aspectos, las autoridades o representantes de la Facultad de Artes y Diseño designados incluso ad-hoc para el seguimiento de la obra, sin existir constancias de ningún tipo de observaciones, sugerencias u objeciones referidas al tema acústico, durante las distintas instancias del proyecto ni de su ejecución”.

Ante esto último, Laura Olivera, responde en la entrevista realizada por NU Digital que “te imaginarás que somos estudiantes y docentes, no nos compete ver un plano y mucho menos poder descubrir en ese plano posibles problemas de acústica. Entendemos que de eso se tiene que encargar la Dirección de Obras no nosotros. El lunes, el arquitecto dijo que la prioridad era la ventilación y la luz por sobre lo acústico porque creían que nosotros teníamos que contar con lo necesario para poder tomar clases ahí, cosa que está bien pero además, esto es una escuela de música, necesitamos aislarnos acústicamente y colocar otros sistemas de ventilación. Definitivamente el proyecto está planteado mal desde el principio y, encima, en algunas aulas ni siquiera hay luz y ventilación”.   

Hacia el final de la exposición, Miguel Mallar aclaró que no se ha recibido en Rectorado ningún expediente, nota o reclamo donde consten debidamente fundados y justificados técnicamente, los daños causados por la humedad en distintos instrumentos, ni requerimientos de reparación de los mismos o, en su caso, la necesidad del reemplazo de ninguno.

¿Cómo sigue? El 25  de noviembre los estudiantes se reunirán para analizar el informe presentado por Miguel Mallar. “Nosotros mañana vamos  a tener  una reunión estudiantil donde vamos a plantear todos estos puntos y de ahí seguramente elaboraremos algún documento escrito para expresarnos, porque ayer el único que tuvo la palabra fue el Señor Rector y no nosotros, pero queremos tener todas las pruebas en mano para poder refutar con precisión”, cerraba la nota Laura Olivera.

Tal como termina el artículo en la página de la UNCUYO, “debe destacarse que la inversión en infraestructura de la Escuela de Música es de 5 millones de pesos para la primera etapa, 6.103.000 para la segunda y 9.450.000 para la tercera. Serán más de 20 millones y medio de pesos los que se invertirá en la totalidad del edificio. La financiación proviene de recursos propios de la UNCuUYO. Este monto representa el 40,78% del total de inversiones previstas en obras para toda la Universidad”.