Próvolo: la monja Kumiko llegó a Mendoza

Cerca de las 6.45, la religiosa quedó detenida en una sede de la Policía Federal. Será imputada por participación primaria en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores, y luego será llevada al penal de mujeres.

Próvolo: la monja Kumiko llegó a Mendoza

La religiosa Kosaka Kumiko declarará cerca de las 9 en el Palacio de Justicia. Foto: Radio Mitre Mendoza.

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Publicado el 04 DE MAYO DE 2017

Después de entregarse en Buenos Aires, la monja Kosaka Kumiko ya está detenida en Mendoza para presentarse ante la Justicia. La religiosa está señalada por encubrir y colaborar en los delitos sexuales de los sacerdotes a los estudiantes del Instituto Próvolo, de Luján de Cuyo.

Próvolo: se entregó en Buenos Aires la monja Kumiko

La religiosa se encontraba prófuga desde el 31 de marzo. Es una de las acusadas por los abusos sexuales que se investigan contra chicos sordomudos e hipoacúsicos en ese instituto religioso.

A las 6.45, Kosaka Kumiko llegó a la sede de la Policía Federal ubicada en la avenida Perú 1049, de Ciudad, según información brindada por Gendarmería Nacional. El fiscal Gustavo Stroppiana había solicitado un pedido de captura nacional e internacional para la monja que, finalmente, ayer, 3 de mayo, se entregó en una dependencia judicial de Buenos Aires.

La religiosa se encontraba prófuga desde el 31 de marzo. Es una de las acusadas por los abusos sexuales que se investigan contra chicos sordomudos e hipoacúsicos en ese instituto religioso.

Cerca de las 9, se espera que la religiosa se presente en el Palacio de Justicia para declarar, si es que así lo desea. Kumiko será imputada por participación primaria en los delitos de abuso sexual y corrupción de menores. Luego, será trasladada a la cárcel de mujeres.

La investigación por el caso Próvolo se inició a fines de 2016 y permanecen imputados y en prisión, acusados de abuso, los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho, y los empleados José Luis Ojeda, José Bordón y Armando Gómez. El único que cumple prisión preventiva domiciliaria es Corradi, por su edad (tiene 82 años) y porque desmejoró su estado de salud cuando permaneció en la cárcel de Boulogne Sur Mer.

En el curso de la investigación, algunas de las víctimas declararon, a través del sistema de Cámara Gesell, que la monja los sometía a castigos físicos y facilitaba los abusos sexuales.

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