Salud Mental: el servicio del Schestakow es el único en Mendoza que se adecua a la ley

Puede hacerlo porque cuenta con edificio propio, dentro del hospital, y con un equipo interdisciplinario de profesionales. El servicio ambulatorio atiende 90 consultas por semana y tiene 20 camas para internación.

Salud Mental: el servicio del Schestakow es el único en Mendoza que se adecua a la ley

El edificio propio del Servicio de Salud Mental del Hospital Schestakow se inauguró en 1991. Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

Sociedad

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Unidiversidad

Verónica Gordillo

Publicado el 27 DE MAYO DE 2022

El Servicio de Salud Mental del Hospital Teodoro Schestakow, de San Rafael, es el único en Mendoza que se adecua a los postulados de la Ley nacional de Salud Mental. Es que, si bien se abrieron áreas específicas en los 22 hospitales generales, estos no cuentan con un ala diferenciada ni con un equipo interdisciplinario de profesionales para atender esta demanda, como sí sucede en el centro asistencial sureño.

En una nota publicada en Unidiversidad el 13 de mayo de 2020 sobre la implementación de la Ley nacional en Mendoza, la directora de Salud Mental de la provincia, Elizabeth Liberal, y la titular del Hospital El Sauce, Marcela Prado, coincidieron en que el servicio del Schestakow es el que mejor cumple con los postulados de la norma que se aprobó hace doce años, pero que no está en práctica plenamente en ninguna provincia argentina.

En ese artículo, Liberal dijo que Mendoza avanzó en las modificaciones previstas en la Ley, que en los 22 hospitales generales se abrieron áreas de salud mental y que en 12 hay camas de internación, pero que el único con un servicio diferenciado es el Schestakow. Es decir que, si bien es parte del nosocomio, cuenta con un área específica que se construyó para ese fin y se inauguró en 2019.

Con la intención de entender cómo funciona ese servicio, Unidiversidad se comunicó con Ariadna Campderros, Damián Fernández Bianchi y Alberto González, que coordinan el equipo de Salud Mental del Schestakow.  

El Servicio de Salud Mental cuenta con un equipo interdisciplinario de profesionales. Foto: Gentileza Hospital Schestakow

 

Un nuevo modelo

La Ley de Salud Mental (26657) se aprobó en noviembre de 2010 y se reglamentó en mayo de 2013. Marcó un nuevo paradigma de atención que incluye el respeto por los derechos humanos de las personas asistidas y sus familias, y el cierre de los hospitales monovalentes (solo con especialidad psiquiátrica), con la intención de dejar atrás la idea de “manicomio”, para impulsar mecanismos de atención de base comunitaria y cercanos a la población.

Uno de los objetivos centrales de la norma fue el de frenar las internaciones involuntarias de pacientes, una situación que hoy determina un equipo interdisciplinario siempre que exista riesgo para la persona o su entorno, y sobre el que la Justicia tiene un control de legalidad, ya que no pude ordenarlas como en el sistema anterior.

Aunque la ley se aprobó hace doce años, no se cumple plenamente en ninguna provincia, pero se realizaron avances. El incremento exponencial de consultas a raíz de la pandemia puso el tema en agenda, y el presidente, Alberto Fernández, anunció el 26 de abril un paquete de medidas, incluidos un incremento de presupuesto y la externación de 12 mil pacientes crónicos, todos mecanismos que buscan adecuar los servicios a los postulados de la ley.

En abordaje ambulatorio, atienden en psicología a 60 pacientes por semana y en psiquiatría, 30 a la semana. Foto: gentileza Hospital Schestakow. 

 

Edificio propio y equipo interdisciplinario

El Servicio de Salud Mental del Schestakow funciona desde 1972. Originalmente, estaba destinado solo a mujeres, ya que las internaciones de varones se concretaban en otra área, hasta que ambos se unificaron en 1989. En 1991 se inauguró el edificio propio, que forma parte del hospital, pero al mismo tiempo es independiente, lo que permite un abordaje más acorde a personas que enfrentan un padecimiento mental.

El edificio de dos plantas cuenta con secretaría, consultorios ambulatorios, un lugar para residencias, cámara Gesell, una oficina para el equipo de cuidados paliativos, ala de internación y una terraza donde los y las pacientes deambulan libremente y también se realizan distintos talleres. Ahí trabaja un equipo interdisciplinario compuesto por 13 profesionales de enfermería, 9 de psicología (4 de los cuales son residentes), 3 de trabajo social, 2 de psiquiatría y 1 de medicina clínica.  

Quienes coordinan el equipo, Campderros (psicóloga), Fernández Bianchi (psiquiatra) y González (licenciado en Enfermería), explicaron que contar con un grupo interdisciplinario de atención, y además con un edificio propio, son dos aspectos clave para abordar la problemática mental. En el primer caso, porque el abordaje y acompañamiento es múltiple y, en el segundo, porque los y las pacientes pueden deambular libremente, lo que es fundamental para su tratamiento; además, al estar dentro del predio del hospital, se propicia la atención integral de la salud.

Las prestaciones que brinda el servicio son variadas: abordaje ambulatorio, un dispositivo de interconsulta e internación con 20 camas. A eso se suma un área de enlace y otra formativa para residencias interdisciplinarias y para quienes realizan prácticas y pasantías en distintas disciplinas, como psicología, terapia ocupacionales o acompañamiento terapéutico.

 

Servicios de internación 

En cuanto al servicio de internación, el ingreso se puede realizar a través de la guardia, por el consultorio ambulatorio, por derivación de otro efector (previa evaluación) o por solicitud de otro servicio en el contexto de una interconsulta. En este sentido, la premisa es que la internación es un recurso terapéutico que solo puede utilizarse cuando aporte mayores beneficios que otras intervenciones.

De acuerdo a la situación, se concretan dos tipos de internaciones: la voluntaria y la involuntaria. En el primer caso, la persona debe dar su consentimiento y, en el segundo, que se considera excepcional, por riesgo cierto e inminente para la o el paciente o terceros, informan a la Justicia, que hace el control de legalidad y  a su vez da intervención a la Defensoría Oficial para garantizar derechos de quien permanece internado.

En el dispositivo de abordaje ambulatorio, se atiende demanda programada y se efectúa el seguimiento. En abordaje psicológico, atienden a 60 pacientes por semana, mientras que en el psiquiátrico son alrededor de 30 a la semana, a lo que suman seguimientos interdisciplinarios, que usualmente son entre 3 y 6 por semana. En cuanto a la internación, explicaron que el ingreso es variable, aunque hace dos semanas, el servicio con 20 camas permanece completo.

El equipo de coordinación comentó a Unidiversidad que durante la segunda ola de pandemia, hubo un incremento significativo de consultas en los distintos dispositivos. Los padecimientos más recurrentes por los que la población pidió ayuda fueron: crisis de pánico, síndromes depresivos, trastorno por estrés y adaptativos, consumo problemático de sustancias, intentos de suicidio y descompensaciones de cuadros psicóticos.

 

Contra el tabú y la estigmatización

Además de delinear un nuevo sistema de atención, la ley nacional plantea en sus fundamentos la necesidad de dejar atrás el tabú y las estigmatizaciones en materia de padecimientos mentales, y comprender que la salud es una sola. ¿Cómo fue el proceso en el Schestakow? Campderros explicó que existe mayor apertura, tanto de la población como de profesionales, pero consideró que aún resta deconstruir algunas lógicas y prácticas que van a contramano de la ley. “Ha sido un proceso de deconstrucción dentro del hospital poder visibilizar y trabajar la salud mental de forma integral, integrada e interdisciplinaria, ya que, si bien funcionamos en un hospital general desde mucho antes de la sanción de la ley, el proceso de dejar de lado lógicas "manicomiales" y en algunos casos estigmatizantes hacia los pacientes y familias aún continúa; en este sentido, el trabajo en equipo es sumamente importante”, expresó la profesional.

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