El fiscal de Estado de San Juan, Guillermo de Sanctis, dijo que luego de los dos incidentes producidos en la mina Veladero analizarán el comportamiento de la empresa canadiense Barrick Gold y que “si se tiene que ir, que se vaya”. De Sanctis hizo estas declaraciones a la periodista María O’Donnell en Radio Continental, al tiempo que aseguró que están “bastante fastidiados” con la gente de la firma canadiense, que –señaló– ya tuvo problemas en Chile y Perú.

El fiscal confirmó que realizó una presentación en la Justicia para que investigue el nuevo incidente, que se produjo el 8 de septiembre y que provocó que el gobernador, Sergio Uñac, suspendiera la actividad en la mina.

De Sanctis aseguró que los dos incidentes los obligan a “poner el ojo” sobre la minera y que realizarán un análisis profundo del comportamiento de la firma, que el 13 de septiembre de 2015 había tenido otro incidente, un derrame de 1 millón de litros de solución cianurada, un hecho que reconoció mucho después de producido.

El fiscal puso el acento en el comportamiento de la minera. Dijo que el Estado sanjuanino cuenta con los elementos para controlar el accionar de todas las empresas, que en la cordillera existen muchos emprendimientos que explotan distintas firmas, y que con la única con la que tuvieron reiterados problemas es con la canadiense.

“El gobernador ordenó la suspensión temporaria de la mina hasta que investiguemos bien y pongamos un ojo no sólo en el proceso de elaboración, sino en el comportamiento de Barrick, porque nos tiene bastante fastidiados esta situación, porque si no sos capaz de seguir, dale el paso a otro. Esto amerita que pongamos un ojo sobre la Barrick y que si se tiene que ir, que se vaya”, fueron las palabras del fiscal.
 

La mina

De Sanctis explicó que actualmente en la mina trabajan unas 1500 personas, pero que en temporada alta ese número asciende a unas 4000 personas, además de los empleos indirectos que genera. El fiscal también aseguró que la minera canadiense pagó al Estado sanjuanino la multa que le impusieron por el primer derrame, que ascendió a 9 millones de dólares.

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