Sobre Will Smith, la masculinidad hegemónica y la violencia física

La bofetada del actor a Chris Rock es más que un meme. Es una situación producto de la sociedad patriarcal: la violencia simbólica sobre Jada Pinkett Smith, el papel del hombre protector y la violencia como medio de “resolución” de conflictos.

Sobre Will Smith, la masculinidad hegemónica y la violencia física

Foto: Télam

Sociedad

Unidiversidad

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Publicado el 28 DE MARZO DE 2022

La entrega de premios Oscar de 2022 quedó opacada por un suceso que impactó en el momento y dio mucho que hablar después: la bofetada que Will Smith le dio a Chris Rock. Esta agresión sucedió después de que, en su intervención, Rock se refiriera insistentemente a Jada Pinkett Smith, esposa del actor, particularmente a su alopecia. Más allá de comentarios, memes y horas de pantalla dedicadas a esto, organizaciones y personas especializadas en género y masculinidades llamaron la atención sobre el machismo que selló este intercambio: un varón que opina sobre el cuerpo de una mujer y otro que, mediante la violencia física, se arroga la posición de protegerla.

En su cuenta de Instagram, Panóptico de Género  –“antropólogxs des-generando la cultura”, como se definen– remarcaron lo lejos que estamos como sociedad de “erradicar la violencia patriarcal y colonial de nuestra cultura”. Y no solo en relación con la reacción de Will Smith, totalmente reprochable, sino también con Cris Rock, que –en la agresión a Jada Pinkett Smith– “legitima la desigualdad y discriminación a través de la violencia simbólica”, específicamente mediante la “violencia estética”, ya que la referencia era a su apariencia física.

Luego del comentario hiriente, que no puede más que incomodar a la mujer, Will Smith sube al escenario y recurre a la única herramienta que la sociedad patriarcal les habilita a los varones para expresar sus sentimientos: la violencia. Al regresar a su asiento, le gritó: “Saca el nombre de mi mujer de tu fucking boca”.

Según palabras de Ana Requena Aguilar, editora de género de elDiario.es, “la agresión del actor es un ejemplo claro de esa masculinidad que, por un lado, asume el papel de hombre como protector y que, por otro, recurre a la violencia como forma de 'resolución' de los conflictos que se le presentan”.

No pensó en otra forma de intervenir, de frenar la situación que molestaba a Jada. Pero tampoco se puede hablar de una respuesta “instintiva” porque no es natural, sino bien cultural. Es producto de una sociedad, explican desde Panóptico de género, que enseña a los varones que “partir la cara a otro hombre (y correr el riesgo de que otro hombre te la parta) es uno de los mandatos de la masculinidad, porque un hombre se hace a sí mismo demostrando su poder físico sobre otros hombres”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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En el mismo sentido se expresó el escritor, influencer y activista por la igualdad de género español Roy Galán. “El uso de la violencia de manera pública forma parte de la construcción de la identidad masculina colectiva: es lo que separa al hombre del niño (‘Pelea como un hombre’), pero también de la mujer (‘La mujer no se toca’) y, por tanto, es una manera de revalidar el estatus masculino” explicó.

Galán remarca que es el mismo mandato patriarcal el que “obliga” a Will Smith a buscar una forma de “restituir el honor de una mujer que él ‘piensa’ como propia”. Pero, en ese acto, él mismo la deja en falta porque no cuenta con ella, no le consulta nada y transforma la situación en “un diálogo entre hombres”. Jada Pinckett Smith fue corrida del lugar de sujeto y no se le preguntó nada, pasó a ser “un espectro”. ¿Habrá querido ser defendida? ¿Hubiera preferido otro modo? ¿Tenía ella algo para decir?

Pareciera que hay consenso sobre la necesidad de frenar la desigualdad de género, pero no hay cambio en los hechos. En su nota, Requena Aguilar cita a David Kaplún, consultor en igualdad y masculinidades: “La gran tarea pendiente para los hombres es la autorregulación, la gestión emocional y la coherencia entre el discurso y la performance”.

Cuando se disculpó por su reacción, Will Smith mostró que el machismo cala más profundo aún. No solo fue un varón que le pegó a otro varón por agredir a “su mujer”, sino que justificó su comportamiento. Fue por el amor que le tiene a Jada: “El amor es así, te hace hacer locuras”, aseguró. Su postura se acerca a la misma idea del amor romántico y del crimen pasional que los feminismos intentan desterrar. “¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir masculinidad? Una locura es cruzar un océano para dar un beso a alguien a quien quieres. Pegar a otra persona ‘por amor’ es todo lo contrario a lo que el amor es”, remarcó Roy Galán.

Fuente: elDiarioAR y Panóptico de género

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