Los anticuerpos producidos por la Sputnik tienen una duración de hasta seis meses

Así lo demostró un estudio encabezado por científicos y científicas del Conicet, la UNT y el Sistema Provincial de Salud de la provincia de Tucumán, realizado sobre trabajadores y trabajadoras de la salud vacunados entre diciembre de 2020 y julio de 2021. Su objetivo fue analizar la respuesta inmune humoral a través del tiempo.

Los anticuerpos producidos por la Sputnik tienen una duración de hasta seis meses

Foto: Conicet

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Unidiversidad / Fuente: Télam

Publicado el 03 DE SEPTIEMBRE DE 2021

Sputnik V fue la primera vacuna contra la COVID-19 registrada; tiene autorización de uso de emergencia en setenta países y se administró a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, muy pocos estudios revisados por pares describen sus efectos. Por eso, un avance realizado en Tucumán, cuyos resultados fueron publicados recientemente como preprint por la revista The Lancet, cobra fundamental importancia: suma información clave para lograr una imagen más precisa respecto de la seguridad y la eficacia de la vacuna, que aún espera su aprobación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Para acelerar ese proceso, es fundamental que se publiquen informes independientes”, explicó Diego Ploper, microbiólogo e investigador del Conicet en el Instituto de Investigación en Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA, Conicet-Tucumán-UNT), una de las instituciones que llevaron adelante el estudio. Una de las instituciones –destacó Ploper–, porque el grupo de trabajo fue muy amplio.

“De él participaron también investigadores del Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela-Conicet) y tuvimos apoyo fundamental de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), del Laboratorio de Salud Pública (LSP), del Sistema Provincial de Salud (Siprosa) de la provincia de Tucumán; del Instituto Malbrán; de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston y de la de Harvard, y de la escuela de Medicina de Monte Sinaí, de New York”, afirmó Ploper.

“El objetivo del trabajo –continuó– era analizar la respuesta inmune humoral a través del tiempo; la medimos en 602 trabajadores de la salud (los primeros en vacunarse) que recibieron Sputnik V entre diciembre de 2020 y julio de 2021”, explicó. Y sumó. “Los resultados fueron alentadores: se detectó seroconversión (es decir, desarrollo de anticuerpos) en el 97 % de los individuos después de veintiocho días después de la vacunación (DPV)”, completó.

Desarrollo tecnológico nacional

Para el estudio se utilizó un test del tipo Elisa (acrónimo en inglés para "enzimoinmunoanálisis de adsorción", un examen de laboratorio comúnmente usado para detectar anticuerpos en sangre), que fue desarrollado al 100 % por el equipo de investigación. “Este examen –explicó Ploper– detecta anticuerpos IgG inducidos por la vacuna y que neutralizan la entrada del coronavirus a las células humanas”, expresó.

“En estudios (tanto transversales como longitudinales), se detectó que ya 28 días después de haber recibido la primera dosis, el 97 % de los voluntarios poseía anticuerpos anti-RBD (que representan los más neutralizantes)”, agregó, y señaló que, si bien –como ocurre con todas las vacunas– lentamente empezaron a disminuir, seguían presentes en el 94 % de los voluntarios 90 DPV. Seis meses (180 días) después de haberse vacunado, en los voluntarios aún se logró detectar la presencia de anticuerpos en una buena proporción”.

Es importante destacar que esa disminución de los anticuerpos no implica ausencia de protección, ya que el organismo, además de anticuerpos, desarrolla una memoria inmunológica que nos protege de futuras infecciones”, resaltó Ploper. Entre los voluntarios, aquellos que tuvieron una infección previa por SARS-CoV-2 experimentaron un aumento de la respuesta inmune a la primera dosis. Y algo importantísimo –añadió Ploper–: una mayor actividad de neutralización contra diferentes nuevas variantes de interés que circulan mundialmente”.

El estudio estableció también que las personas recuperadas de COVID-19 que desarrollaron una buena respuesta inmune con la infección la mejoran con la vacunación; y que el lapso entre el diagnóstico de COVID-19 y la vacunación no influyó en los títulos de anticuerpos obtenidos.

El estudio, coordinado por el IMMCA y el Ministerio de Salud de la provincia de Tucumán, fue realizado por un consorcio entre múltiples investigadores, médicos, bioquímicos e instituciones. Fue liderado por Rossana Chahla (ministra de Salud de la provincia de Tucumán), Roxana Chehín (directora del IMMCA e investigadora principal del Conicet) y Gabriela Perdigón (profesora emérita de la UNT e investigadora superior del Conicet). Del IMMCA (Conicet-UNT-Siprosa), participaron los investigadores Diego Ploper, Esteban Vera Pingitore, Sergio Benjamín Socias, César Luis Ávila y los becarios Rodrigo Hernán Tomas-Grau, Silvia Adriana Navarro y Agustín Stagnetto.

Las investigadoras Silvia Inés Cazorla y Carolina Maldonado participaron por parte del Cerela (Conicet). Del Laboratorio de Salud Pública (LSP), formaron parte Conrado Llapur, Dardo Costas, Isolina Flores, Mónica Aguilar López, Patricia Aznar, María Elena Alcorta y Eva María del Mar Vélez; y de la Facultad de Medicina (UNT), Gabriela Apfelbaum. Además, contaron con la colaboración de expertos nacionales como Alexis Edelstein y Claudia Perandones (Anlis-Malbrán), e internacionales como Gustavo Mostoslavsky y Dar Heinze (Boston University), Raul Mostoslavsky (Harvard University), y Shreyas Kowdle y Benhur Lee (Mount Sinai, Nueva York).

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