Más usuarias que trabajadoras: en los micros de Mendoza hay solo 20 conductoras

De ellas, 19 trabajan en la empresa estatal STM y una o dos en las empresas privadas. La desigualdad también se ve en los cargos jerárquicos. La situación local reproduce la nacional y hay algunas iniciativas, pero no políticas provinciales, para intentar mitigar la disparidad.

Más usuarias que trabajadoras: en los micros de Mendoza hay solo 20 conductoras

En el sector del transporte de pasajeras y pasajeros, la mayor desigualdad de género está en la conducción y en los cargos jerárquicos. Foto: Unidiversidad

Sociedad

Sexo, género y diversidad

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 05 DE ABRIL DE 2023

En el Gran Mendoza, quienes usan el transporte público de pasajeras y pasajeros pueden notar que son pocas las mujeres al frente de la conducción de una unidad. Efectivamente, aunque con variaciones, es un rubro masculinizado: ellos son el 91,6 % del total a nivel nacional. La conducción de unidades y los puestos jerárquicos son las áreas donde hay menor presencia femenina y Mendoza no es la excepción.

Los últimos datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, de fines de 2021, relevan 51274 empleos en este rubro, que ocupaban 46982 varones y 4292 mujeres. La desigualdad se reproduce en todos los servicios de transporte: automotor urbano y suburbano de mercadería y animales, escolares, fletes, mudanzas.

Al momento del informe había 310644 puestos laborales en el transporte terrestre en general, repartidos en 29782 empresas. De ese total, el 7 % (20266) eran mujeres y el 93 % restante (289978), varones. En Mendoza, la desigualdad supera la media nacional: la planta femenina es solo del 5,16 %, es decir, solo 809 de un total de 16135 puestos. A nivel federal, la mayor cantidad de trabajadoras en el sector se registra en la Provincia de Buenos Aires (38%), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (19%) y Córdoba (8%).

Para analizar esta situación a nivel local del transporte de pasajeros y pasajeras, desde Unidiversidad dialogamos con una representante de la Secretaría de Servicios Públicos, Marisa Díaz; el presidente de la Sociedad de Transporte de Mendoza (STM), Daniel Vilches, y voceros de la Asociación Unida de Transportes del Automotor de Mendoza (Autam). En términos generales, la mayor desigualdad está en la conducción y en los cargos jerárquicos.

Infografía: Télam

 

Usuarias, pero no trabajadoras

La Secretaría de Servicios Públicos del Gobierno de Mendoza, actualmente a cargo de Natalio Mema, regula el transporte de la provincia: de pasajeros y pasajeras, urbano, de media y larga distancia, taxis, servicios coordinados, de carga. Dos direcciones integran la repartición: la de Transporte, con Luis Borrego a la cabeza, y la de Planificación y Proyectos Especiales, cuya responsable, Marisa Díaz, habló con Unidiversidad.

En el sector, explicó la directora y licenciada en Ciencias Políticas, hay pocas mujeres porque el transporte, tradicionalmente, ha sido cosa de varones. De hecho se nutre de profesionales de la ingeniería y personas de escuelas técnicas, especialidades marcadamente masculinizadas. Además, agregó, “los hombres han tenido la exclusividad de poder manejar en la calle. Esta área ha replicado esa tradición”.

En las oficinas administrativas o legales el personal muestra más paridad, aseguró Díaz, pero en las que son técnicas del transporte hay menos distribución y los hombres ocupan la gran mayoría de los puestos. Confía en que los avances de la misma sociedad y la incorporación de jóvenes aporte a la inclusión laboral de mujeres en el transporte que, como muchas otras áreas, tiene barreras culturales e históricas que limitan su inserción.

Sin embargo, no hay políticas locales concretas, capacitaciones o incentivos que promuevan la incorporación de mujeres a las tareas masculinizadas.

En temáticas de género, piensan a las mujeres más como usuarias del transporte que como trabajadoras. Por ejemplo, coordinaron formaciones con Autam en temas que prevé la Ley Micaela, para que los choferes tengan herramientas ante alguna situación, por ejemplo, de acoso, como sucede en el transporte público. Además, cuando adaptan la infraestructura a personas con movilidad reducida piensan también en quienes llevan cochecitos con bebés que, en general, son mujeres, explicó Marisa Díaz.

 

El caso de la empresa estatal

La Sociedad de Transporte de Mendoza (STM), ex Empresa Provincial de Transporte de Mendoza (EPTM), tiene a su cargo el Metrotranvía y la línea 100, que cubre los recorridos de los históricos trolebuses que usaban el tendido eléctrico aéreo —hoy con una flota de colectivos eléctricos, otros convencionales y otros con GNC—. Desde Unidiversidad dialogamos con Daniel Vilches, presidente de la STM desde el 2020, sobre la situación laboral de las mujeres hacia adentro de esta sociedad anónima, que es la que tiene más conductoras en el transporte de pasajeras y pasajeros.

Desde que ingresó, Vilches percibió que “había respeto pero no valorización”, es decir que había un porcentaje de la planta feminizado, pero, en general, no ejercía funciones jerárquicas o de control: “Solamente ejecutaban y no imponían criterio”. Entonces, por iniciativa del directorio y no por una política concreta, empezaron a implementar algunos cambios.

En este contexto armaron una nueva estructura con seis jefas a cargo de áreas. Además hay 19 choferesas y otras mujeres en funciones de control. En total, son aproximadamente 30 las mujeres que trabajan en la empresa y representan un poco más del 10% de la planta, precisó Vilches. El número es bajo, pero la mayor deuda está en los cargos altos: de las seis personas que el Estado nombra a la cabeza de su empresa de transporte, solo hay una mujer en el directorio. El resto son dos directores y tres síndicos.

Por lo demás, hasta ahora están al frente de áreas como siniestros, contables, sumarios, secretaría general o señalización y semaforización. Y Vilches sabe que hay un sinnúmero de lugares donde las mujeres pueden insertarse para dejar atrás a una empresa “demasiado machista”: talleres, conducción, infraestructura. Remarcó que apuntan a reforzar el plantel mediante el aumento de la planta femenina y habilitar capacitaciones para el sector que quieran, particularmente en la conducción.

“Una mujer puede hacer cualquier tipo de tarea. Hablo de igualdad no solo de acceso sino de oportunidades. Durante un montón de tiempo no han tenido acceso y se las creía incapaces, pero están demostrando que se comen la cancha”.

 

Plantel femenino de EPTM de 2013 / Foto: Gobierno de Mendoza.

 

Las empresas privadas: dos dirigentes y una o dos conductoras

La Asociación Unida de Transportes del Automotor de Mendoza (Autam) reúne a las empresas de transporte de pasajeros y pasajeras urbano, de media y larga distancia provincial. Aquí también hace eco la desigualdad de género: en su directorio —compuesto por la presidencia, la vicepresidencia, la secretaría, la tesorería y tres vocalías— hay una sola mujer, dueña de una empresa, que se desempeña como vocal. Lo mismo sucede en el consejo administrativo de la Fundación Autam.

Son alrededor de 6000 los puestos de trabajo en las empresas que integran Autam. En total hay unos 4500 son choferes y solo una o dos conductoras, aseguran desde la asociación. Ellas habían realizado el recorrido del extranvía de compras de la Ciudad de Mendoza y se quedaron trabajando. “El sector no es ajeno a lo que pasa en la sociedad”, expresaron desde Autam.

La Fundación Autam es una institución conformada por tres áreas: relaciones comunitarias, investigación y un centro de capacitación. En este punto es destacable que, en coordinación con el Gobierno de Mendoza, capacitan en Ley Micaela —en género y diversidad— a todo el personal, especialmente a los choferes. Es parte de los cursos obligatorios y ven, en esa oportunidad, una forma de mitigar la violencia también en las casas. El centro de capacitación, como todas las áreas educativas, sí está poblado de mujeres: son, en su mayoría, licenciadas en Ciencias de la Educación que hacen tutorías de los cursos.

Para analizar la falta de mujeres como choferesas habría que poner el foco en los estereotipos de género, por un lado, que —desde la infancia— hacen que las niñas se alejen de rubros como este. Pero, por otro, también hay que pensar en la falta de iniciativas concretas para incorporar conductoras y otras mujeres al sector. En el caso local, son las empresas las que reciben currículums y elevan a la Fundación Autam el listado de ingresantes. No hay limitación explícita de género, pero tampoco políticas locales de inclusión.

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