La fecundidad cae a nivel mundial por barreras económicas y sociales, no por falta de deseo
Es el principal dato del informe anual del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa). Entre las causas principales, destacan limitaciones financieras, inseguridad laboral, costo de la vivienda, motivos de salud, inquietudes sobre el estado del mundo y falta de una pareja adecuada.

La población mundial cae y no por falta de deseo, sino por condiciones económicas y sociales. Ilustración: Marianna Gefen para informe Unfpa
Son millones las personas en todo el mundo que no pueden tener el número de hijos e hijas que quisieran. La razón no es su rechazo a la maternidad o la paternidad; son las barreras económicas y sociales las que impiden hacer realidad sus deseos. Esta es la conclusión principal del informe Estado de la Población Mundial 2025, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), La verdadera crisis de fecundidad: Alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios.
El informe considera diversas investigaciones académicas y nuevos datos de una encuesta del Unfpa y YouGov en catorce países cuya población sumada alcanza a un tercio de la mundial. De América Latina, incluyeron a Brasil y a México, los dos más poblados de la región, con 212 y 132 millones de personas respectivamente. Sobre esa base, el estudio revela que una de cada cinco personas a nivel global piensa que alcanzar el número de hijos e hijas deseados sería imposible. Los factores identificados incluyen las limitaciones financieras, la inseguridad laboral, el costo de la vivienda, motivos de salud, las inquietudes sobre el estado del mundo y la falta de una pareja adecuada.
“Un gran número de personas no pueden formar las familias que quieren”, señaló la médica Natalia Kanem, directora ejecutiva del Unfpa.
No es una cuestión de falta de deseo, sino un conjunto de barreras que limitan las opciones y conllevan graves consecuencias para individuos y sociedades. “Esa es la verdadera crisis de fecundidad, y la respuesta radica en satisfacer las demandas expresadas por la población”, afirmó Kanem.
Para promover la fecundidad —remarcan desde el organismo de Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva—, es importante garantizar los derechos de las mujeres de manera particular. En específico, hacen referencia a la licencia familiar remunerada, los sistemas de cuidado con enfoque de género, la atención de fertilidad asequible y la transformación de las normas sociales que promuevan parejas comprometidas con la distribución igualitaria de los roles de cuidado.
El triunfo del plan ENIA en Argentina
Un apartado del informe se focaliza en la proporción del descenso de la fecundidad que se atribuye al declive de la maternidad adolescente y, en este punto, destaca el papel de Argentina. En nuestro país, puntualiza Unfpa, la tasa de natalidad adolescente se ha reducido en el 60 %, gracias al Plan ENIA, hoy desfinanciado. En números concretos, se pasó de 64 a 25 nacimientos por cada mil niñas y jóvenes de 15 a 19 años entre 2015 y 2022.
“La importante caída de las tasas de natalidad adolescente destaca como uno de los éxitos rotundos en materia de salud pública de los últimos tres decenios”, señala el informe.
La situación en América Latina y el Caribe
En América Latina y el Caribe, Unfpa observa una gran diversidad demográfica entre los países y hacia el interior de cada uno. Algunos todavía cuentan con poblaciones jóvenes y pueden aprovechar las oportunidades que derivan de tener más personas en edad laboral que dependientes. Otros tienen poblaciones más envejecidas, por lo que se hace necesario invertir en sistemas de cuidados integrales y crear las condiciones para que las juventudes alcancen su pleno potencial.
En este contexto, los resultados de las encuestas realizadas para el informe revelan que el 28 % de las personas encuestadas en Brasil y el 21 % en México no logran el número de hijas e hijos que desean. Brasil también muestra altos niveles de embarazos no intencionales. Casi el 40 % de las personas adultas consultadas o sus parejas han experimentado al menos uno. En México, esa cifra alcanza alrededor del 22 %. Más del 21 % de las mujeres encuestadas en Brasil y el 19 % de las mujeres en México han sentido presiones externas para quedar embarazadas, lo que reflejaría cómo las normas culturales y sociales siguen reforzando roles de género tradicionales.
La desigualdad y la exclusión persistentes “limitan el ejercicio de derechos reproductivos, el acceso a servicios de salud de calidad, incluyendo servicios de salud sexual y reproductiva, así como las oportunidades de construir proyectos de vida según los deseos personales o familiares”, afirmó Susana Sottoli, directora regional del Unfpa para América Latina y el Caribe.
El informe explica que las personas más afectadas son las mujeres, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza, rurales, indígenas y afrodescendientes, que experimentan más dificultades para ejercer su libertad reproductiva. Este concepto va más allá de tomar decisiones individuales sobre el propio cuerpo. Destacan que, para ejercer libertad reproductiva, es necesario que el contexto permita y facilite que esas decisiones se conviertan en realidad.
"La clave está en que los Estados brinden las condiciones necesarias y las opciones para que todas las personas puedan hacer realidad sus derechos reproductivos durante todo el ciclo de vida”, señala Sottoli.
El informe pone el ojo y alerta contra las respuestas simplistas o coercitivas ante la disminución de las tasas de fecundidad —como bonificaciones por nacimiento, retrocesos en los derechos sexuales y reproductivos o campañas que incentivan a las parejas para que tengan más hijos e hijas, con el objetivo de cumplir metas de fecundidad—. Señala que esas políticas son, en gran medida, ineficaces y pueden vulnerar los derechos humanos.
En cambio, el Unfpa muestra a los gobiernos la urgencia de abordar todas las barreras. Esto incluye invertir en vivienda asequible, trabajo decente, licencia parental para ambos progenitores y el abanico completo de servicios de salud reproductiva e información confiable. Con este fin, destaca que una de las claves es promover la igualdad de género.
Para ayudar a las personas a formar las familias que desean, puntualiza el estudio, es necesaria una combinación adaptada de medidas económicas, sociales y políticas en cada país. Además, la gran diversidad demográfica que existe en América Latina y el Caribe puede ser una oportunidad de desarrollo y no un obstáculo para la región, si se implementan políticas públicas inclusivas.
Fuente: Prensa UNFPA

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