Veinte personas acuden por mes al consultorio de hormonización del Hospital Central

Así lo aseguró Pablo Ferrada, a cargo de este servicio que se inauguró hace diez años. Los tratamientos, el acompañamiento a pacientes y la importancia de respetar la ley de Identidad de Género.

Veinte personas acuden por mes al consultorio de hormonización del Hospital Central

Las personas trans y las no binarias asisten al consultorio, que funciona los miércoles de 8 a 12, en el Hospital Central. Foto: Télam

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Verónica Gordillo

Publicado el 06 DE DICIEMBRE DE 2022

Veinte pacientes al mes concurren al Consultorio de Hormonización de Personas Transgénero del Hospital Central para solicitar información e iniciar -si lo deciden- un tratamiento o una cirugía. Así lo explicó Pablo Ferrada, a cargo de este servicio público que se creó hace diez años con el objetivo de facilitar el acceso a los derechos previstos en la Ley de Identidad de Género.

Ferrada expuso en las VIII Jornadas Nacionales de Derecho de la Salud y las I Jornadas Mendocinas sobre el tema, que se realizaron en las facultades de Ciencias Médicas y de Derecho de la UNCUYO. Luego de su participación en el panel Género y Salud, Unidiversidad dialogó con el especialista sobre los cambios y avances que se produjeron a lo largo de los diez años de trabajo en el servicio a su cargo.

Acceso a un derecho

El Consultorio de Hormonización de Personas Transgénero del Hospital Central fue pionero en el país, ya que su inauguración fue previa a la aprobación en 2012 de la Ley de Identidad de Género (26.743). La norma reconoció el derecho de las personas a modificar su nombre, su imagen y el sexo registrado en los documentos, así como el acceso a tratamientos hormonales e intervenciones quirúrgicas parciales o totales para adecuar su cuerpo a su identidad de género.

Ferrada contó que en los diez años de historia del consultorio pasaron de la teoría a la práctica. Primero -comentó- trabajaron sobre el diseño y estudio de las técnicas de tratamiento y la capacitación del recurso humano y -cuando la ley fue promulgada- comenzaron a realizar tratamientos hormonales y más tardes cirugías, con estrictas medidas de bioseguridad.

El endrocrinólogo explicó que la Ley de Identidad de Género significó un cambio sustancial en cuanto al acceso a derechos, ya que eliminó la obligación de contar con una pericia en salud mental o un fallo judicial para iniciar un tratamiento, que permita a una persona desde partir de los 16 años adecuar su fisonomía a su identidad de género. En el caso de los menores, sí deben contar con el consentimiento de quien está a cargo de su cuidado.

Ferrada expuso en las Jornadas de Derecho a la Salud, que se realizaron en la UNCUYO. Foto: Captura Youtube. 

Dos objetivos

El equipo se centró en lograr dos objetivos: facilitar el acceso a la atención y lograr una recepción y escucha respetuosa de cada paciente. Este último aspecto -comentó el médico- parece menor, pero no lo es, porque durante años se llamaba a una persona de una punta a la otra del hospital con el nombre asentado en su documento, cuando su identidad de género era otra.

Ferrada explicó que para lograr estos objetivos fue central la capacitación y predisposición del equipo. Hoy, una persona trans o no binaria puede concurrir en forma espontánea a realizar una consulta todos los miércoles por la mañana, sin necesidad de una derivación o una consulta previa. Un avance sustancia respeto de los obstáculos que antes debían sortear simplemente para pedir información.

Cada mes -comentó el médico- concurren unos 20 pacientes nuevos al consultorio, que buscan información para iniciar un tratamiento. Además, se suman 600 personas que ya iniciaron el proceso y que continúan con seguimiento y acompañamiento permanente.

Cambios en el perfil de pacientes

Ferrada comentó que en los diez años de existencia del consultorio se modificó el perfil de pacientes. Explicó que en los primeros tiempos consultaban más mujeres trans (asignadas como varones al nacer, pero cuya identidad de género es femenina), que llegaban con experiencias de automedicación y uso de hormonas sin ninguna indicación profesional, lo que en muchos casos derivó en serias complicaciones médicas. Ahora -comentó- consultan más varones trans (asignados como mujer al nacer, pero cuya identidad de género es masculina), así como personas no binarias (que no se identifica con ninguno de los géneros binarios), lo que llevó a adecuar las guías de atención para brindar respuestas.

Otro cambio notorio, indicó el profesional, fue la edad de las personas que consultan. Con el tiempo bajó el promedio hasta llegar a los actuales 24 años. Esto, teniendo en cuenta que el Central es un hospital de adultos, es decir que sólo acuden desde los 18 años, ya que los menores deben asistir a los centros pediátricos.

Tratamientos y cirugías

Cuando una persona acude en forma espontánea la recibe el psicólogo Germán Gregorio, quien realiza una primera escucha, explica las posibilidades de tratamiento y coordina consultas para el resto de las especialidades y solicita los estudios complementarios.

Ferrada explicó que para iniciar un tratamiento -sea de hormonización o cirugía- primero se analiza que no existan contraindicaciones y luego se explica en forma detallada a la persona los cambios positivos que ese proceso generará (teniendo en cuenta que es lo que busca), así como los riesgos. Dijo que, sobre la base de esta información, el equipo junto con cada paciente realiza un balance de beneficios y riesgos y la persona puede tomar una decisión.

En el hospital se realizan tratamientos de hormonización, es decir que a través de una modificación hormonal se buscan cambios relacionados con el género con el que la persona se identifica. Por ejemplo, en una mujer trans se baja la testosterona, que es la hormona masculina y se incrementan los estrógenos, que es la femenina. En el caso de los varones trans, el proceso es inverso.

En cuanto a los tratamientos quirúrgicos, Ferrada comentó que realizan cirugías para feminizar o masculinizar un tórax, y que hace un tiempo sumaron operaciones genitales (vaginoplastía o faloplastía). Más allá del tratamiento que se realice, el médico comentó que con el correr de los años comprendieron la importancia del acompañamiento a cada paciente en salud mental, teniendo en cuenta que tienen cambios corporales e inclusive de humor, relacionados con la modificación hormonal, los que se incrementan con una cirugía.

Del rechazo al conocimiento

¿Qué diría a una persona que tiene resistencia o rechazo a este tipo de intervenciones o tratamientos? Ferrada respondió que la resistencia generalmente está basada en el desconocimiento o en aspectos religioso, y aseguró que eso cambia a medida que se conoce la historia de cada paciente.

“Luego de atender a cientos de pacientes la vivencia es mucho más intensa. Poder ver cómo una persona recobra la sonrisa que no tiene desde hace quince años en su vida, porque todos los días sale a la calle fingiendo ser una persona a la cual desconoce en el espejo, es realmente algo que uno ni se imaginaría. Conocer sobre la temática, entender que existen normalidades que no responden a la única normalidad binaria que uno aprendió cuando era chico y enfrentarse a casos reales y puntuales, te hace cambiar esa postura”, expresó.

El endrocrinólogo destacó la visión amplia que tienen sobre la temática los y las profesionales que están en formación. Dijo que demuestran interés y predisposición en las capacitaciones, lo que vislumbra a diario ya que en el servicio realizan actividad formativa tanto de pre, como de post grado.

Quienes deseen acudir al consultorio, pueden hacerlos los miércoles de 8 a 12, sin turno previo y sin necesidad de una derivación. Funciona en el Hospital Central, ubicado en Alem 450, de Ciudad. 

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