Del asesinato en Las Vegas y de las cosas que no(s) pasan en los "países serios"

El epistemólogo y docente de la UNCUYO analiza la queja nacional sobre los hechos aquí acontecidos y la sobreestimación cultural que hay acerca de los países desarrollados. La masacre en la ciudad "del pecado" estadounidense es apenas una muestra de los "fanáticos de la muerte" que habitan, afortunadamente, lejos de nuestra patria, dice Follari.

Sociedad

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Publicado el 10 DE OCTUBRE DE 2017

Se ufana el expresidente Obama, en estos días, de que "Argentina está de nuevo en el mundo". Es decir que está nuevamente en la órbita de los Estados Unidos. Para la potencia del Norte, los BRICS y los organismos regionales independientes como Unasur están fuera del mundo. El planeta empieza en la relación con Estados Unidos. Fuera de allí, no hay mundo. Latinoamérica estaría en el no-mundo, en lo in-mundo. Pero no sólo los amos militares de la Tierra piensan así. Muchos de los argentinos lo pensamos. Y es por demás común escuchar que "ahora volvimos al mundo", o viejos latiguillos autoflagelantes como "en los países serios no pasan estas cosas" (sic). ¿Quién no lo ha escuchado? Es parte de los sentidos comunes más establecidos, de la ideología hegemónica más impuesta: esa que, de tanto ser introyectada por las subjetividades, se ha naturalizado y se cree a-ideológica. Parece ser un dicho casi inocente, una verdad evidente de por sí: las malas cosas que nos ocurren "no pasan en los países serios".

Poco importa que muchas cosas buenas que nos pasan no ocurran en los países denominados –por nosotros– como "serios": universidad gratuita, salud a costos comparativamente bajos, planes sociales de vivienda, vecinos que se meten en nuestra vida, pero que por ello mismo pueden ayudarnos cuando necesitamos. Nada de eso –o casi nada– se obtiene en los países del Norte.  

Pero eso, quienes despotrican contra nuestro país desde nuestro país no lo saben. Si han ido a Europa, la han transformado en fotografía de turismo. No se enteran de que en la culta Suiza quien nace de hijos extranjeros puede ser apátrida, que en Alemania detestan que un niño llore en un sitio público, que en París casi ladran si uno sólo sabe hablarles en idiomas castellano o inglés. "En los países serios no pasan estas cosas". Seguro hay algunas. Pero otras más graves sólo suceden en el máximo de esos "países serios": pues es en serio que allí se puede morir por ataque armado de un loco, en cualquier momento. Sólo allí pululan los resentidos sociales que salen a matar a mansalva. Sólo allí es común que asesinos maten masivamente niños en una escuela, personas en el cine, jóvenes en una disco, multitudes en un concierto de rock. Ahora de nuevo, en Las Vegas. Otra vez, para colmo, el espectáculo penoso de la Asociación del Rifle, que impide que se pueda acabar con las armas en manos de cualquiera. Y un presidente bufonesco, que dice que "por ahora, no se tratará el tema de regulación de tenencia de armas". Claro, la Asociación pagó 30 millones de dólares para su campaña. ¿Está claro? Y eso que se trata de un país "muy serio". Una sociedad que divide tajantemente entre loosers winners, de libre mercado puro, de feroz competencia interpersonal, de responsabilidad familiar limitada hasta los primeros años de adolescencia produce toda clase de solitarios y resentidos. Fanáticos de la muerte, que afortunadamente, por aquí "no se encuentran".

En los países serios pasan estas cosas. Países que tomamos como modelos, países a los que imitamos, a los que creemos que podemos emular haciendo lo que desde allí nos dicen (que no es lo que ellos hacen, ni lo que hicieron). Países a los que acompañamos ahora en política exterior, como tantas otras veces en nuestra historia. Esos que nos dieron la espalda en Malvinas, donde muchos habitantes nos desprecian o nos ignoran, países donde la soledad y el sin-sentido son una lápida que produce locos y desesperados.

Pero eso sí: si demoran en atendernos en algún comercio, farfullaremos en voz baja, convencidos, el lugar común de que "en los países serios no pasan estas cosas".

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